🍭⭐Capítulo 10: A mi lado⭐🍭

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Nayeon se sonrojó todavía más cuando Momo acercó su cara a la de ella. ¿Qué pretendía hacer? ¿No iba a... besarla? ¿Verdad?

- Im Nayeon, eres la chica más hermosa que he visto en mi vida. Creía que eras horrible por lo ocurrido el año pasado pero, a lo mejor, no eres tan mala sino que todos los demás somos malos.

- ¿A qué te refieres?

- Sana fue quien te quitó al novio, tú sólo te defendiste, aunque te pasaste. Tus amigas te abandonaron en cuanto caíste por ser mala persona, tal vez dejaste de interesarlas. No he oído a nadie en el instituto que no hable mal de ti, y creo que es porque te tienen envidia. Te odian porque no pueden alcanzarte.

Nayeon miró fijamente los ojos castaños que la contemplaban con un brillo especial. En ellos vio algo precioso, era el alma de Momo. Todo lo que había dicho era lo que pensaba -gracias al alcohol sus sentimientos habían aflorado-. Entonces, la coreana se dio cuenta de cuánto anhelaba que alguien le dijese cosas bonitas, y se asustó al darse cuenta de que lo único que deseaba en esos momentos era que Momo la besase y que la dijese que estaría a su lado.

- ¿Pasa algo?

- Momo, eres la mejor persona que existe y no me puedo creer que me consideres buena después de lo que te hice sin que tú tuvieras la culpa de nada. Perdóname.

- Definitivamente el fin del mundo se acerca, te has disculpado.

Nayeon intentó contener la risa pero no pudo. ¿Por qué las idioteces de Momo le hacían tanta gracia? Hacía no tanto la habría mirado con desdén.

- No me disculparé con nadie más.

- No lo hagas. Me sentiría menos especial.

- ¿Qué acabas de decir? - preguntó Nayeon abriendo los ojos como platos.

- No me hagas caso - dijo la otra negando con la cabeza - el alcohol hace que no tenga filtros.

- A mí me hace aceptar que no soy perfecta.

- Ojalá logres eso sin necesitar beber.

- ¿Me ayudarás a conseguirlo?

- Claro.

Algo hizo clic dentro de la coreana. Momo la acababa de prometer que no se iría. Lo había hecho, ya no había vuelta atrás. La japonesa derribó la última cadena que impedía a Nayeon lanzarse al vacío. ¿Qué importaba si fallaba? Aunque su madre la rechazase, aunque el instituto entero se burlarse de ella, Momo no se alejaría.

La coreana acunó entre sus manos el rostro de la más alta y besó sus labios. Al principio con algo de desesperación, pero luego con amor. Siempre se había preguntado como sería seguir sus deseos y no amar a quien se suponía que debía amar ni comportarse como la reina debería.

La menor le correspondió al beso y se tumbó a su lado sin separarse.

Nayeon se sintió libre y segura al mismo tiempo por una vez en su vida. Lo único que necesitaba era a Momo, a sus idioteces, a su apoyo, a sus labios, a sus risas, a toda ella en general por que sin ninguna de las cosas que le encantaban de ella o que odiaba sería Momo.

Momo correspondió al beso de Nayeon sin pensarlo un segundo. Había estado preguntándose si debía besarla o no, había temido su reacción. La coreana era la persona más imprevisible que conocía y eso le atraía y le enamoraba. Descubrir a Nayeon había sido una gran aventura y lo único que deseaba era seguir haciéndolo, y en esos momentos, besarla o quizá algo más.

Sabía perfectamente que todos sus amigos la dejarían de lado cuando se enterasen -si se enteraban- de lo que estaba haciendo ¿Pero que importaba? Nayeon, la aunténtica Nayeon, la hacía sentir bien y hacía que la echase de menos cuando no estaban juntas.

✨ 🍭

A la mañana siguiente Nayeon sintió su cabeza pesada al despertarse. Al principio no supo a que se debía y se asustó un poco al ver que ese no era su cuarto. Segundos más tarde recordó todo lo sucedido anoche.

Se llevó las manos a la boca y miró por el rabillo del ojo a la figura que dormía plácidamente a su lado. No había sido un sueño. Realmente se había pasado casi toda la noche besándose con Momo y acariciando su cuerpo. Quería engañarse así misma y decirse que no lo había disfrutado y que había sido un error, pero ¿Merecía la pena hacerlo? ¿Por qué debería? En esos momentos no se le ocurría ninguna buena razón por la que debería hacerlo.

De repente, oyó varios golpes suaves, estaban llamando a la puerta y seguramente se tratase de su ahjumma.

- ¡El desayuno está listo! - gritó la ama de llaves, confirmando las sospechas de Nayeon.

- ¡Despierta Momo! - chilló Nayeon mientras la zarandeaba.

La japonesa logró abrir los ojos, aunque no mucho, pues se estaba comenzando a marear por culpa de la otra.

- Para, por favor - la rogó.

Nayeon cesó el movimiento, pero siguió sosteniéndola por los hombros.

- El desayuno está listo.

- ¿Me das los buenos días? - preguntó la japonesa con una sonrisilla.

La coreana rodó los ojos como si estuviera molesta, pero sus mejillas sonrojadas la delataban. Ella quería darla los buenos días de la manera en la que Momo había sugerido con su tono.

- Te los tendré que dar yo - dijo la otra acercándose peligrosamente a los labios de Nayeon.

- ¿Desde cuando eres tan sublevaba? - le preguntó cuando sus bocas estaban separadas por apenas cinco centímetros.

- Desde que descubrí que te gusto.

Momo se acercó más, pero Nayeon logró esquivarla con una espectacular cobra. Por tanto, el beso terminó en su mejilla.

- No me gustas - contestó cruzándose de brazos.

A modo de respuesta, Momo hizo un puchero. Y por supuesto, tuvo el efecto deseado en la mayor, pues ésta volvió a mirarla a los ojos. Aprovechó su oportunidad para robarla un beso, el cual se alargó por varios minutos.

Sikhyung volvió a llamar al cuarto de invitados, por lo que la dueña de la casa, asustada por la interrupción, se separó bruscamente de Momo, y ésta casi perdió el equilibrio.

Las dos se colocaron sus pijamas, no sin antes hacer alguna broma sobre el aspecto de la otra, mejor dicho, Nayeon riéndose del pelo de la menor.

Después de desayunar la madre de Momo la llamó y la ordenó que fuese enseguida a su casa. Se extrañó al oír a su madre tan enfadada, sólo la había hablado así cuando le habían quedado más de tres asignaturas. Pese al comportamiento extraño de su madre, Momo no se preocupó y tardó un buen rato en recoger sus cosas, pues aprovechaba el poco tiempo que le quedaba con la mayor para llenarla de besos.

The Queen (Namo / Monayeon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora