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"Me voy a casar."

Es posible que ella ya no me ame?

Le hice daño, un daño que sé que es irreparable. Sin embargo, es mi hija.

Tengo cada carta de ella. Mi pequeña Sarah.
Leí cada letra que plasmó con dificultad, porque yo no estaba ahí para enseñarle.

Miró el papel que ahora tiene una mejor caligrafía, el aroma a vainilla de ella es inconfundible. A ella siempre le gustó lo dulce.

-RUBÉN!

La voz que proviene de la sala me altera y me causa ansiedad.

-Qué sucede Verónica?

La mujer que jure amar ante el altar ahora mismo quisiera asfixiarla con mis propias manos.
Entallada en un vestido de diseñador...justo como a ella le gusta, me mira y en ella veo la desaprobación.

-¡¿Porque mis tarjetas no pasan?!

-Recuerda que estamos en una etapa crítica en la empresa, no hay suficiente presupuesto para mantener tus gustos y las necesidades de los empleados.

-¡A mí no me importa las necesidades de tus lacayos! ¡Quiero la nueva bolsa que salió hace unas horas, debo tenerla!

Sus gritos me aturdian hasta más no poder.

-¡Ya te lo dije Verónica! ¡No habrá bolsa nueva!

Estaba harto de aquella mujer hermosamente cruel.

-¡¿Que diablos te pasa?! ¡Yo no me casé contigo para pasar etapas críticas!

-Bien, ahora lárgate si no quieres pasar esto....¡LÁRGATE!

Ella ya no se encontraba conmigo. Creo que siempre tome malas desiciones, empezando con mi familia.

Subí a mi estudio, tenía que dibujar nuevos diseños para la pasarela de Otoño-Invierno.

Cansado de no crear nada digno de una de las mejores marcas de moda y belleza, caigo rendido en el escritorio.

...

Despierto desorientado y adolorido de dormir en una pose bastante complicada. Mi espalda truena y el dolor no podría ser más aliviador.

-Papá.

En la puerta puedo ver a una niña...mi hija de aproximadamente 7 años. Mi pequeña Ericka.

-¿Qué sucede cariño?

-Mamá...¿Vendrá hoy?

Su mirada triste causa estragos en mi.

-No lo sé cariño.

Baja la mirada con decepción clara en su mirada.

-Vamos cariño, vístete, iremos a la empresa hoy. Hay una nueva modelo y quiero que le des tu aprobación. Y también despierta a Carlos.

-¡Si!

La ropa de marca nunca fue necesidad para mi. Pero realmente se veía bien portandola.

El auto está repleto de juguetes de mis hijos. Muñecas, coches, maquillaje y uno que otro muñeco de acción.
El trayecto siempre fue callado y silencioso, parece que no hay alegría. Y creo que no la hay.

-Buenos días señor Rodríguez. La modelo ya lo está esperando en su oficina.

-Buenos días Coraline. Bien! Niños vamos a conocer a la nueva.

Les guiño un ojo a mis pequeños.

-Perdón por la demora señorita...?

Voltea a verme y el porte que trae consigo me impresiona, su piel, la mirada imponente y determinada que transmite intimida. Esos ojos...de un bello color café...poderosos y brillantes.
Nunca antes había visto tal belleza en vida propia.

-Sarah...solo Sarah.

PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora