Capítulo 21 "Libres"

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Dam llega a nosotros corriendo, con los ojos como si fuesen a salir de su órbita.

—¡Han penetrado El Macizo! Nos encontraron debemos huir —dice jadeando.

Los dispositivos móviles suenan recibiendo el mensaje de alarma y confirmando lo que Dam acaba de decir. El punto de encuentro para la huida es aquí, en la aeronave Capsula. Las manos me tiemblan mientras leo el mensaje.

Dam enciende la aeronave, pero no puede elevarla aun. Y a los pocos segundos empiezan a llegar personas, suben y se posicionan.

Al parecer, ya este momento estaba planeado.

El Doctor Arcturus aparece con Lerna, Rissandra, Creta y Samrai. Creta solloza y jadea. Se petrifican al ver a Orión aquí conmigo, pero el bullicio de la alarma nos desconcierta a todos y nos hace movernos.

Continúa subiendo personas. En este lote llega Movissia, sé que es ella porque grita el nombre de Orión sin cesar.

—¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí! —grita Orión llamando a su mamá.

Movissia se acerca a nosotros y rodea a Orión con sus brazos, manteniéndolo con cerca de ella. Luego me mira, y me rodea a mí también.

—¡Movissia, te necesito conmigo! —chilla el Doctor Arcturus.

Movissia corre hacia a él.

—Sabes pilotear mejor que nadie, necesito que esta vez lo hagas, Dam te ayudará.

Movissia asiente, mira a Orión esperando que él comprenda la situación. Yo tendré que estar con Orión. Todos los asientos han sido ocupados. Ya la aeronave esta por rebosar.

Desde donde estoy puedo atisbar que Kalus y Milo resguardan en las afueras de la aeronave, justo en la entrada, y veo también que tienen armas reales esperando cualquier ataque.

—¡Faltan solo ellos! —grita Rissandra desde la compuerta— ¡Listo! Cierren compuerta.

Antes de accionarse la compuerta se oyen unas detonaciones, vuelvo a alzar la vista y son Kalus y Milo disparando hacia sus enfrente, de las armas surgen chispas de fuego. Milo queda sin municiones, en intento de disparar solo suena un chasquido seco, seguido de un impacto en su pierna derecha.

La planchacomienza acerrarse. Kalus, recoge a Milo del piso y lo lleva consigo, estando a salvo. Georgin corre con los primeros auxilios, improvisa un torniquete para retener el sangrado.

Acto seguido la aeronave coge vuelo.

¿Qué? ¿Y ahora a dónde iremos? ¿Por dónde salimos?

De un subidón la aeronave rompe el cristal techo del Jardín del Olimpo, dejando caer el agua del estanque y abriendo una salida para que podamos escapar.

Y ser libres.

Después de tanto tiempo vuelvo a ver el lado Este de la ciudad, y lo primero que pasa por mi mente es Iris y Asir. Ojalá puedan verme desde aquí y saber que estoy a salvo, aunque ellos igual solo están al pendiente de su labor, ya cumplieron conmigo.

A diferencia de las otras aeronaves esta tiene ventanillas, me acerco a ellas y si puedo divisar en la lejanía lo que era mi hogar. Muchos recuerdos me invaden como una proyección entrecortada.

—Mantengan la calma, tomen asiento y sujétense tanto como puedan —anuncia Movissia por el altoparlante—. Ahora romperemos el cielo falso de Capitalia —agrega y se crea un ambiente de gritos y bulla.

Yo me siento en el piso y trato de sujetarme con fuerza de la silla con ruedas de Orión, él me tiende la mano para estar a su lado, y me hace sentir seguro.

—Siempre contigo —me susurra—, siempre que pueda, protegiéndote.

El estruendo estallo como diez mil relámpagos que rompen el cielo. La nave vibra sin cesar, se escucha uno más que otro gritoahogado. Yo presiono más mi mano contra la de Orión. Las turbulencias cesan y por fin la nave vuelve a estar en control.

—En estos momentos estamos dejando atrás la ciudad de Capitalia —anuncia Dam con un tono cómico—. Próximo destino será Arcos, playa, sol y arena ¡Qué divertido!

Se escuchan risas nerviosas.

Desde las ventanillas puedo vislumbrar como el cielo falso de Capitalia va cayendo pedazo a pedazo, su cúpula protectora ha sido fracturada, supongo que todo su sistema también caerá tal cual.

Recuerdo que tengo a Orión a mi lado, lo miro buscando esa sensación que me da solo por mirarle, y la siento, aquí, en el pecho, en el corazón. Acaricio su cabello y su frente, me acerco a él tanto como pueda, siento las miradas encima de mí.

Y por fin, lo beso. La multitud estalla en aplausos y gritos de emoción. Lo vuelvo a besar con una sonrisa en los labios, y finalmente me siento libre de ser diferente.


Fin del primer libro.

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⏰ Última actualización: Sep 13, 2019 ⏰

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