Parte 7. "Cueste lo que Cueste"

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Horas antes del suicidio...

Alex Vause.

Haber estado con Chapman fue increíble, me dio eso que necesitaba y ni siquiera sabía, algunos suelen llamarlo, esperanza. Yo lo llamó, una buena cogida, pero más que eso; amor. Nos jodimos la puta vida y seguimos juntas, esposas de prisión, somos poco convencionales, pero al final de cuentas, una pareja.

Estaba en mi litera, pensando que hacer y como hacerlo, no quería que alargaran mi jodida condena, por eso había llenado la estúpida encuesta, pero no podía quedarme cruzada de brazos. Y entonces recordé el café que guardaba justo en una rendija de la pared, ¿Cómo diablos lo molería?, no importa.

- ¡Vause! – se apareció la estúpida Madison mascando su estúpido chicle.

- ¿Qué quieres? – me incorpore y levante mis lentes hacia mi cabeza.

- Acabo de hablar con Stella. – dijo estallando una bomba del chicle. – Justo mañana será el aclamado encuentro, mira. – agrego, sacando a la par, un celular de entre sus tetas, me mostro una foto, era Pipes, saliendo de aquí.

- Madison no quiero hacerte daño. Pero no me dejas opción. Yo no voy a jugar este jueguito.

Justo me abalancé sobre ella, cuando apareció el oficial Stefanovic, nos separó y nos levantó un reporte a ambas. Diablos, no sé que hacer, siempre he actuado por impulso, pero no iba perder a Pipes, ella es tan desesperante, impulsiva y tonta a veces, que puede cometer una tontería. Creo que haga lo que haga, significa que voy auto refundirme en prisión, creo que esa terrible sensación de no volverla a ver, tiene una explicación ahora mismo. Prefiero ser yo quien pagué mis propios errores, como se lo dije, quiero el resto de mi vida para recompensarla.

Busque a Zirconia, sabía que no era de fiar, pero lo iba intentar de otra manera, pague con el estúpido café, además de algunos billetes y tenía tres minutos. Ser traficante me había dejado buenos contactos y tenía a esa chica, la pelirroja, esa chica era quien podría ayudarme a detener a Kubra. Después de todo, ella era parte de la mafia rusa, así que después de planear e intentar llevar lo acordado. Marqué a Pipes.

- ¿Piper?

- Alex, ¿Estás bien? – se escuchaba inquieta.

- Necesito tener a todas las chicas de mi lado, necesito que hagas algo por mí.

- Lo que sea, cariño.

- Ya sé dónde está Kubra. – respire aprisa.

- ¡Diablos!, eso es genial Al, tengo el expediente de Roja, ella esta en prisión por tener relación con la mafia rusa.

- Perfecto Pipes, creo que podemos salir de esta...

Los tres minutos no habían terminado aún, cuando Zirconia me dio un golpe por la espalda.

- ¿Qué tramas bonita? – reía con sus dientes horribles.

Ni siquiera me molesté en responderle; además, vamos, a mis veintiún años podía mover droga por cinco continentes, enterrar a una persona en una prisión sin que me descubrieran y coger con mi esposa en "Máxima seguridad", diablos, puedo hacerlo.

Cuando todos se "Durmieron", tomé la pequeña botella de salsa de mi compañera, que asco, aún estaba babosa, pero estaba decidida, el bloque sería mío.

Esperé hasta que amaneció y para ser concretos, hasta que nos dejaron salir al "Jardín" como le llaman, ahí estaba ella, rodeada de todas las chicas de Carol; Akers, Crecch, Chambal, las dos Amy y otras chicas, que no reconocí.

Séptima Temporada OITNB, Karen RomeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora