2. Recuerdos

798 67 7
                                    

Capitulo 2: Recuerdos.

Sentía los ojos demasiado pesados, casi como si estuvieran cosidos, mis oídos lograban percibir sonidos pero no era claro, era como si algo estuviera obstruyendo mis canales auditivos.

La fuerza que mantenía cerrados mis ojos se fue despareciendo lentamente, así que cuando pude abrir los ojos, aunque al principio borroso, pude ver el cielo estrellado, mis oídos se abrieron y pude oírlo:

— Elena ¿te encuentras bien?

Fue en ese momento que me percate de que Evan se encontraba cerca de mí, su rostro lucía bello y perfecto, como siempre, seguía igual de joven de cómo recordaba, no había envejecido, era él, definitivamente era él, y al poder recordarlo fue como sí el dolor que llevaba en mi pecho al fin se disipara.

Sus ojos azules lucían cansados y preocupados, verlo así me rompía el corazón.

Me senté lentamente, fue en ese momento que me di cuenta que nos encontrábamos a lado de la cascada aún. Lo mire fijamente y acune su rostro con mi mano, me acerque a él y deposite un beso en su frente.

— Tranquilo, estoy bien, Evan.

Sus ojos, los cuales antes se encontraban tristes, se abrieron de sorpresa y después vi que la calma inundo su rostro. De la nada me abrazo, no fue un abrazo reconfortante, fue un abrazo de esos que sientes que te fusiones con la persona, de necesidad, de añoranza, como cuando después de tanto tiempo al fin te encuentras en casa.

— Por Yavé, Elena, vuelve a darme otro de esos sustos y juro que me va a dar un paro cardiaco.

Reí, y aún en sus brazos le dije:

— Tranquilo, estoy aquí, contigo.

...

Me costó un poco de trabajo recuperarme, así que cuando al fin me encontraba bien me pude poner de pie, claro, con ayuda de Evan.

Lo que acababa de suceder no solo me había causado un daño físico, quizás, hasta un daño moral, pero dudo que pudiera ir a un psicólogo o psiquiatra y decirle: "Oh, necesito terapia, una extraña criatura humanoide, pero claramente no humana, me atacó y casi me mata, y también después de trece años recobre la memoria de que hay seres que se transforman en animales en el bosque que está al lado de la casa de mis abuelos. Y lo confirmo más que nada porque vi a un chico guapísimo, cabe recalcar, convertirse en un colibrí blanco. También, ese chico era mi amigo de la infancia y no ha envejecido en estos trece años que perdí la memoria."

Definitivamente no podía ir con un doctor o algo ya que sería un pase directo al hospital psiquiátrico, y créanme, definitivamente no quiero ir a uno. En realidad, nadie quiere.

Ahora que mi mente se encontraba un poco más despejada, y después de un encuentro cariñoso con Evan, me encontraba sumamente confundida, ya que mi mente estaba dividida en que "recordaba todo y sabía lo que una niña de cinco años sabía" y "soy una joven de dieciocho años, dentro de unos días diecinueve, a la cual en su mente todo esto era imposible". Así que haber recuperado mis recuerdos no me hacía muy fácil digerir esto. Pero, ayudaba.

Voltee a ver a Evan, lo mire directamente a los ojos, y sin decir una sola palabra, suspiró de cansancio y comenzó a hablar.

— Bien, se que te encuentras confundida por lo que acaba de suceder.

Levante la ceja en un gesto inquisitivo.

— También soy consciente de que a pesar de que recuperaste tus recuerdos hay ciertas cosas que te oculté cuando tenías cinco años.

Los CambiantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora