Kathania recibe una devastadora noticia que le cambia su mundo y la lleva a un lugar que jamas imagino donde encontrata grandes amistades que estaran siempre para ella , El amor de su vida , su mayor enemiga y un asesinato.
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Portada :...
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Mi Corazón luego de varios días latía tranquilamente, Adrián se había recuperado, ni los niños ni mis seres queridos corrían peligro. A Ekaterina y juan, quienes estuvieron aislados todo este tiempo, los volví a ver y abrazar, ver que estaban bien me alegró mucho.
-¡¡¡Ahhhhh Ayuda!!!- Gritó pablo.
Salí corriendo asustada hacia donde él, lo encuentro en el piso con su cara ensangrentada y me percato que había perdido un ojo, alguien lo había atacado con una daga. Pablo había encontrado a esa persona escondiéndose entre las plantas llevando una caja con un juego de dagas antiguas, de 3 había 2. Una permanecía intacta, la otra en el piso llena de la sangre de pablo y la otra era la que había apuñalado a Carlota.
Solo escuchaba las voces sin poder concentrarme y analizar lo que estaba pasando, vendamos a pablo y esmeralda preparó una medicina con sus hierbas y se las echó en la cara para que lo curara y le aliviara el dolor. Todo pasó muy rápido, no sabía dónde estaban Juan y Ekaterina. Buscándolos me topo con Juan haciéndole sexo oral a otro muchacho en el segundo piso de las habitaciones. Solo podía escuchar los gemidos de ambos y como se masturbaban, ambos culminaron en las sábanas. Sabía las preferencias de Juan y esperé a que estuviera solo
-Explícame que acaba de pasar, puto- dije.
-No me digas que viste todo.
-Sí, vi todo, hubieras buscado un lugar más oculto.
-Lo sé, pero todo sucedió tan rápido que en menos de 2 segundos la teníamos dura y nos encontrábamos mamando.
-No quiero saber más nada y sabes que esas sabanas las lavaras tú, puerco.
Lo cogí de la mano y lo puse al tanto de lo ocurrido, no todos lo sabían ya que sucedió afuera, me dio un fuerte abrazo y fue a ver como estaba pablo, Ekaterina agitada llega y me abraza.
-Lo siento mucho, me acabo de enterar- dice llorando. Le respondí con otro fuerte abrazo. Adrián llegó corriendo y me dio un tierno beso y me abrazó
-Quien sea que esté detrás de esto las pagará- me dijo susurrándome al oído.
Pablo estaba consciente y estable, tenía una larga cicatriz que comenzaba desde su ceja hasta la nariz que le había sacado su ojo derecho. Matilde estaba tratando de hacer un plan para la seguridad de los huérfanos y empleados. El Orfanato se sentía más oscuro que nunca.
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