Capítulo 17

466 45 18
                                    


Capítulo Extra. "Eres combustible y yo un encendedor, pero no me importa crear una explosión"

Piper Chapman.

Llegamos al hotel de vuelta, justo cuando el sol había aparecido por el horizonte, estaba agotada, pero jamás me había sentido tan feliz, por tantas horas seguidas. Parece que todo el tiempo en prisión hubiera sido un sueño, ahora tomada de la mano de mi esposa, creo que todo va mejorar.

- Al, ¿puedes prometerme que ya no te meterás en problemas?

- Pipes, recuerda, tú eres mi maldito hermoso problema, no quiero nada más que eso. – respondió besando mi frente.

Llegamos al hotel, tumbadas sobre la cama, se veía tan hermosa, cuando las gafas permitían ver su hermoso rostro desnudo, cuando solo éramos ella y yo, mierda, Alex Vause era increíble.

- ¿Recuerdas aquella vez, en aquel bar, cuando finalmente probé a que sabías?

- Claro cariño, ¿Por qué lo preguntas ahora? – dijo confundida.

- Porque desde ese momento, tu sabor en mis labios, se hizo mi puta jodida adicción. – dije, mientras acariciaba su pecho.

Cuando estaba con ella, la mayoría del tiempo, quería estar encima o debajo de sus piernas, acariciando sus senos desnudos, recorriendo su cuerpo desnudo con mi lengua. No sé, si es el hecho de tenerla de vuelta, de estar recién casadas, o de tener una mujer tan sexy a mi lado. Me avente sobre ella.

- Wow cariño. – dijo teniéndome montada sobre ella.

- Lo siento, no por nada soy tu vaca sexual, quiero ser eso y todo lo demás.

Apenas tenía un par de horas que habíamos tenido buen sexo, y ya necesitaba más de ella, su cuerpo era mi droga. La despoje de toda su ropa, y ella hizo lo mismo, mi respiración agitada, mis ganas de ella, quería tomarla y que me tomará. Sus bellas piernas largas y contornadas con un pincel, delicadas y hermosas, estaban rodeando mi cintura, su mano derecha tiraba de mi cabello y la izquierda jugueteaba mi entrepierna.

Alex Vause.

Pipes sabe volverme loca, con su movimiento de caderas, con su perfecto olor, con su lengua, y con las llemas de los dedos recorriéndome desde el pie hasta el cabello. Tiré de ella bruscamente y me hundí en sus pechos, hasta que escuché un pequeño grito ahogado, producto del dolor de una mordida sobre su pezón, luego recorrí su bello abdomen, diablos, quiero devorarla ahora mismo, quiero tener un orgasmo tras orgasmo. Su dulce sabor especial, resbalando de mis labios, un sabor que solo ella puede darme, ese sabor de amor, necesidad, deseo; llamado efecto VauseMan.

- Vaya Pipes, podría cogerte todo el tiempo. – sonrió y la beso, provocando que nuestros sabores, se revolvieran en nuestras lenguas.

- Alex, tenía tanto deseo de ti, que me estaba volviendo loca.

- Lo sé cariño, pero estamos juntas. – dije besando su ombligo desnudo.

- Alex, escribí mis memorias, buscando desahogarme de todo, buscando ayudarlas, y creo que lo logre. – dijo sacando del mueble un puñado de hojas. - "Un año en la prisión de mujeres". – leí.

- Sí, quieren hacer un libro de esto.

- Deberías cambiar tu apellido al menos, no sé, ser Piper... Kerman, no Piper Champan cariño – dije sonriendo.

Dos días después.

Habíamos llegado de nuevo a New York, después de una semana de favores sexuales con mi esposa, teniendo el mejor sexo del mundo. Nicky y Lorna, se habían ido un poco antes y yo, bueno, tenía que enfrentar la realidad de mi vida como una persona que evade los problemas, y no los busca.

- Pipes, ¿Qué diablos se supone que haré?

- Tranquila Al, cálmate, estamos volviendo apenas ¿Y ya estás así? – rezongo.

- ¿Qué quieres que haga?, ¿de que diablos vamos a vivir? – pregunté aún más fastidiada.

- Mierda Alex, cálmate.

- ¿Acaso es nuestra primera pelea nupcial? – dije quitándome los lentes y mordiendo una patilla del mismo.

- Vamos Alex, no pensarás que eso me va seducir. – se cruzó de brazos.

- ¿Y no es así?

Basto pronunciar eso, para que ella se aventará sobre mí...

----------------------------------------

Creo que nunca es suficiente de Orange Is The New Black, mucho menos de VauseMan...


Séptima Temporada OITNB, Karen RomeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora