Diario de delirios de un alma rota

Delirio Número 23

     Hoy estoy feliz, y de una manera increíble. Quizá tengas la duda de por qué, y es el hecho de que encontré a una persona especial... Me atreveria a decir sin dudar que es la persona más importante en mi vida. Sé que te estarás preguntando quién es, pero no te precipites, alma que lee mis líneas... Pronto lo sabrás, si sigues leyendo este texto.

     Es una persona maravillosa. De por sí es arte tallada a mano por los mismísimos dioses del Olimpo. Amo cada uno de sus rasgos, todas las partes que le componen y sus distintas facetas.

     No niego que me costó aceptar sus defectos al principio... Su físico, su personalidad... Pero poco a poco aprendí a tener una convivencia pacífica con este ser.

     Veo cómo día a día progresa y se esfuerza por ser aún mejor que el día anterior, aprender cosas nuevas, conocer gente que le haga bien y le ayuden a progresar.

     Veo cómo siempre da "la milla extra" por ser un oasis en el desierto de los demás, a pesar de estar con muchas heridas... a pesar de las personas... a pesar de la vida.

     Es alguien que ha luchado y ha aguantado muchas cosas, con una enorme sonrisa. Me siento muy orgullosa de hasta dónde ha llegado hoy en día.

     Comete errores, como cada ser en este planeta que habitamos, pero siempre está a disposición de quien le necesite, sin importar lo mal que esté, y siempre intentará levantar tu ánimo, darte las palabras que necesitas escuchar, teniendo cuidado de no romperte, y brindarte todo su amor.

     Ama el éxito y el progreso del resto, y se siente feliz por ello, pero también se pone feliz por el propio.

     Siempre extraño ver su rostro... Escuchar sus hermosas palabras para conmigo, y cuando esto sucede,  recurro a nuestro punto de encuentro que es el espejo.

     Así es, esa persona soy yo misma.