1. A SHAPE IN THE NIGHT

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Era sábado. Otro de tantos.

Marinette despertó con remolonería, sabiendo ya lo que le depararía el día aún sin haber transcurrido dos míseros minutos desde que sus ojos se abrieron y divisaron los primeros rayos de sol filtrándose a través de la ventana de su habitación.

- Buenos días, Marinette.- saludó la pequeña kwami moteada, revoleando a su alrededor.

- Buenos días, Tikki.- murmuró la joven con una sonrisa taimada, yendo hasta el espejo para estudiar su desaliñado reflejo.

« Parece que me haya pasado un camión por encima... »

- ¿Por qué pones esa cara?- se interesó la criatura mágica.

- ¿Huh?- la chica se frotó la nuca, con una mueca sarcástica en su rostro-. No es nada, solo ando medio dormida.- se desperezó, estirando los brazos y haciendo un bostezo-. Me iré a duchar y en un rato estaré como nueva.

- Hoy quedabas con Luka, ¿no?- se interesó Tikki, reposando en la mesita de noche.

- Sí, viene en media hora.- comentó la ojizarca, soltando un suspiro.

Una expresión apesadumbrada se dibujó en los rasgos de la muchacha, alertando a su diminuta amiga de que algo rondaba por su cabeza.

- ¿Estás bien?- preguntó la carmesí con un ápice de preocupación.

La aludida pestañeó fuera de sí, esbozó la mejor de sus sonrisas al encarar a su compañera fiel.

- Sí, sí.- alentó sin querer seguir tocando el tema-. Voy a ducharme.

Tikki no volvió a cuestionarla, pues con el tiempo que llevaban conviviendo juntas, había aprendido a entender lo que rondaba por la mente de su portadora. Comprendiendo cuando pese a sentirse triste, no deseaba hablar de lo que la carcomía por dentro por temor a derrumbarse.

La Cheng se encerró en el baño, posicionándose bajo la regadera para que gotas de agua la empaparan, embriagándola de paz en esos instantes en que se permitía no pensar.

Después de asearse y darse el capricho de esos cinco minutos de gloria, peinó su cabellera al aire. Con los años había dejado que la melena creciera, llegando a cubrirle los hombros y dotándola de una apariencia más adulta y resultona.

Tras cubrirse con una toalla, salió hacia el pasillo, cruzándolo y así dirigiéndose directamente a su habitación; donde se encerró para buscar en su armario un vestido de color pastel que se enfundó con rapidez.

- ¿Dónde te va a llevar?- preguntó la kwami, comiendo una de sus galletas sobre el lecho.

- Vamos a dar una vuelta.- comentó la euroasiática, luego maquillándose ligeramente frente al tocador y ojeándose distendidamente-. Dijo que tenía algo importante que contarme.

- ¿Algo importante?- indagó con curioseo la rojiza.

- Ajá.- asió el bolso de la percha, acomodando la tira sobre su hombro a la vez que encaraba a la pequeña-. ¿Estás lista?

Tikki terminó de comer su porción, volando al encuentro de la adolescente para luego esconderse en su bolso, sonriendo con simpatía a la chica desde su posición.

Sin demorarse más, bajó a la planta principal, donde sus padres desayunaban tranquilamente en la mesa del comedor. Cuando la mirada de los mentores se posó en la de su hija, no pudieron más que adularla.

- Cariño, te ves preciosa.- opinó Sabine al escudriñar su agraciada apariencia.

- Gracias, mamá.- musitó la menor, ruborizándose al instante.

||+18|| ▪MARICHAT▪               FALLING FOR YOU [CANCELADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora