Woosung había hablado con el manager sobre su estado y habían acordado que debería quedarse allí para descansar.
La gira del próximo álbum comenzaba en un par de meses y él no sabía si podría continuar, por lo que dejaron que se quedara en casa siempre y cuando ayudara con la composición de las canciones.
No sería lo mismo.
No cuando Dojoon y él eran los principales compositores de ese álbum.
— ¿Quién la escribió?— preguntó el jefe de su equipo musical.
— Hajoon la compuso— contestó Woosung hechandole una suave mirada a su compañero, parecía perdido, casi enfermo. No veía una mejora en él.
— Es una letra muy cruda— opinó.
— Es la realidad— respondió con la cabeza gacha.
— ¿Qué es lo que quieres dar a entender?— preguntó con curiosidad.
— Cuando entregas algo y no lo recibes de vuelta por esa persona… el sentimiento de no ser correspondido. Siempre más detrás de algo. Quiero enseñar y decir que no siempre está bien ocultarlo. Que la música también les puede ayudar.
El hombre pareció meditarlo, le había tomado por sorpresa el concepto tan profundo que tenía aquella letra.
— Está muy bien— dijo finalmente.
Woosung mordió su labio con nerviosismo.
Nada estaba bien.
No creía que Hajoon estuviera bien.
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