Hajoon había caído enfermo, una infección estomacal bastante seria, tanto que le había hecho parar al hospital.
Woosung y Jaehyung habían visto como el baterista había descuidado de su salud en las últimas dos semanas, se la había pasado encerrado en su habitación componiendo y tocando la batería y otros instrumentos sin parar.
Woosung había decido finalmente llamar a su madre para que fuera a su casa un tiempo y descansara.
Finalmente una semana después se marchó a la pequeña casita a orillas de la ciudad, allí donde el campo era en su mayor extensión que edificios importantes.
Bajó de la camioneta de la empresa que se encargó de llevarlo hasta la casa de su madre.
Hajoon llegó después de un par de horas, había tomado una siesta la mayor parte del camino pero despertó al final por el chófer, el señor Kim que le deseó que se recuperara pronto, Hajoon le agradeció al hombre y bajó del auto.
Cuando se acercó a la casa azul sonrió por instinto, aquel lugar que tanto amaba.
Dió unos pasos antes de ver a su madre en el patio quitando hierba mala y cortando el pasto, caminó arrastrando la maleta y le llamó —Omma, eh llegado — anunció, la mujer le sonrió y apresuró el paso para recibir a su hijo, dejó los guantes en el suelo y abrazó a su hijo.
— Cariño, perdona— se disculpó sonriéndole— se me ha pasado el día— Hajoon sonrió a su madre y sintió como en su pecho la sensación y familiaridad le inundaban, olvidando por un momento la verdadera razon del porque estaba allí.
Después de haber saludado a su madre y escucharla hablar caminaron juntos a su habitación, Hajoon observó a su alrededor y encontró de nuevo la pequeña batería desgastada que le esperaba bajo aquella tela negra.
Sonrió suavemente al sentir como su corazón se llenaba de paz.
Su madre le besó la mejilla antes de avisarle que ese día verían una película juntos y comerían hasta hartarse. Hajoon sonrió ante esa idea, amaba aquel ritual con su madre.
⚫⚫⚫
Hajoon había vuelto después de una semana, su piel había tomado un suave rosado y una vibra positiva le acompañaba.
Pero solo un mes después, la depresión volvió con más fuerza.
Había llorado cada noche hasta caer dormido.
Jaehyung lo escuchaba y caminaba silenciosamente a su habitación, y metiéndose entre las cobijas le abrazaba para que pudiera dormir.
Finalmente noche fue cuando le preguntó.
—¿Porqué estas así?¿Qué es lo que te tiene mal?— Pasó sus dedos y peinó sus suaves hebras castañas, Hajoon solo suspiró y Jaehyung dejó que se acercara a su cuerpo.
— Ya no puedo seguir— dijo.
— Verás que solo es por el álbum, después tendremos tiempo para volver a descansar y platicar hasta la madrugada… —contaba esperando animarlo pero fue interrumpido.
— No es eso— dijo en voz baja, pero enmedio del silencio le pudo escuchar perfectamente.
Suspiró sintiendo sus ojos humedecerse.
— Me duele que ya no me hable— susurró— ya no quiere siquiera mirarme.
Jaehyung comprendió entonces, hablaba de Dojoon.
— Hyung, prometo que todo mejorará.— Anunció dejando suaves caricias en su espalda y besó su cabello con cariño escuchando su suave respiración.
Hajoon asintió sabiendo que eso no iba a pasar.
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