6.Mierda

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¡LA PRIMERA TEMPORADA LLEGO A LAS 100K LEÍDAS ESTOY MUY FELIZ GRACIAS POR TODO EL AMOR Y POR RECOMENDARLA SON LO MEJOR! 😭😭😭😭💘



Niall.

Miraba la puerta nervioso, tomé una bocanada de aire para luego tocar el timbre esperando que Didi me abriera la puerta. Esperaba dos reacciones:
a) O me dejaba pasar y hablábamos las cosas más calmadas, dándome la oportunidad de explicarme, y de paso disculparme porque había sido un idiota, sin olvidar que ella llevaba un hijo mío y debíamos hablar de ello.
b) La más probable de todas, era que la mirada penetrante de Didi traspasase mi alma y me cerrara la puerta en la cara. Con las hormonas y eso se volvía algo bruta y bueno, la entendía. En un caso normal ya se habría enojado, sentía estando embarazada reaccionaba todo por mil veces más.

Pasaron más de diez minutos y volví a tocar el timbre, vamos Di, abre.

Nada.

Volví al auto y busqué las llaves de la casa, necesitaba entrar a mi hogar. Cabía la posibilidad que en realidad Diana no estuviese en casa y que yo estuviese parado aquí como un imbécil esperando a que me abriera la puerta, aunque quería que ella estuviese para conversar el que no estuviera no era un mal escenario, podría recoger unas cosas y observar con tranquilidad mi casa. Encontré las llaves debajo del bolso que hice ese día. Las tomé y rápidamente caminé a la puerta.

Abrí y la casa estaba bastante fría, nada a comparación a como le gustaba tenerla a Didi: siempre limpia, ordenada y con olor a limón.

Ahora estaba lúgubre, algo desordenada y con olor a encierro. Fruncí el ceño.

-¿Didi? -la llamé.

Nada, parece que de verdad no estaba. Pero no era como si no estuviese ahora, más bien era como si se hubiese largado hace mucho tiempo de aquí y la casa estuviese abandonada. Eso creía hasta que vi un vaso de agua en la mesa de centro, lo toqué y estaba helado, recién servido del dispensador. Cauteloso caminé por el living y no se divisaba a Didi por la cocina, me dirigí al segundo piso subiendo las escaleras, cada vez que las subía recordaba que una de las razones de por qué elegimos esta casa era porque a Diana le encantaba la escalera que bordeaba la planta alta, decía que se le recordaba a una película que solía ver de niña "La Bella y la Bestia".

El cuarto estaba hecho un desastre; ropa por todos lados, la cama deshecha, una manzana a medio comer se estaba pudriendo en la mesa de noche con cuatro envoltorios de barras de cereales a su alrededor. Aquello me hizo creer más que Didi no se había ido, seguía viviendo aquí... o algo así. Una toalla de encontraba tirada en la esquina de la habitación, en cuanto me acerqué a ella descubrí que se encontraba ahí de hace días, ahora estaba completamente asumagada expidiendo un olor horrible. Un alto de ropa sucia se encontraba apilada en una silla, tanta, que un par de prendas se cayeron de la pila desplegándose en el suelo. Algo estaba mal, nada de esto era propio de Diana.

Entonces vi algo que me rompió el corazón: una foto de ambos rota por la mitad. Recordé ese día, se acercaba el cumpleaños de Diana y decidí llevarla a Disneyland, ella me había contado que siempre quiso ir de pequeña y que nunca pudo ir, luego quiso llevar a Sky, y que tampoco tenía el dinero. Era hora de que cumpliera uno de sus más anhelados sueños de la infancia. Se encontraba tan feliz ese día, uno de los mejores. Recorrimos la mitad del parque gracias a Didi que insistía en subirse a toda atracción y sacarse foto en cada lugar con cada personaje disfrazado que aparecía. No había quién la detuviera ese día, corría como una niña pequeña e incluso no le molestó en tomar varias fotos con fans que me reconocían (a pesar de mi muy elaborado disfraz que consistía en lentes grandes, una sudadera y gorro).
Ese día los paparazzis nos tomaron muchas fotos, incluso una donde salimos besándonos apasionadamente en el castillo de la Cenicienta, cuando Didi las vio rió y me las mostró, diciendo que nos veíamos tiernos, guardó las que más le gustaron en su celular y subió una a Instagram colocando de descripción "Love is always in Disneyland, credits to paps". Aunque la foto que estaba viendo en este instante no era una de esas, en cambio era una selfie en el mundo de Star Wars; yo estaba caminando sin entender mucho mientras Didi me explicaba la historia y nombraba los personajes, "¡Sonríe!" Me dijo mientras observaba un holograma que se veía muy real, así que no era la mejor cara la que había colocado, "¡Eso es trampa!" Le contesté, aunque a ella no le importó y la mandó a revelar porque según ella parecía que "Darth Maul estaba conmigo", nada lindo, supongo, porque no parecía de los buenos.
Ahora Darth Maul se encontraba de mi lado mientras Didi estaba en el otro pedazo, la había partido justo en el medio.

-Didi... donde estás-dije bajo.

Tomé la foto y la guardé en mi chaqueta, busqué en el baño preocupado, pero la chica no estaba ahí tampoco. Fui a mi mini-estudio donde componía canciones por si acaso y estaba tal cual lo había dejado.

Fruncí el ceño ¿Dónde estaba Diana? A lo mejor sí había salido, pero iba a volver...

Bajé, camino a la cocina comida desparramada por el piso llamó mi atención a lo lejos, algo en mi pecho se apretó diciéndome que esto no estaba bien. Me acerqué y lo poco de cordura se fue cuando vi a Didi tirada en el piso.

-¡Diana!- la tomé en brazos rápidamente, estaba pálida- no...

Con rapidez la subí al auto, mis manos temblaban, pero de todos modos conduje al hospital ignorando todo semáforo. Salí corriendo y todo pasó de forma vertiginosa, ocurriendo y no ocurriendo al mismo tiempo.

Me encontraba siendo un espectador de una de las peores pesadillas de mi vida; camillas, luces, doctores llevándose al amor de mi vida, si bien mi cuerpo se encontraba en la sala de espera, mi alma y corazón estaban con Diana, mi mente quién sabe donde. Había sido capaz de manejar hasta la clínica, después de eso mi mente estaba en cero, nada, en blanco. Seguía pasmado por lo que había visto en la casa.

Una frase llegó de súbito a mi mente, "todo es mi culpa" si no hubiese engañado a Diana ella no estaría así de mal, nada de esto estaría ocurriendo.

Mi estómago y corazón pendían de un hilo, no me decían nada. Estaba todavía sentado con la cabeza entre mis rodillas cuando llegó el doctor que atendía a Skylar. Per... Perry, ese era el apellido.

¿Qué hacía aquí un inmunologo? Por un momento pensé lo peor, pero no podía ser, no.

-Buenas tardes, ¿es usted el marido de la señora Khalid?

-Sí- mentí- dígame, ¿qué le ocurrió a Diana?

-Sufrió un desvanecimiento que la llevó a un desmayo, probablemente producto de la anorexia que está padeciendo. No se preocupe, está estable, pero necesita quedarse un par de días para ser hidratada y recuperarse

-¿Cómo está mi hijo? Diana está embarazada

-El embarazo no ha sido intervenido, aunque pudo haber sido afectado de no traerla a tiempo para inyectarle vitaminas, estuvo bien en traerla de inmediato. Debo informarle de una dieta que la señora Khalid deberá seguir, lo básico es dejar todo alimento que contenga gluten y leche, le entregaré una receta para...

-Disculpe, ¿dieta? Diana sólo está embarazada, ¿hay algún problema con el bebé?

-Señor, ¿usted no sabe? La paciente tiene lupus, ha pasado a la etapa 2...

Recordé lo que había pensado hace unos minutos, que me encontraba en una pesadilla, no pude estar más cierto. En cuanto la palabra "lupus" salió de la boca del médico me encontré más ausente que nunca, ahí, parado, mientras todo corría en cámara lenta y los labios del doctor se seguían moviendo sin emitir ningún sonido.

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Capítulo editado y co-creado por SmileWithHoran

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