Las divisiones (3 Temp)

52 6 1
                                    

Después de haberme presentado a Kazuto a Jahir y a Ming Li, les mostré su habitacion (la cual era el restaurante chino del centro comercial).

Álvaro: Mientras aprendamos a confiar en ustedes se quedarán todos en una misma habitación, además les asignaremos un vigilante para ver que todo este en orden. Disculpen si ven desconfianza,  pero como ya saben en este mundo no es fácil confiar en cualquiera.

Kazuto: Tu tranquilo, entendemos...

Álvaro: Bueno, José los cuidará por el momento. Dije señalandolo.

José: Sí. Dice afirmando con la cabeza.

Al caer la noche, ya en mi habitación alguien llama a la puerta.

Toc Toc Toc

Álvaro: ¿Quién es?

Es Sara la hija de Fred.

Álvaro: Adelante Sara.

Abre la puerta...

Sara: ¿Puedo sentarme? Dice señalando la cama.

Álvaro: Por supuesto.

Se sienta...

Sara: ¿Mira y como te sientes?

Álvaro: La verdad muy bien, tenemos nuevos integrantes y pues... creo que es algo por lo que debería estar felíz.

Sara: Que bueno me alegro de verdad. Dice dibujando una enorme  sonrisa.

Álvaro: ¿Oye y tu como te sientes?

Sara: Mmmm felíz de que tu estés felíz jejeje. Acto seguido me da un beso y se va.

Sin entender lo que acababa de pasar le pregunté...

Álvaro: Eh eh... ¿Quieres salir mañana conmigo? Dije algo nervioso.

Sara: Me encantaría.

En ese momento se levantó me guiñó el ojo y salió de la habitación.

Álvaro: Oh. Estaba impresionado.

Al día siguiente...

Lester: ¡Álvaro! ¡Hay enfermos en la entrada! ¡Son muchos! 

Álvaro: ¿¡¿Pero es que no puedo dormir sin que me despierten por una emergencia?!?

Lester: ¡Vamos!

Me levanté y bajé. Al llegar abajo me percaté de que habían alrededor de 50 enfermos en el estacionamiento del centro comercial. ¿¡¿Ahora que voy a hacer?!?.

Álvaro: ¡Rápido! ¡Osvaldo, Lester, Diego, Jerónimo, siganme!

Fuimos a matar a los enfermos, eran demasiados y para no atraer más teníamos que usar armas blancas.

Un enfermo, dos, tres, tres, ¡eran demasiados! En eso uno se me viene encima y me tira al piso, de un momento a otro sale Kazuto por la puerta del centro comercial, viene y le clava el alfanje en la cabeza al enfermo que me atacaba.

Álvaro: Gracias. Quería saber como había podido agarrar su espada si se la habíamos confiscado, pero preguntar eso hubiera sido muy grosero, pues me acababa de salvar la vida y no contaba con suficiente tiempo.

ElDíaDelvirusZ: Puedes correr, Pero no esconderte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora