Epilogo.

972 85 17
                                    

Dedicado a MaryaaHassan
————————————————

La vida junto a Peter en el trayecto de los años ha sido maravilloso. Nuestro sigue tan vivo como la primera vez. Nos enteramos que seríamos padre nuevamente y después de nueve meses de espera; llego a nuestras vida nuestra pequeña Marisa Lanzani Espósito. En honor a mi abuela. No cambiaría nada de lo que tengo ahora porque soy la mujer más feliz del mundo. A mis treinta cinco años, no cambiaría nada de lo que tengo ahora. Tengo el mejor esposo, los mejores hijos y los mejores amigos. La familia que siempre soñé. Hanna se fue del país para estudiar fuera y también para ayudar personas de bajos recursos, ella cambió mucho, aunque sigue sin querer encontrar el amor, ella siempre dice que prefiere estar sola. Agustín él logró superar todo y volvió aunque lentamente volvió a ser el hombre que era, solo que el ya no forma parte de nuestras vidas. Todos aprendieron a seguir su destino así como nosotros tenemos el nuestro.

La fundación sigue creciendo, al igual que el taller y bueno mis empresas siguen cada vez más fuerte. El tiempo puso cada cosa en su lugar. Con Peter soy inmensamente feliz.

Termino de ayudar con la preparación de la cena y regreso nuevamente al comedor. Veo la pelea entre Erick, que ya es todo un hombrecito de quince años, tan guapo como su padre y mi pequeña Marisa de diez años. Un día se aman y al siguiente se odian. Son un caso mis hijos.

Peter intenta hacer que ellos dejen de pelear, pero es imposible. Me mira pidiendo ayuda.

— Basta niños. Vamos a comer ya y no quiero más peleas en la mesa.

Los dos guardan silencio y nos sirven la comida. Por un rato mientras comemos, todo está tranquilo hasta que como siempre Marisa vuelve al ataque.

— Deberías dejar de ser un tonto.

— Para un poco nena.

— Solo digo.

— Marisa. — Peter la mira serio.

— Pasa que este tarado está muy clavado con Sofía y ni siquiera se le declara.

— ¡Te podes callar!

— No digo nada que no sea verdad. Cuando estar cerca a ella, pareces un tarado. Te pones todo nervios y comienza a tartamudear. Hasta un día te Vi en el cuarto que estabas besando una foto de ella.

— ¡Vos te podes callar! Por qué no tuvieron que tener otra hija, era feliz siendo hijo único.

Miro a Peter sorprendida ya que me acuerdo lo feliz que se había puesto cuando supo que iba a tener un hermanito o hermanita. Ahora es todo lo contrario.

— Te molesta que diga la verdad.

— ¿Vos qué decís? Vos estás enamorada de Santiago y el ni caso te hace. Para él solo sos una nena. Mi amigo tiene catorce años, vos apenas sos una nena que juega con muñecas.

— ¡Sos tarado!

— ¡Ya Basta ustedes dos! — grita molesto Peter al ver que ya esa pelea se está pasando de la raya. — los quiero que se vayan a su cuarto ahora mismo.

Los dos hacen los que les pide y se van a su cuarto sin decir ni una sola palabra. Suspirando nos miramos con Peter.

— Son un caso esos dos.

— Erick le enoja cuando le hablan de Sofía. Ya que como sabemos está perdidamente enamorado de ella, y bueno nuestra pequeña está ilusionado con el mejor amigo de nuestro hijo. — digo.

— Era tan diferente cuando eran unos niños. Cómo pasa el tiempo.

— Muy rápido.

Nos levantamos y nos vamos a la sala y nos sentamos. Yo me siento en sus piernas.

— Lo bueno que solo nos quedamos con dos hijos. — lo miro con una sonrisa. — ¿Qué?

— ¿Sí te digo que puede haber un nuevo integrante en la familia? — me muerdo el labio y hago círculos en su pecho con mi dedo.

— ¿Estás.....? — lo dice todo pálido y no puedo evitar soltar una carcajadas.

— No mi amor. — no dejo de reír. — es broma. No estoy embarazada, solo quería ver tu cara.

— Dios, nena. Casi me pega un infarto. Ya no soy un jovencito y estar con otro niño. Aunque no suena mal, pero con dos es suficiente.

— Lo mismo digo. — le doy un beso en los labios y me aparto. — con Marisa y Erick es suficiente.

— ¿Eres feliz? — me pregunta y se me forma una sonrisa en mis labios.

— Inmensamente feliz, mi amor. Mi cuento de hadas se hizo realidad. Tengo a mi príncipe azul ante mí..

— Te amo, cada día que pasa te amo más.

— ¿Sabes? Sigues siendo mi ángel. El angelito que un día vi y vino a mi vida para salvarme. Cambiaste mi mundo, Peter. — mis ojos se llenan de lágrimas. — contigo aprendí a ser amada.... Contigo aprendí que era hacer el amor. Contigo aprendí todo.

Nos besamos apasionadamente, estamos así!; Hasta que escuchamos risas proveniente de nuestros hijos. Al separamos ellos corren hacia nosotros y nos abrazan. Nos llena de besos y entre risas estamos así.

Por eso no cambiaría nada. Porque sufrí al principio, pero eso me hizo ser una mujer fuerte. Aprendí a ver la vida de otra manera y que si uno se propone a salir adelante y dejar cualquier adicción, lo puede conseguir. Porque no somos débiles, solo tenemos que aprende a ser fuertes para lograr superar cualquier obstáculo que la vida te ponga. Puedes ser adicto a cualquier cosa, nunca hay que decir no puedo. Siempre hay que luchar día a día para conseguir salir del hoyo en el que puedes estar, siempre encontras a una persona, puede ser, un amigo, un familiar o un nuevo amor que será tu ángel para ayudarte a luchar, puedes caer mil veces, pero lo que vale es levantarse y decir: Yo puedo lograrlo. Porque lentamente y con ayuda se puede dejar cualquier adicción.

ADICTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora