Una mueca se apoderó de su rostro al observarse en el espejo, aunque Jungkook insistirá en que era el chico mas bello del mundo, relamente no se sentía así.
Quería comprender que estaba mal en el, siempre pensó que era alguién de belleza normal, pero todas esas miradas sobre él decían otra cosa. En el último mes su guardarropa había dado un giró radical, aquellos pantalones que se ajustaban a sus piernas a la perfección, habían sido reemplazados por pantalones grandes y olgados, las camisas que dejaban ver sus clavículas, esas que tanto le gustaban a su novio, fueron sustituidas por grandes remeras que cubrían cada parte de su cuerpo. Día a día su autoestima caía rápidamente, haciendolo un bicho raro de la sociedad, cuestinandose que era lo que Jungkook veía en él.
A diferencia de él, Jungkook era un chico bien parecido, alto, piel perfecta, facciones finas y detalladas, un cuerpo para morirse, con una sonrisa perfecta y una personalidad que enamoraría a cualquiera, fuese hombre o mujer, Jungkook era el chico perfecto, mientras él, era solo uno mas en el montón. Fácilmente reemplazable por alguien mil veces mejor.
Se observaba buscando aquello que según Jungkook era perfecto en él, pero por mas que lo intentará, no lo veía, solo se veía a si mismo frente al espejo, siendo tan común.
「 ♡ 」
Corrió fuera del baño cuando escucho la puerta principal ser abierta, sabía cuánto le molestaba a Jungkook verlo de esa forma, juzgandose y odiándose en silencio. Una sonrisa se instaló en su rostro al ver a su novio y a su pequeño cachorro regresar de su paseo, de alguna forma, Jungkook le habia tomado cariño a la bola de pelos que tantos problemas le ocasionó.
—Bebé, estoy en casa.— El pelinegro sonrió al toparse con la mirada de su novio.
—Bienvenido a casa, amor.— El castaño sujeto el rostro ajeno, depositando un beso en sus labios.
Su sonrisa se desvaneció al ver el rostro serio de su novio. —Extraño a mi novio ¿donde esta mi TaeTae?— Sus ojos reflejaban tristeza, una tristeza tan grande como si hubiese perdido una parte de él.
El castaño agacho la cabeza, no tenía el valor de ver a su novio. —Yo... Debes estar cansado, ire a prepar la cena.— Una sonrisa forzada fue lo único que pudo mostrar antes de ocultarse en la cocina.
Sabía que Jungkook estába mal, lo sabía perfectamente, todo el tiempo lucia triste y decaído, también sabía que era su culpa, el menor siempre se esforzaba por hacerlo feliz y el simplemente lo despreciaba con su actitud, pero no era fácil amarse, tenía tantas inseguridades, comenzó a odiarse por culpa de los comentarios ajenos, dándoles la razón y considerándose un error, alguién que simplemente no merecía ser feliz.
Jungkook no se merecía eso, merecía a una persona que lo hiciera feliz, tal vez el no esta destinado a ser esa persona.
「 ♡ 」
Sus días transcurrían lento, sufriendo en silenció y sintiéndose la peor escoria del mundo, durante esos días solo se dedicó a observarse en el espejo y encontrar más defectos, aunque no estuviesen ahi, los veia perfectamente.
Jungkook había intentado todo, pero sus esfuerzos eran inútiles, sabía que Taehyung lloraba todas las noches en el baño, cada día odiaba más su cuerpo, se odiaba a si mismo, su novio poco a poco se rompía y no podía hacer nada para evitarlo.
—Tae, sal porfavor.— Jungkook llamaba a la puerta de la habitación sin obtener respuesta algúna, podía escuchar los sollozos que eran silenciados contra la almohada.
Taehyung permanecía en la habitación día y noche, hacía ya varios días que no veía a su novio ó a su amada mascota, sus ojos estában hinchados por llorar tanto, sabía que lastimaba a su amado, pero era tan difícil verlo a la cara, Jungkook había perdido esa hermosa sonrisa, ahora su expresión reflejaba tristesa al verlo.
Taehyung estaba rotó, y había arrastrando a Jungkook a su miseria.
「 ♡ 」
Escuchó el llamado a la puerta, sabía que se trataría del pelinegro, el menor solía dejar uno que otro bocadillo para él, a pesar de todo Jungkook seguía a su lado, pero el tiempo y las inseguridades no ayudaban, poco a poco se distanciaban, hacía días que no veía a su novio, no compartían un abrazó ó beso, ya no veía la tierna sonrisa de Jungkook.
—Tae se que me escuchas.— La voz del menor se hizo presente del otro lado de la puerta. —Lo siento, lo siento tanto, pero no podemos seguir así, no puedo más, ya no se que hacer. Creí que estaba haciendo lo correcto, pero solo me equivoqué, no noté cuan mal estabas, te deje caer sin darme cuenta, todas esas sonrisas eran falsas y nunca lo noté. Siento que cada día te pierdo más, siento mi corazón romperse cuando lloras, lamento no haber echo lo suficiente, recuerda que te amo y eso no cambiará aún si no estamos juntos. Yo... No puedo continuar con esto, lo siento, Taehyung.
Las lágrimas se deslizaban rápidamente por sus mejillas, los pasos de Jungkook se volvían solo un eco, un eco que destrozaba su corazón, debía correr e ir tras el, debía recordarle cuanto lo amaba, aquel debil sonido desapareció, indicándole que todo había acabado.
En medió de aquella inmensa habitación Taehyung se lamentaba el ser un idiota y alejar a la única persona que amaba, Jungkook era su todo; su primer beso, su primera vez, su primer y único amor, la única persona con la que podía y quería pasar el resto de su vida. Observó la argolla que adornaba su dedo, recordando lo maravilloso que fue el momento en que Jungkook le pidió pasar el resto de su vida junto a él, jurandole amor eterno, entregándole su corazón. Todos aquellos hermosos momentos le hicieron recordar el porque amaba a Jungkook de la forma en que lo hacía, siempre estuvo a su lado, haciéndolo sonreír y amándolo cada día de su vida.
Taehyung corrió fuera de la habitación, encontrándose sólo en un corredor vacío, un silenció aterrador inundaba hasta el último rincón del departamento, obscuro y en completo silencio, ese lugar ya no parecía su hogar, dejó de serlo en el momento en que Jungkook se marchó, tal ves sin mirar atras como a él le hubiese gustado que fuera.
Una pequeña luz lo lleno de esperanza, tal vez no era tan tarde, tal vez aún tenía oportunidad de detener a Jungkook, aún podía salavar su amor. Desesperado corrió hasta la sala, se detuvo antes de entrar al observar a detalle aquella luz, era tenue pero muy reconfortante, algo en aquella suave luz le recordaba a Jungkook, era tan calida como él. Entró a pasos lentos, sus ojos se abrieron completamente antes de cristalizarse al ver a su novio parado en medio de aquella habitación, una tierna sonrisa adornaba su rostro, sin pensarlo el castaño corrió a los brazos de Jungkook, siendo recibido por un cálido abrazó.
—Jungkook, creí... Creí que te había perdido.— Taehyung escondió su rostro en el cuello del menor, aferrándose a él.
—Amor, mira a tu alrededor.— Un dulce susurró hizo a Taehyung observar aquella habitación.
Las luces que colgaban por toda la sala erán complementadas con fotos, fotografías de ellos dos juntos, sonriendo felices y compartiendo hermosos momentos.
—Hemos vívido tantas cosas juntos, aprendido tanto el uno del otro, has estado a mi lado incluso en los peores momentos, nos hemos protegido el uno al otro, pero lo mas importante, nos hemos amado como solo dos niños pueden hacerlo, desde el día en que te conocí has traído felicidad a mi vida, te convertiste en todo lo que deseaba.— El pelinegro sujeto el rostro de Taehyung entre sus manos, acariciando tiernamente sus mejillas.
—Tal vez no lo ves, pero eres perfecto, tus ojos, tu sonrisa, tus rosados labios, tus sedosos cabellos castaños, esos tiernos lunares que adornan tu rostro, tus mejillas, tu hermosa personalidad, todo en ti es perfecto, eres como una bella flor con radiantes y suaves petalos, tan frágil, y sin embargo tan bella, déjame protegerte una vez más, permíteme luchar por nuestro amor.
Sus mejillas se habían teñido de un intenso carmesí al escuchar las palabras de Jungkook, solo el podía hacer que se olvidara del mundo, solo el podía hacerlo sentirse de esa manera, tan feliz. Sus labios se unieron en un tierno beso, moviendose a un ritmo lento, provocando tantas sensaciones como si fuese la primera vez.
Una sonrisa se formó en sus lábios, a pesar de los problemas Jungkook permanecía a su lado, amándolo y protegiéndolo, recordando aquella promesa que dos niños hicieron, la promesa de amarse por toda la eternidad.
Al estar junto a Jungkook todas sus inseguridades desaparecían, si estaba a su lado no necesitaba de nadie mas, el tenerlo a su lado, lo convertía en la persona mas afortunada del mundo.
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⌗Different慰⨾ kooktae
Fanfiction❝ ─¡Mamá! Ese niño es diferente. ❞ ♡⨾短篇故事fluff¡!comfort top¡!jk | ღ | bottom¡!th fanfic ─ ©ᥲt᥊rιᥴᥴt❟010818