5.

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5:00 AM, hora de comenzar mi día. Si, ya se terminaron mis vacaciones, es lunes.
Desperté, me duche, desayuné y salí arreglada, como toda una profesional. Iba a tomar el elevador, pero de nuevo se descompuso.
- Valla inicio-. Dije con algo de pesadez. Me encontraba bajando escaleras, pero de pronto recordé que olvidaba algo, y de nuevo me regresé. Iba en el penúltimo piso, justo en el departamento de esas dos.
- Se nota que te gusta madrugar-. Escuché una voz entre la oscuridad.
- ¿Hola?-. Pregunte algo asustada.
- Tranquila, no te asustes, soy yo-. Salió de la parte oscura hacia a mi. Tenía su común playera negra y sus pantalones ajustados, zapatos negros muy relucientes, pero sobre todo, tenía su cabello chino esponjado, se veía genial... Vaya, me e vuelto loca jaja
- Disculpa, pero no veo en la oscuridad-. Dije con algo de sarcasmo.
- Jaja vaya, si tienes humor después de todo-. Dijo acercándose a mi.
- Perdona, pero tengo algo de prisa y olvide mis lentes-. Le dije retrocediendo.
- Si gustas, te puedo acompañar-.
- Como gustes, no hay problema por mi-.
Subimos asta llegar a mi departamento, así es, en el último piso, por fortuna no llevaba tantos pisos recorridos o sería una tortura. Abrí la puerta y entramos.
- Adelante, pasa-.
- Gracias-. Ella pasó con algo de pena.
- ¿Gustas algo de tomar? Ahora sí puedo ofrecerte algo jaja-.
- Gracias, lo que sea está bien-. Me retiré a la cocina y le lleve un baso de agua de Jamaica, adoro esa bebida.
- Aquí tienes-. Le entregué el vaso.
- Gracias-. Ella lo recibió claro. - Te quedó genial tu departamento-.
- Gracias, me costó algo de trabajo, ya que no es fácil con tantas cosas-.
- Si noté que tienes varias cosas-. Se calló y ninguna dijo otra palabra, el ambiente se empezó a poner incómodo. Mire mi reloj y ya era tarde.
- ¡No puede ser!-. Di un grito pequeño.
- Que pasa?-.
- Disculpa, pero debo irme, voy tarde y aún sigo aquí-.
- Descuida, yo te llevo-.
- No hay por qué molestarse, tengo mi camioneta, pero de cualquier manera, muchas gracias por la oferta-.
- Esta bien, si ocupas algo, solo dime y con gusto te ayudo-.
- Muchas gracias, lo tomaré en cuenta-.
Tome mis lentes y salimos con prisa. Bajamos asta llegar a su departamento.
- Gracias por el vaso de agua, estaba buena-.
- Gracias, cuándo gustes, pero por ahora me tengo que ir-. Le dije y me despedí con un beso, por accidente le di en la comisura de sus labios. No dije nada, y ella tampoco, solo me ruborize de nuevo, y no lo pude contener, esta vez fue en todo mi rostro. Lo único que hice fue alejarme de ahí lo más rápido posible. Pero ella tal parece que no le disgusto en nada, y sonrió, sonrió como solo ella sabe.

Estaba cumpliendo con mi labor, atendiendo a los pacientes y comencé a estresarme cuando me tocó un señor bastante grosero.
- ¡Ya dije que no me va a atender una mujer!-.
- Abuelo por favor, la doctora será más cuidadosa contigo, ella te ayudará-.
- ¡No!, No quiero que esa cosa me toque-.
- Discúlpelo doctora, lo traje por qué se calló ayer por la tarde y no dijo nada, asta hoy que Vi su herida y me preocupe que no sana, y se ve mal-.
- Descuida, lo atenderé y curare su herida-. Le dije con una sonrisa falsa. Eso es lo único malo de ser médico, y peor si eres médico de emergencias, en un hospital que es el más grande de todos, que cuenta con todos los servicios médicos... Si, esto es muy pesado.
- Gracias doctora-. Dijo el chico algo apenado. El viejo no dejaba de quejarse y renegar conmigo, me odiaba demasído.
- Ahora si gusta pasar a este lado, el enfermero llegará con usted y lo tirará, por lo pronto tómese estos antibióticos, y trate de cuidarse más, no les oculte nada a sus familiares.
- Gracias doctora, con esto, ¿Mi abuelo se va a mejorar?-.
- Si, pero debe servir con las instrucciones-.
- No tengo por qué obedecerla, y ni crea que le daré las gracias-.
- No lo haga por qué yo le digo, hágalo por su nieto-.
- Abuelo basta, ella solo trata de ayudarte-.
- En mis tiempos, las mujeres solo debían estar en la casa, haciendo los deberes, no haciendo las cosas de los hombres-.
- Abuelo, los tiempos han cambiado, ya hemos hablado de esto-.
- Descuida, no me molesta, con tal de que se recupere, me doy por servida-.
- Gracias doctora-. Dijo el chico aún más apenado.

Pasó el tiempo y casi llegaba mi hora de salida, y recordé que debía comprar cosas para lavar mi ropa, esto de vivir sola no es tan bueno como creí.
Estaba por terminar mi turno, cuando mi compañero Carlos se acercó a mí.
- Hey Laura, ¿Harás algo saliendo?-. Me preguntó muy entusiasmado.
- Pues tengo planes, debo llegar a hacer algunas cosas-.
- Puedo ayudarte-. Me afirmó, sin dejar que yo lo pensara.
- Gracias, eres muy amable, pero no, estás cosas se hacen solas-.
- Vamos anda, se que puedo ayudarte y así acabarás pronto-. Me dijo ya muy obsesionado.
- Vale, vale, te invito a mi casa, pero no haremos nada, que ya te conozco-. Si, es el típico hombre que solo busca tirar conmigo. Pero esta equivocado sí cree que conmigo lo hará. Y si preguntan, ¿Qué?, ¿Laura?, Si, me llamo Laura, ahora ya saben mi nombre

Al salir de mi turno, me encamine hacia mi auto, sin esperar a Carlos, pero como era de esperarse, el me alcanzó.
- Laura, espera, nos iremos juntos, así estaré más tiempo contigo-. Dijo abrazándome por la espalda.
- Carlos, suéltame, sabes bien que no me gusta cuando me abrazas-. Le dije retirándolo de mi.
- Vamos Lau, sabes que me gustas mucho, y si tú me dieras una oportunidad de por lo menos intentarlo-. Dijo con su cara y manos de súplica.
- No carlos, ya sabes cuáles son mis gustos, y no puedo corresponderte -. Le dije mientras caminaba.
- Está bien, pero no dejaré de intentarlo-.
Subimos a mi auto y conduje asta mi edificio.
- Con que es aquí a dónde te mudaste, ¿He?-. Dijo mientras observaba. - Ya sé dónde venir-.
- Vamos, es por aquí-. Le dije y caminamos, el elevador ya estaba en función de nuevo, eso era genial, no tendría que subir todo el edificio.
Al llegar a mi departamento, el se puso cómodo, no tiene modales, no se espero a que lo invitará a sentarse.
- ¿Que tienes de beber?-. Dijo mientras se sentaba y se dirigía a mi cocina.
- Tengo solo agua, ya sea natural o de sabor-.
- Asco, no tienes alcohol, en que mundo vives-.
- En el mundo de un adulto responsable- le dije mientras le quitaba un la jarra, que parecía que bebería directo. -Para eso existen los vasos-.
- Huuuuy perdón, ya no toco nada, gruñona-. Dijo con sarcasmo haciendo señas con las manos.
Decidí servirle, ya que el no sabe nada de esto.
- Toma-. Le entregué el vaso. - Ahora, deja hago mis cosas, si ocupas algo me avisas-. Le dije mientras me retiraba.
- Ok, yo te digo-. Me dijo él sentado en el sillón con las piernas cruzadas.
Mientras yo hacía mis cosas, pude escuchar voces, tal parece que alguien aparte de ese inepto, estaba en mi "casa". Salí a dar un vistazo y pude ver a Carlos hablando con Laura.
- ¡Hey Laura, ¿Qué tal?-. Dijo ella mientras se metía a mi departamento y caminaba hacia mi.
- Hola, todo bien, gracias ¿Y tú?-. Le respondí saliendo de mi escondite.
- Genial, ya sabes, lo mismo, oye... ¿Quien es el sujeto que está en tu sofá?-. Pregunto con cara de confusión.
- Él es... un compañero del trabajo-.
- Vaya, es todo un partidazo, ¿No?-. Me dijo con sarcasmo.
- Pues, la verdad es un tonto, pero me cae bien-.
- Pues la verdad a mí no me agradó nada, es muy boca suelta-. Dijo con algo de enojo y viéndolo bastante mal.
- ¿Te dijo algo?-.
- Nada, solo me platicaba de ti y de su relación-.
- Espera, ¿Qué?-. Le pregunté algo sorprendida y confundida.
- Eso-. Volteo a verme algo confundida.
- Ah, ya entiendo, perdona eso, pero no debió decir algo así, digo, no soy nada de él más que su compañera de trabajo, y si, la verdad si quiere estar en una relación conmigo, pero... afff es complicado-. Dije tratando de no dar tantas vueltas al asunto. - Pero dime, ¿A qué has venido? No es que me moleste, bien sabes que siempre eres bienvenida, también es tu casa, pero me sorprende-.
- Ah si, vine a invitarte a un evento que haré el sábado en la noche-. Me dijo con una sonrisa, demonios esa sonrisa comienza a gustarme, no entiendo.
- Oh, claro ¿A qué hora será?-.
- Yo pasó por ti-.
- Está bien, y ¿Qué debo usar?-.
- De preferencia ropa oscura-. Dijo mirándome de arriba hacia abajo.
- Perfecto, entonces te veo el sábado -. Ella solo asento con la cabeza y se retiró.
Regresé a hacer lo que hacía y Carlos solo me miraba con cara de pervertido. Acabé de hacer mis deberes y por fin le puse atención a él.
- Vaya, asta que terminaste, eres algo lenta-. Me dijo con cara de Ascó.
- Si, es que en verdad tenía bastantes pendientes, así dejar mi casa limpia y trabajar más a gusto, sin preocupaciones de tener pendientes-. El no dijo nada, solo volteo la cara.
Pasó el tiempo, y comencé a aburrirme, y el ambiente se tornó incómodo, así que decidí mandarlo a su casa, aparte de que ya era tarde.





//Hola a tod@s, disculpen si me sale alguna palabra mal escrita, si es así, por favor, háganmelo saber, se los agradecería mucho 🖤//

Todo por ti 🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora