Kathania recibe una devastadora noticia que le cambia su mundo y la lleva a un lugar que jamas imagino donde encontrata grandes amistades que estaran siempre para ella , El amor de su vida , su mayor enemiga y un asesinato.
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Portada :...
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Esa era la pregunta que todos nos hacíamos, esa mujer era el demonio no me sorprende lo que sucedió, ahora todos andábamos por El Orfanato nerviosos y tratábamos de estar siempre acompañados por si esa persona volvía a atacar. Carlota no mejoraba y adrián se la pasaba junto a ella en el cuarto y casi no lo podía ver, Habíamos podido tranquilizar a los niños, algunos contentos y otros desconcertados.
¡¡Pero las cosas se ponían peor!! Había llegado La Peste Negra al Orfanato. Matilde bajó corriendo como loca e informando del brote, lamentablemente varios niños habían sido contagiados. Era algo muy raro ya que El Orfanato estaba bastante alejado de la ciudad. Inmediatamente se puso en cuarentena el lugar. Generales rodeaban el sitio y solo se veían las personas con esas mascaras tan tenebrosas. Habíamos prendido fuego en varios lugares para que no se esparciera. Esto podría definitivamente matar a Carlota con esa herida tan grande.
Todos teníamos guantes y casi no nos hablábamos, tenía tantos deseos de poder abrazar a adrián y besarlo, pero podía ser peligroso. Había 6 huérfanos contagiados y lamentablemente ninguno sobrevivió, Era algo trágico, son muchos niños, pero cada uno es único y especial. Los niños sanos se encontraban en la otra ala del orfanato donde se monitoreaban constantemente y esmeralda les hacía comida saludable.
Estábamos escasos de todo, era más peligroso bajar al pueblo para provisiones y no sabíamos que hacer. Desesperada busqué apoyo en adrián que no se alejaba de Carlota que aún agonizaba. Siento un calentón por dentro al ver adrián sudado y pálido, Infectado. Mis lágrimas comenzaron a salir
-Kathania, aléjate, aléjate de mí.
-¡AYUDA!- grité y rápidamente se lo llevaron, no podía parar de pensar que podría ser la última vez que lo vería con vida.
-Kathania, te Quiero- me dijo antes de que se lo llevaran al área de infectados.
-Dios mío, protégelo- dije en voz alta.
Pasaron 3 días, ya el pueblo estaba estabilizándose poco a poco, desde "El Orfanato" podíamos ver las filas de humo que había por la quema de cadáveres. Nosotros enterramos a los 6 niños que nos dejaron. Con mi mascara puesta visité a Adrián que aún temblaba inconsciente en la cama. Le afeité la cara, le pasé paños para quitarle el mal olor, por su pene flácido, pecho y de más, ya no había ronchas visibles.
La luz salió al final del pasillo, La peste negra nos había dejado, ya no se veían las filas de humo y ese aroma incomodo a muerte. No había fuego en cada esquina dentro del Orfanato. Carlota parecía mejorar y Adrián, mi Adrián me miraba fijamente en su cama ya recuperado mientras le daba de comer, Pablo se acercó hacia mí y me apretó el hombro "Ya pasó todo, mi niña" me levanté y lo abracé fuertemente.
-¡¿Cuándo se van a acabar estas desgracias, señor?!- dije en voz alta.
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