Capitulo 17. Maybe in another life.

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 Louis se abría paso entre los charcos semi congelados. La tormenta había pasado y tenía que regresar a trabajar. Deseaba saber como se la habían pasado esos dos, encerrados dos días solos sin más compañía. Al llegar a la puerta saco la llave de la mansión y entro en ella. El lugar estaba en silencio total, cerro la puerta y dejo sus cosas en el ropero de la entrada. Completamente limpio y acomodado, cada cosa estaba en su lugar como si ninguna persona hubiera estado ahí. -Zayn, Liam- llamo con un tono de voz tan bajo que solo era audible en la primera planta de la gran casa. Al no recibir respuesta fue subiendo lentamente al segundo piso de la mansión. De manera casi inaudible abrió la puerta del cuarto del moreno y sin producir ruido entro en la habitación. Camino al sillón donde dormía el castaño, levanto las cobijas y no encontró nada. La confusión apareció en el rostro del ojiazul ¿Desde cuando Liam dormía en otro cuarto? Giro su rostro en la dirección a la cama y la sorpresa no se hizo esperar. Camino hasta ubicarse a un lado para poderle dar crédito a sus ojos de las cosas que estaba viendo. Apenas tapados por una delicada cobija se encontraban los dos chicos. La imagen le parecía casi surrealista. Liam dormía sobre la cama del azabache, la única parte de su desnudo cuerpo que no estaba a la vista era su virilidad que era cubierta por la cobija. Y sobre su pecho un despeinado Zayn descansaba tranquilamente. Louis sonrió para si mismo –Creo que me deben una buena explicación de lo que paso- y salió lentamente de la habitación. ······························································ Abrió lentamente los ojos. No quería destruir las imágenes que aun conservaba del sueño. Una piel cálida bajo su cabeza, una pequeña cantidad de pelo en pecho que sus dedos tocaban, un delicado aroma masculino, una respiración acompasada y los latidos de un tranquilo corazón. Todo humanamente normal, pero por ser el castaño el productor de todo eso, eran sensaciones mágicas. Levanto la adormilada vista para ver el rostro del ojimiel. Sus ojos cerrados y una tímida sonrisa pintada en su rostro, no se parecía nada al chico que lo poseyó varias veces la noche anterior. Le dio un par de delicados besos en la mandíbula par acto des pues sentarse en su vientre y empezar a repartir besos por todo el rostro del castaño. Al principio Liam solo sonreía por los mimos. Pero después de una de besos sus manos recorrían la desnuda espalda de su amante. Abrió sus ojos y miro al despeinado azabache que estaba sentado sobre su cuerpo. Zayn le sonrió dulcemente –Buenos días- dijo antes de depositar un beso en los labios del ojimiel. -Normalmente el que te despertaba era yo- respondió Liam. El ojimarron solo dejo escapar una pequeña sonrisa. Se levanto del cuerpo de Liam y se puso de pie. Camino lenta y sensualmente hasta el baño, sabía que Liam lo estaba viendo y quería darle un pequeño espectáculo antes de iniciar el día. Sus pensamientos eran acertados, ya que el ojimiel no perdió ni un segundo de los movimientos del desnudo cuerpo. ¨Una obra de arte¨ pensó el castaño. Si le pidieran una palabra para describir el cuerpo del azabache, sería esa. Claro, una obra de arte para un artista. -¿No vienes a bañarte conmigo? Mi pequeño semental- pregunto Zayn con un tono de sensualidad e inocencia. El castaño se paro de un salto de la cama, se acerco al moreno y lo levanto entre sus brazos –Claro que si-. Después de una larga ducha, los dos jóvenes se encontraban cambiándose de ropa para bajar a desayunar. Liam, al terminar de arreglase primero, decidió dar un pequeño paseo por los lugares que no había conocido de la mansión. Nunca antes surgió ese conocimiento de conocer todo el lugar, pero por lo visto, ya que estaría mucho tiempo en esa casa, no perdía nada. Detrás de una de las puertas apareció un baño, un par de cuartos, una sala de juegos de casino, una alberca techada ¨Nunca dejar que Zayn intente entrar a este habitación solo¨ pensó el ojimiel. Ya llevaba una par de puertas, pensaba regresarse pero una puerta de color rojo quemado llamo su atención. Se acerco y lentamente giro el picaporte de color dorado. Unos tímidos rayos de luz que atravesaban las pesadas cortinas eran lo único que iluminaba el cuarto. Lleno de pinturas, lienzos en blanco, pinturas de todos los tipos, portarretratos y otros artículos de pintura estaban regados por el cuarto. Era la combinación de un estudio de pintura y un dormitorio. Su mirada se perdió en las pinturas y en las paredes. Muchas de los cuadros eran muy tristes, llenas de colores grises y rojos, dedos que solo se derramaron en el blanco lienzo. Otras, eran coloridas, con toques de pincel muy delicados y tanto detalle que rayaba en la hermosura del barroco. Un cuadro adornaba la cabecera de la chimenea. Un cuadro que mostraba a un feliz matrimonio y su hijo. El caballero se encontraba de pie con un traje blanco, agarrando fuertemente la cabecera de la silla. Sentada en el mueble se encontraba la madre de la familia. Una hermosa y delicada mujer, su rostro tenia una pequeña y cálida sonrisa, su vestido blanco se transformaba en pequeños rocíos de niebla a sus pies y en su regazo, el pequeño niño. A diferencia de los otros dos personajes de la pintura este tenía una mirada más distante, un pequeño infante con la mirada de un anciano que vio a todos los suyos partir. Vestido con un pequeño traje negro. El castaño sentía que el corazón se le comprimía, jamás había visto un cuadro tan contradictorio, los dos adultos felices y llenos de vida y el hijo, perdido y solo en el cuadro, pero aun así cuidado por los brazos de su madre. -Son mis padres- sonó una seca voz desde la entrada del cuarto. El castaño rápidamente se voltio a ver al dueño de esas palabras. Zayn se encontraba serio en la entrada de la habitación. El ojimiel volvió su mirada al cuadro, tanto dolor que sentía el azabache cuando pinto semejante imagen. -Es muy hermoso… Triste, pero hermoso- dijo el castaño sin quitar la mirada del cuadro. -Fue el primer cuadro que pinte después de su partida- respondió al comentario mientras se acercaba al cuerpo del ojimiel. -Lamento entrar sin permiso- dijo Liam mientras su mirada regresaba al rostro del azabache. -No tiene importancia- respondió haciendo un gesto con su mano para quitarle importancia al hecho de estar en ese cuarto –Este es mi estudio de pintura- agrego mientras recogía unas pinturas del suelo. -Jamás lo mencionaste-. -No había venido aquí desde…- recapacito lo estaba apunto de decir, giro su rostro al del castaño y encontró esos ojos color miel viéndolo profundamente –Desde tu llegada. Antes pasaba dos o tres días a la semana en este cuarto, pintando, soñando, pensando, sintiendo, llorando-. La mirada del azabache perdió su brillo en ese momento. Liam sintió un jalón en su vientre, la misma mirada del niño del cuadro. Sin vida, distante y perdidos. -Tengo hambre- dijo el ojimiel sacando al azabache de sus pensamientos -¿Qué te parece si te hago algo de desayunar?- pregunto mientras le daba un rápido beso en los labios al otro chico. El azabache sonrió- me encantaría- respondió. Los dos salieron de la habitación. Zayn cerró lentamente la puerta, dejando todos sus problemas adentro de esas cuatro paredes. Siguió al otro chico hasta llegar a la cocina. Un curioso aroma llenaba la casa, parecido al de comida recién preparada. Al entrar a la cocina lo primero que vieron fue a Louis servir las bebidas. -Buenos días- dijo el ojiazul al verlos entrar. -¿Cuándo llegaste Louis?- pregunto el ojimarron mientras tomaba asiento junto a Liam. El ojiazul dejo0 escapar una traviesa sonrisa –Mas o menos llevo aquí unas dos horas… fui a ver como se encontraban- hizo una pausa mientras Liam se ahogaba con su jugo por el comentario –Pero como los veía muy relajados en la cama no quise despertarlos- sus azules ojos se clavaron en los rostros de los dos chicos. Zayn tocio un par de veces, eso fue algo incomodo –Lou, nosotros… Bueno- sus mejillas se tornaron de color rojizo. El aludido dejo escapar una sonora carcajada –Zayn, a mi no me debes de dar explicaciones de lo que hacen en la cama con…- giro su rostro y le sonrió al ojimiel –Con Liam-. Los dos amantes bajaron la mirada, estaban apenados por como los habían encontrado en la mañana ¨Pudo ser peor¨ pensó el ojimarron ¨Nos pudo encontrar como en la noche¨ una sonrisa lleno su rostro, eso si hubiera sido incomodo para los tres. El desayuno transcurrió casi en silencio. Acompañado de comentarios triviales de lo ocurrido esos dos días sin verse. Una pregunta rondaba por la mente del ojiazul, importante sin duda. No podía dejar que los dos chicos sentados frente a el iniciaron una relación sin nombre, por experiencia conocía que de esa manera sales más lastimado al final y lo que me nos quería era verlos herirse, cuando apenas habían iniciado a curar las heridas del otro. Necesitaba juntar todo su coraje para actuar solo como Louis actuaria, sinceramente, aunque fuera de manera cruda. -Chicos…- hizo una pausa para tomar de su café -¿Y qué son?- tiro la pregunta. Los dos chicos mostraron una cara de confusión. No sabían a que se refería el ojiazul, o preferían ignorar el contexto de la pregunta. -¿A qué te refieres Louis?- pregunto el azabache. -Pues al nombre de su relación- respondió con un deje de obviedad –Son amantes ocasionales, amigos con derecho, un buen revolcón ¿Qué son?- volvió a preguntar. Los dos se miraron a los ojos, eso aun no lo habían planteado. Liam bajo la mirada apenado, el conocía la respuesta a la pregunta, pero como siempre, no era algo agradable de decir. -Deje unas cosas tiradas en la entrada, voy a ir a recogerlas- dijo Louis mientras se ponía de pie para salir de la habitación. La cocina se sumió en un silencio. Ninguno de los dos se dignaba a levantar su mirada del desayuno. Las palabras se atoraron el la garganta del azabache. Las descripciones que su amigo dio ninguna se acercaba a la realidad. Zayn quería a Liam, en verdad que lo quería, pero no quería presionarlo para ponerle un nombre formal al nuevo estado de su relación. -Liam, yo…- dejo escapar el azabache –Tu sabes que para mi-. Liam puso su mano en los labios del ojimarron para callar sus palabras, sabia lo que Zayn sentía por él, pero no era tan real como aprecia. Liam señalo su collar en el cuello, la marca de la mascota. El azabache trago saliva, entendía perfectamente lo que quería decir. -Yo sé lo que sientes por mi y yo siento lo mismo por ti pero por la razones que te acabo de señalar será mejor que no le pongamos nombre a lo nuestro- el ojimarron bajo la mirada y Liam se acerco para besar su labios dulcemente –Pero sabes lo que yo siento por ti, así que no te pongas de esa manera-. Louis entro en la cocina y vio el beso. Suponía que todo estaba muy bien entre ellos. Pero la suposición no podía abarcar la verdad. La triste y dolorosa verdad. Liam se paro de su asiento y dejo los trastes en el fregadero. -Voy arriba- dijo asiendo una reverencia saliendo de la cocina. Al cerrar la puerta del cuarto de su dueño recargo su frente en ella. Dejo escapar unas lágrimas amargas y se escurrió hasta que sus rodillas tocaron el suelo. -Tal vez… Tal vez en otra vida Zayn, en otra vida yo sea tu chico-. En la cocina Zayn se quedo pensativo de lo ocurrido pero no echaría sus planes para atrás, quería darle la sorpresa a su castaño. -Louis ¿Me trajiste los documentos que te pedí?- pregunto mientras le daba un ultimo sorbo a su bebida. -Claro que si, también le traje una carta de su padrino. El aun espera que usted le responda- dijo el ojiazul mientras le extendía los papeles al ojimarron. -Ya veremos- respondió Zayn poniéndose de pie. Los documentos estaban completos y todo lo necesario ya estaba casi terminado. Solo faltaba esperar que a Liam le gustara la sorpresa.

Chains Of Love- ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora