Capítulo dedicado a
FernandaMorales361¿Es que nada con ella podía ser normal? Le había prestado mi suéter a la pequeña para que se lo amarrara a la altura de la cintura y así cubriera cualquier imperfecto. Ahora nos encontrábamos caminando por los pasillos los cuales parecían ser eternos tratando de encontrar el puto sanitario de mujeres, porque a pesar de que he estado innumerable de veces aquí, he acompañado a decenas de chicas al baño y en algunas ocasiones entrado con ellas, en este preciso momento no sé dónde está el muy maldito. La roja me está sujetando del brazo mientras camina como un pingüino y ve a todos lados como si traficara alguna droga, ganándose la mirada de algunos curiosos, porque ahora lo que falta es que crean que la secuestro. Yo no sé si reír, enojarme o gritar lo que sé es que no voy a correr, pero esto lo recordare cada maldito día de mi vida.
—Panter.—Me llamo suave mientras me tiraba un poco del brazo para que la viera.—¿Se me ve? La gente me está mirando, seguro se me ve.—Sus ojos temblaban ligeramente, estaba cagada del miedo, y es que si yo fuera una chica seguro que también estaría así, pero como no lo soy comencé a reír.
Me gane una mirada de odio de su parte, y yo que pensé que eso nunca podía pasar.—Que no se te ve.—La tome de la mano para seguir buscando el baño.
—¿Y por qué me ven?.—Dijo en un tono molesto, tuve que morderme el lado interno de las mejillas para no estallar en risas. Me encogí de hombros.—¡Panter!.—Grito.—Es en serio.
Me pare en seco haciendo que se tropezara con mi espalda, gire sobre mis talones y quede frente a ella, mientras ella se sobaba la nariz tras el impacto, levanto la vista y enseguida nuestras miradas de cruzaron, sus ojos aun titilaban y era hermoso, tome un respiro.—Porque caminas como pingüino y pareces sospechosa, a parte a eso hay que agregarle que estas al lado de un hombre jodidamente sensual, perfectamente tatuado.—Rio tras lo último.—Sujetando su muy bien ejercitado brazo, muchas quisieran ser tú.—Me encogí de hombros quitándole importancia. El miedo desaparecía de su mirada con cada segundo haciendo que su vista ahora se achicara y una risa se dibujara en su rostro.—Pero adivina. El hombre que te acompañaba no es solo sexy, apuesto, bien portado, gentil y pare de contar sino que también es tu salvador pues my lady el baño.—Señale la puerta verde que estaba del lado izquierdo, y es que a pesar de que nada con ella era normal, habíamos… bueno había conseguido un baño individual, que era más accesible y no había cola para entrar. Así que empuje a la roja dentro y musite un te espero aquí.
—Panter.—Musito bajito del otro lado de la puerta.
—Mmm.—Me limite a decir, mientras le sonreía a un par de chicas que pasaban y me asentían con la cabeza dándome algún tipo de aprobación porque las chicas amaban que los hombres las cuidaran en todo momento, sobre todo amaban que las esperaran en la puerta del baño, eso era algo que había aprendido con el pasar del tiempo.
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Grasa y Tinta
RomanceUna mecánica, un tatuador ¿Una historia de amor? . . . Las chicas no deben decir groserías, deben vestir bien, peinarse y maquillarse... Todo lo contrario a Rose. Ella es una mecánica amante de los autos, desordenada, dice malas palabras, viste como...