El hoyuelo en medio del abdomen de Orión es algo diferente al mío, pero sigue siendo eso, un ombligo, algo que nos diferencia del resto.
Acto seguido, me levanto la camisa dejando ver el mismo hoyuelo en medio del abdomen. Orión queda inmóvil, con la boca entreabierta, casi ahogándose con su propia respiración.
—¿Qué pasará con esa chica? —me pregunta con un hilo de voz.
—No lo sé... su nombre es Bendra.
Miro al cielo que, pareciese que todas las estrellas nos caerán encima, busco respuestas y solo puedo ver la constelación orión, no hay nada más. No sé qué pueda pasarle a Bendra, lo único que sé es que es grave y todo gracias al ombligo. No quiere decirle a Orión que ese hoyuelo nos puede llevar problemas, no quiero que el sienta que su vida está en peligro.
—Deberíamos ir a dormir, o las agentes pueden venir por nosotros —sugiero.
Orión asiente, y se queda mirando al suelo, con desgana.
Él camina adelante, cabizbajo, yo sigo detrás pensando en algo que pueda decirle, pero no se me ocurre nada. Solo quiero llegar a la puerta de mi recamara, entrar, dormir y olvidarme de todo.
Antes de él marcharse a su recamara vuelve su mirada hacia mí, e intenta decirme algo.
—Quizás mañana deberíamos visitar a Bendra —dijo al fin.
—¿Podemos hacerlo? —pregunto.
—No lo sé..., podemos intentar hacerlo —Sus palabras suenan cálidas, aunque su voz es algo enronquecida.
Asiento.
Sus ojos me miran diciéndome adiós. No quiero dejar de mirarlos, no quiero dejar de perderme en la negrura de sus pupilas. Pero, él desvía su rostro, abre la puerta y se va. Yo hago lo mismo, abro la puerta y me voy a la cama.
Antes de conciliar el sueño, justo a las ocho y treinta minutos se enciende la pantalla holográfica con la sinfonía del himno nacional y aparece el retrato de la Presidente Cassiopeia dibujado con un pincel electrónico. Luego, su retrato se vuelve vivo y proclama varias noticias, y estando por terminar notifica que las pruebas de aptitudes a los nuevos determinados ya han iniciado.
Al culminar, automáticamente se apaga la pantalla quedando la recamara en una penumbra total.
No soporto tanta oscuridad en mi vida.
Acciono con mi mano el táctil holográfico y las persianas mecánicas se abren dejando ver la luz exterior de los edificios. La recamara se torna de varios colores pero muy tenues.
Y, con esa variedad de colores entremezclada, mis ojos se caen poco a poco hasta no ver nada y quedarme sumido en un profundo sueño de cansancio.
***
La alarma suena por segunda vez. La luz solar ni siquiera pudo levantarme, aún estoy algo cansado, el cuerpo me pesa.
Me enjuago la cara con suficiente agua fría, lo hago una vez y vuelvo a la vida. La vestimenta esta tendida y lista para ser usada. Recaliento la comida en el microondas y de inmediato como. Suena otra alarma pero esta vez es para ir a las pruebas.
Abro la puerta y lo primero que veo son los profundos ojos de Orión, quedo quieto, estático en el marco de la puerta. Seguido, Wilen aparece y me hace un gesto levantando el mentón, yo respondo de la misma forma.
Entramos en el ascensor y descendemos hasta la planta baja. La aeronave espera y varios agentes resguardan la entrada a ella. Algo diferente se nota en el ambiente, es la ausencia de Bendra. Trato de localizar a Orión con la mirada. Ya.
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Diferentes
Science FictionEn las ruinas del antiguo mundo, nace una nación próspera a expandirse en terreno, con un centro de poderes gubernamentales, Capitalia, la ciudad donde comienza todo. Poco a poco crece demográficamente gracias a la Máquina Madre. Después de nueve m...