Niall.Abría los ojos para ver qué tenía en la cara que me molestaba y noté que era el cabello de Hails, lo quité y me senté en la cama de la chica.
Llevaba ya varios días con ella y quería espacio, tenerla como algo más formal me estaba cansando, creo que era genial eso con Didi. Ella siempre me daba mis momentos solos.
Pensaba en el bebé que Didi llevaba en su interior, sabía que era mío y era un total idiota en desconfiar de ella así.
Me sentía muy confundido, no sabía qué sentía por Didi y qué sentía por Hailee; tenía mi cabeza hecha un caos con todos los sentimientos mezclados.
Me levanté de la cama y caminé al baño. Me miré al espejo y me fijé en las ojeras que tenía por la fiesta de ayer.
Había vuelto a consumir, Hails había traído un poco y ahora me arrepentía de aquello. Yo no era así, sin embargo, me sentía muy mal con mis emociones estos días.
Nunca pensé estar metido en las drogas, solo a veces me pasaba un poco con el alcohol, pero tampoco era a diario.
Noté mi nariz algo hinchada y bufé, quería ir a mi hogar, pero Diana me iba a echar a patadas de ahí. No tenía donde ir. Aunque por otro lado, esa era mi casa, tanto si Diana estaba o no de acuerdo de tenerme ahí.
Pensé en los chicos, sabía que estaban enojados conmigo. El único que en estos momentos me aceptaría era Lou.
Saque mi teléfono y marqué a mi amigo.
-¿Aló?-era la voz de Harry, sonreí.
-Hola, Harold-saludé
-Qué hay Niall...-silencio incómodo.
-Sé que están molestos-suspiré - Pero necesito a mis amigos, por favor
-Sabes que aquí con Lou siempre te recibiremos, ven que mi novio está preparando su especialidad-dijo más alegre.
-¿Pollo con queso mozarella?
-Rodeado de jamón con pure de patatas-terminó de decir.
-Son tan lindos, ¡Basta!-dije sonriendo.
-Trae tu culo aquí-colgó riendo.
Me di una ducha y me fui a vestir con un pantalón deportivo y una camiseta de The Eagles. Acomodé mi cabello y partí a casa de los chicos, no me despedí de Hails, de lo contrario tendría que darle explicaciones que no quería, y terminaría quedándome aquí.
En el automóvil conducía tranquilo pensando sobre lo que sentía.
Pensaba en todas las cosas que pasamos con Didi y aún no entendía cómo llegué a los brazos de Hails.
¿Atracción sexual tal vez? Pero el sexo no lo era todo... pensé en Diana. Con ella era más que solo sexo, sin embargo, respecto a ello estábamos alejados, de un día a otro se puso distante, se apartó de toda forma de mí, incluso ya no hablábamos como antes, esa era la gran interrogante que tenía en mi cabeza, "¿por qué?" ¿Por qué se alejó? Solía pensar que éramos aquellas parejas que se decían todo, cuán equivocado estaba.
Recordaba largas conversaciones que teníamos de vez en cuando tirados en la cama.
-Pero, Niall, hasta el mismo creador del Titanic dijo que ni los dioses podrían hundirlo-ella miraba mis ojos-Yo creo que no era el Titanic, fue un atentado
-Amor, era el Titanic, ¿Por qué utilizar otro barco?
-El Olimpia nunca lo encontraron, que era una réplica del Titanic-sonreí
-Eres una ñoña-arreglé su cabello-Igual creo que Rose debía salvar a Jack
-Eso es ficción, Niall-se burló y le di un beso-Igual sabías que después de casi veinte años les llegó una señal de SOS que era del titanic?
-Qué freak, me daría miedo-Diana sonrió y acaricié su vientre, ella se tenso- ¿Aún te da nervios pensar en tener hijos?
-Es que brillito me dejo un vacío...-dijo triste- Sky ya fue fuerte perderla... después Brillito y no sé, no me siento lista-su mirada estaba baja.
La acurruqué a mí y le di mini besitos en su cabello.
-Me moriría si te perdiera a ti... estoy cansada de estar sola-su voz era débil
-Nunca te voy a dejar, amor...
Vaya que mentiroso era, creo que tendría que hablar con ella. Sentí cómo otra vez se me escapaba un poco de sangre de la nariz e hice una mueca. Era lo único malo de la cocaína.
Quería la calidez de Didi, necesitaba a Khalid en mi vida. Me desvié en el camino y fui a casa. Quería hablar con Diana, tenía que hablar con Diana.
Diana.
Hoy no me pude las piernas, tuve que llamar. Era una horrible imagen que estaba dando en mi trabajo, pero hoy no era un lindo día para mi cuerpo.
Estaba recostada tapada hasta los ojos aguantando mi dolor. Acariciaba a mi corazón rezando que él no sintiera este dolor. Tenía miedo y angustia que sufriera.
Miré mi celular y ya eran las una de la tarde. Me había despertado a las ocho y aún no me podia levantar por el dolor a mi cuerpo.
Okey, corazón, mamá se va a levantar y comera algo de ayer, por favor que no me produzcan náuseas que ya me siento muy mal-le hablé a mi vientre.
Me levanté y gemí de dolor, ¿Por qué me sentía tan enferma? Caminé despacio hasta la cocina, con mi teléfono en mano.
El silencio de esta casa era arrollador, estaba fría y ni siquiera la alegría se sentía. Abrí un poco las ventanas para que entrara el sol.
Me senté unos momentos para reprimir el dolor. Mi espalda, manos y estómago se sentían adoloridos, como si me hubiese subido a la montaña rusa más alta y ahora estuviese sufriendo las consecuencias, pero no me había subido a ninguna montaña rusa, no había hecho ninguna fuerza, era solo el cáncer recordándome que cada día avanzaba más atacándome a mí y mi bebé.
Cerré los ojos y respiré, tratando de pensar en otra cosa, el dolor era psicólogico y se iba a pasar, me seguía repitiendo.
Luego de varios minutos me levanté , en la cocina miré mi refrigerador. Saqué un poco de guiso de verduras que había hecho ayer, me fijé que ya no me quedaba casi nada de comida. ¿Cuándo fue la última vez que fui por mercadería?, ¿a un supermercado?, ¿o si quiera al negocio de la esquina? No lo sé.
Recalenté la comida para luego sentarme en silecio a comer. Mi cabeza comenzaba a doler.
Pensaba en Sky y sufrí al imaginar que esto era lo que ella sentía, era una bebé. ¿Cómo fue tan fuerte?
Mis lágrimas se escaparon junto con quejidos y dolores punzantes en mi estómago.
"No, por favor, a él no" era todo lo que podía pensar, y era lo que seguía pensando cuando el tenedor se me soltó de las manos para resonar con el plato de vidrio, intenté sujetarme de la mesa, pero mi mano no respondió y pasé de largo cayendo al piso flotante.
Pensé en Sky, en lo feliz que era aún en los pocos años de vida que tuvo, en mi mamá, que con todos los obstáculos que la vida le puso supo superar cada uno de ellos, menos el cáncer. "Yo lo haré por ti, mamá, Sky, yo lucharé por todas nosotras" Tal fue mi último pensamiento antes de cerrar mis ojos.
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