María

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Advertencias:

Vale, esta es la segunda parte. Aquí aparece el nyo del que había avisado antes.

Un pueblo peregrino, es una representación distinta a la de los paises. Simbolizan a pueblos, que no tienen territorio fijo, o que no pertenecen a una tierra en concreto. Los grandes grupos de mercenarios que se movían de un país a otro. El judaismo y cristianismo por ejemplo, que tienen muchos seguidores y adeptos, pero que no pertenecen a un territorio, y las tierras que tienen son regaladas. Vamos, que el pueblo peregrino, es representación de su gente, y no tanto de sus tierras.

Un grupo de mercenarios, conquistó muchísimas tierras allá por el siglo xiii y xiv, y lo conoceis muyyyyy bien. Mientras su gente siga viva, él también seguirá.

Que os guste, y recomendadlo ; )



Rusia.

María había llegado al antiguo Moscú hacía diez u once minutos.

Se trataba de una joven bastante hermosa, de ojos rojizos, rostro infantil y agraciado y piel blanca cadavérica. Todo ello sumado a su candente sonrisa, la cual siempre la acompañaba, y su pelo níveo, que solía llevar recogido en dos coletas, las cuales la hacían parecer más pequeña, le conferían una porte y tez angelical, sólo estropeada, por una gigantesca cicatriz que surcaba toda su mejilla derecha en diagonal.

Vestía botas altas negras hasta la rodilla, largos pantalones blancos ajustados, y una blusa del mismo color.

Llevaba ya aquel sexto de hora con una expresión totalmente neutral. Después de todo, su padre le había enseñado de pequeña a no llorar ni por pena, tristeza o dolor.

Llegó al lugar donde setenta y dos horas atrás se había encontrado el kremlin. Suspiró cansada. No había podido hacer nada. Con todas sus armas, su increíble experiencia en guerras, su alucinante pasado militar, su deslumbrante armamento, su inconcebible habilidad bélica, su mera awesomidad, no había conseguido hacer nada... Bueno, había salvado a cuatro países de ser destruidos, una vez consiguió piratear la red estadounidense en último momento. Aquello había sido de verdad fantástico, como ella, pero no había conseguido salvar a nadie más... Era sin duda, uno de sus mayores y más sonoros fracasos:

- Te echaré de menos- Musitó mirando al sol, el cual ya se estaba poniendo

Ahora no había nadie mirándola, así, que no tenía que fingir ninguna sonrisa. Iba arrastrando los pies, cuando de pronto, sus botas chocaron, con algo duro, algo que... Qué era eso??

La joven hundió su mano en los desechos tóxicos de aquel suelo, y sacó a la superficie, algo... feo... parecido a una especie de feto... muy feo... horroroso... Pero a la joven, no pareció importarle, de hecho sonrió con alegría:

- Que feo estás Iván.- Se rio en voz alta.- No te preocupes por esto, ya lo he hecho más veces, como con el sacro imperio, el problema era, que en aquel entonces todo era muy complicado, ahora, te puedo dejar como estabas en unos... Noventa años, te parece?- Le preguntó al feto de forma animada.

María dio un par de pasos mientras miraba al cielo. No pensaba montar escenas, ni hacer tonterías como harían muchos países. No, ella no era así. Si por una tontería ponía el grito en el cielo, debía haber muerto mucho tiempo atrás. Para hacer memoria y alentarse, se puso a pensar en todos los grandes problemas que había tenido...

Así por encima, no parecían gran cosa. Se hizo oficial allá por el año mil, aunque, su nacimiento, había sido bastante antes... Para empezar, su hermana gemela, había tenido que huir en el siglo quinto de los territorios germanos, y nunca lo había comprobado, pero seguramente hubiese muerto a manos del imperio huno. Luego, allá por el mil, su padre Germania, le había dicho, que no le iba a dejar territorio en herencia, que iba a ser un pueblo peregrino, sin tierras fijas. Los pueblos peregrinos, no eran países en sí, eran como el judaísmo, el cristianismo... Ideas sin territorio a dónde agarrarse, y la peor clase de representación. Todo el mundo los consideraba un estorbo.

Un lo siento, no nos basta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora