Traición [Chaennie G!P] BLACKPINK

Paquete

El timbre de nuestro departamento sonó. Intenté levantarme tratando de no moverme mucho para no despertar a Jennie. Estaba con gripe y había faltado a clases por lo mal que estaba y no quería despertarla. Estaba con fiebre alta y me había quedado a su lado para atenderla.

Corrí descalza por el pequeño departamento y abrí la puerta. No había nadie, bajé la mirada al piso y vi un paquete, estaba envuelto en un papel de regalo y con un moño.

Fruncí el ceño.

No era nuestro cumpleaños y ya había pasado nuestro aniversario. Cerré la puerta del departamento mirando fijamente el paquete, era del tamaño de un libro por lo que rápidamente lo desenvolví. Era una caja en blanco junto a una pequeña nota encima.

Velas ahora mismo y disfrútalo, nena. –LM.

Miré extrañadamente la caja antes de abrirla. Adentro había varios CD. Curiosa tomé uno y lo metí en el DVD, prendí el televisor y le puse play con el control. En la pantalla al principio se vio negro, luego apareció Lisa riendo, sonreí divertida. Ella me había enviado el vídeo, por supuesto, sus iniciales Lalisa Manoban, que tonta por Dios.

Luego de unos segundos la pantalla mostró a Jennie sujetando a Lisa por la cintura. Sentí que mi corazón empezó a latir con fuerza.

Seguí mirando fijamente el televisor, veía como Jennie cargaba a Lisa y la echaba en la cama, abrí los ojos como platos al ver que era nuestra cama. Las lágrimas empezaron a caer por mi rostro. Ellas hablaban en el vídeo pero no se escuchaba nada, a los pocos segundos sus ropas empezaron a desaparecer. Las lágrimas me taparon la visión pero se escuchaba los ruidos y gemidos de ambas. Agarré el control remoto a mi lado y lo lancé al televisor, cayó al piso sin hacerle ningún daño a la pantalla. Escuché ruido en la habitación antes de que Jennie saliera.

—Nena, ¿Qué está pasando...? —Miró el televisor y luego mis lágrimas caer y se detuvo abruptamente. Abrió los ojos alzando las manos. —Rosé, no es lo que parece.

Me paré del sillón en el que estaba y me lancé a ella tirándole una bofetada volteándole el rostro. Tomó su mejilla y me miró sosteniendo su mano ahí. —Nena, déjame explicarte.

Fruncí el ceño. — ¿Explicarme qué? ¿Qué te follabas a mi mejor amiga en mis narices? — Las lágrimas corrían como riachuelos por mis mejillas. Me acerqué a ella, cegada por la rabia y le di un puñetazo. Al instante sentí el dolor pero lo ignoré por la satisfacción que sentí al ver sangre en la comisura de su labio.

No era una persona violenta, pero estaba cerca de serlo. Me alejé hacía mi habitación aun escuchando los horribles sonidos de ellas dos y cerré la puerta en las narices de Jennie. Tomé la maleta del closet y comencé a meter ropa en ella. Las lágrimas me tapaban la visión pero continué metiendo tanta ropa y cosas como pudiera. Cuando terminé, me calcé en mis zapatillas y abrí la puerta. Afuera Jennie estaba en el piso cuando me vio con la maleta se paró al instante.

—Nena, no te puedes ir. Intentó tomarme del brazo pero me zafé y pasé por su lado sin mirarla. —Rosé, amor, por favor.