Flores en la eternidad.

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Unna recordaba cada día a su abuela.
Siempre tenía la ventana llena de pequeñas macetas con flores de todo tipo.
Se habían hecho muy amigas del joven elfo y, cada vez que volvía al pueblo, les traía alguna macetita con una planta aromática o medicinal, o una flor que no creciera en el pueblo...
A veces, incluso traía algún animalillo pequeño, como crías de pájaros caídas de los nidos, gatos abandonados...
Unna nunca llegó a preguntárselo pero, a día de hoy, estaba segura de que su abuela realmente deseaba que ella y Letto acabaran juntos.

Rol y la magia de vivirloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora