La verdad

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Y, hola otra vez!!! Aquí va el capítulo de esta semana, que en realidad debería haber sido ayer... Pero bueno, que os guste!!


-Y por qué me lo cuentas ahora??- Preguntó Arthur molesto.

- Porque creo que he encontrado a tu hermano biológico.

- Qué??- Preguntó incrédulo- Qué has dicho??

- Haber, creo que he encontrado a tu "verdadero" hermano, de hecho, más bien, estoy seguro.

- No bromees.- Gritó enfadado.

- Y no lo hago- Respondió en el mismo tono.

- Y cómo puedes saber que es mi hermano??? Yo ya tengo cuatro hermanos!!

- Hace treinta segundos, has dicho que no tenías ninguno- Le reprendió molesto.

- Bien pues no tengo!!- Replicó enojado.

- No me grites!!!!!!!- Exclamó Scott airado.

Arthur pareció calmarse, aunque eso era bastante relativo:

- Cómo puedes saber que es mi hermano??

- Siéntate y te explico- Tomaron asiento en la misma mesa en que habían cenado- Haber... Te acuerdas del USB que me dejaste??

- NO te lo dejé, te dije que lo mirases, pero no me lo devolviste- Scott hizo caso omiso.

- El caso, es que en él, había videos sobre la guerra fría, uno de los momentos más... Feos. Aunque...- Pareció pensar lo que estaba a punto de contar- No es por ahí por donde debería empezar.

- Y entonces por dónde??- Le recriminó Inglaterra impaciente.

- Por el principio.- Sentenció su hermano.- Corría el siglo quinto, el año cuatrocientos cuarenta y nueve. Era invierno, el hielo cubría todos los cultivos y apenas encontrábamos caza ni presas. El gran imperio romano había comenzado su decadencia, se estaba quedando anciano para un mundo, que amenazaba con despertar.- Arthur se quedó pensando, en que era una pena lo poco que hablaba su hermano, debido a lo bien que narraba.- Pero no era el único gran imperio que dejaba notar su envejecimiento, pues, los pueblos germanos, pobladores del norte del Rin desde antes que Roma estableciese fronteras, desde antes de la época del gran Escipión. Se veían amenazados también por un fuerte enemigo, el imperio huno, que retaba sus fronteras, mediante numerosas incursiones.

Aquel invierno, amenazaba con ser el más frío desde hacía décadas. Me acuerdo como si fuese ayer. Había salido de caza junto a algunos arqueros y a Wales. Fue entonces cuando llegaron dos de mis soldados, los cuales había mandado para ir en busca de comida.

Se acercaron, y saludaron, y me dijeron, que habían encontrado a una niña pequeña debajo de unos arbustos, cerca de uno de mis acantilados. Me preguntaron, qué debían hacer con ella, puesto que la habían traído hasta donde me encontraba. Yo les respondí, que obviamente, la llevaríamos hasta el poblado, seguramente, se trataba de una niña que se había perdido.

Me respondieron, que eso, era muy dificil, entonces mis soldados descabalgaron, uno de ellos la traía en brazos. Tendría cinco o seis años, y obviamente, no era de nuestro poblado.

No tenía el pelo rojo, tampoco rizado, tampoco tenía la cara ancha, nada de pecas, y no era de la altura que debería haber tenido.

Era una niña de pelo rubio, liso, bajita, delgada. Cara estrecha, piel tersa, ojos verdes, y muy blanca. Puesto que yo no conocía al resto de pueblos europeos, no podía saberlo, pero si hubiese viajado alguna vez allí, claramente me habría dado cuenta, que era de la comúnmente llamada raza aria. De origen germano.

Un lo siento, no nos basta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora