Este capítulo va dedicado a kreskin001
El día había sido agotador, todo por culpa de un grandísimo hijo de puta; vino a tatuarse hace tres días una jodida palabra en árabe, le pregunté mil veces ¿está bien escrita? ya que no se nada sobre ese idioma, él me aseguro que sí; que se lo había escrito un amigo suyo; copie el mismo patrón y se lo mostré cientos de veces más, y él aseguro que estaba muy bien. Hoy me llevo la sorpresa de que el muy maldito llegó a reclamar que el tatuaje tenía un error y la cereza del pastel ¡ME ESTABA CULPANDO A MÍ! A pesar de que se lo pregunté, ahora viene y sale con eso, de paso el local estaba lleno de clientes y los rumores de que “me había equivocado” se empezaron a esparcir, afortunadamente pude arreglar el malentendido, pero la molestia seguía. Quería romperle el cuello al gilipollas ese, pero yo era demasiado guapo como para ir a la cárcel por asesinato… Así que como siempre vine a despejar mi mente con un par de copas, aunque no suelo beber, pero esto funciona en estos casos.
Además a todos mis problemas debo agregar que aún no logro resolver que me pasa con la roja, desde que salimos ninguno le había escrito al otro.
No sé cuantas copas he bebido ya, pero estoy seguro que estoy llegando a mi límite, y a pesar de eso mi mente aun no parece despejarse.
“Esto no está funcionando”
—¿Divirtiéndote solo?— Escuché aquella voz que me había dejado en ridículo tantas veces.
—¡Rojita!—Exclamé levantando la copa.—Lo hacía hasta que llegaste, ahora mi noche se volverá cenizas—Le di el último sorbo a mi bebida y golpeé con fuerza el vaso de vidrio contra la barra.
—¿Cenizas? Lo dices por mi cabello ¿cierto?—Rió bajo, está noche estaba muy linda ¿Siempre se había visto así?—Un trago para mi amigo—Pidió al cantinero.—¿Está bien que yo invite?.
—Pensé que siempre hacías lo que querías.— Sonreí. Sin duda, ella iluminaba la oscura cantina, traía su cabello suelto y se había aplicado perfume…no… ¿eso era olor a grasa? Empiezo a creer que he bebido demasiado, su voz se escucha armoniosa, y ese aroma que siempre deteste me está empiezando a gustar.
“Esto es peligroso no debería aceptar su trago, debo levantarme e irme… Pero la verdad es que no quiero hacerlo”
Luego de muchas copas más, intercambiar diversas palabras, miradas y sonrisas con la chica, mi cabeza comenzó a dar vueltas y mi rostro a acalorase. Ahora no solo estaba ebrio con el alcohol sino también con el olor que desprendía mi acompañante. Empiezo a creer que mis copas estas adulteradas.
—¿Estás bien?.—Preguntó la dulce voz posando su mano sobre mi rodilla.
“Se siente bien”
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Grasa y Tinta
RomanceUna mecánica, un tatuador ¿Una historia de amor? . . . Las chicas no deben decir groserías, deben vestir bien, peinarse y maquillarse... Todo lo contrario a Rose. Ella es una mecánica amante de los autos, desordenada, dice malas palabras, viste como...