||+18|| ▪MARICHAT▪ FALLING FOR YOU [CANCELADA]

10. SHADE OF LUST

Adrien estaba asimilando las palabras escuchadas a labios de esa joven de rasgos delicados y tez de porcelana, perdiéndose en ese mirar profundo cuál océano que lo llamaba a sumergirse en sus aguas cristalinas.

No osaba parpadear por si todo aquello se trataba de un cruel espejismo producto de su imaginación. No obstante, lo que sus oídos oyeron era real.

Condujo las manos a su rostro, acunándolo con una expresión de embeleso mientras que ella restaba inmóvil a la expectativa.

- ¿Lo dices enserio?- preguntó aun con las dudas acechándolo-. ¿Estás segura?

Marinette tomó sus manos, atrapándolas contra sus mejillas con sus ojos intactos en los de él.

- Muy segura.- susurró con un leve temblor en el timbre.

Despacio, él fue reduciendo esa separación que limitaba sus labios, rozándolos recatadamente con los propios al mismo tiempo que aguardaba por un permiso que le fue otorgado en el preciso instante en que ella se impulsó hacia adelante para besarlo con pasión.

Al separarse, el muchacho no esperó por otro arrebato que fue él quien se urgió en besarla con fervor y ansia, explorando su cavidad bucal a la par que conducía a la azabache hacia la cama y la tendía de espaldas sobre el colchón.

- Mari... nette...- susurró con sus manos deslizándose por la silueta de la menor, resiguiendo su quijada con un suave roce de la nariz-. ... Dios, eres tan preciosa...

- Como sigas diciéndomelo, acabaré por creerte...- seseó entrecortada, notando como el calor se propagaba por todo su cuerpo.

Una sonrisa granuja se formó en los labios del adolescente, inmiscuyendo las caricias por debajo su blusa en ese trayecto en dirección a sus senos.

- Créetelo...- bisbiseó embelesado, lamiendo la comisura de su boca cual minino-. ... Porque realmente lo eres...- atrapó sus pezones al apartar la tela de su sostén, presionándolos y provocando que jadeos proliferaban de sus carmesíes.

- Ah-ah... Adrien...- gimoteó con su espalda arqueándose por ese placer que la inundaba.

El varón quedó prendido de esa sensual imagen en que aquella chica se regalaba a sus agasajos, excitándolo de sobremanera. Bajando su pelvis en busca del contacto de su entrepierna con la suya.

- No puedes imaginar lo irresistible que te ves ahora mismo, Princesa...- expresó con voz áspera, friccionándose contra su bragadura a un ritmo pausado mientras que con los nudillos seguía estimulando sus sonrosados botones, repartiendo besos por su yugular-. ... Conseguirás hacerme perder la cabeza.

- Sería lo justo...- murmuró jadeante, poniendo la vista en blanco al notar como el sexo del rubio reaccionaba a ese mecimiento, haciendo que su intimidad se humedeciera-. ... Después de hacérmela perder a mí... Durante tanto tiempo...

Una expresión pícara se dibujó en las facciones del zagal, uniendo su frente a la de ella a la par que sus respiraciones chocaban entre sí.

- ¿Tanto me deseabas?- disuadió en un tono incitador, produciendo un ligero roce de sus bocas-. ¿Tanto ansiabas... Sentirme?- ella confirmó en un hilo de voz, con una tenue risa siéndole arrebatada-. Entonces... Deja que te satisfaga.

Besó con desesperación sus labios, luego poniéndose de rodillas sobre el lecho para zafarse de sus prendas superiores y exponer su escultural torso.

Los años habían favorecido considerablemente su condición física, con su musculatura más marcada, pero sin ser demasiado corpulenta. Manteniendo el equilibrio idóneo en ese canon de belleza en el que él encajaba a la perfección.