Un lo siento, no nos basta.

La junta, 1ª parte.

Bueno, y aquí, una semana más, traigo un nuevo capítulo. Disfrutadlo, y si os gusta, dadle like, comentad, o lo que querais. ;)

Portugal llegó al aeropuerto español madrileño de Barajas a las nueve de la mañana, después de un largo paseo en autobús. Había quedado con España para ir con él hasta el lugar donde se llevaría a cabo la junta. A decir verdad, no quería ir sólo, e ir con Antonio, le garantizaba unas horas de divertirse molestándolo.

Antonio ya había llegado y estaba haciendo tiempo tomando un bocadillo de jamón ibérico y tomate. Pasaron el vuelo bastante rápido, durante el cual, Rodrigo no perdió un momento de insultarle ni de contar sus trapos sucios a todos los pasajeros presentes, fueran o no españoles.

La junta se realizaría en el palacio de justicia teútico por voto popular. Los dos latinos cruzaron las calles lo más rápido que pudieron muertos de frío. Cómo era posible que un sitio estuviese nevado los 365 días del año?:

- Qué te pasa España? no has dicho nada en todo el rato. Acaso el gran imperio español donde nunca se pone el sol está enfadado, molesto, cansado...??- Sonrió Portugal.

España se limitó a seguir haciendo caso omiso de su vecino mientras miraba las casas. En qué momento habían decidido ir juntos??

- Sabes, ahora con tanta nieve, me estoy acordando de Prusia, te acurdas de lo que dijo Otto Von Bismark?? Él opinaba que eras el país más poderoso del mundo. Según él, los españoles llevan siglos tratando de destruirte, y todavía no lo han conseguido.- Antonio ya estaba cansado de tantas puyas.

- Pero eso a qué viene?- Le dijo confundido

- A no nada... simplemente es que me estaba acordando...

La sala de reuniones estaba medio vacía, aunque ellos eran los últimos en llegar. Antonio se sentó en su silla al lado de Portugal y Holanda. Por qué??? De verdad el mundo le odiaba tanto?? Nada más se sentó, los dos últimos se lanzaron una mirada cómplice entre ellos.

Comenzaron a comentar lo ocurrido y a hablar sobre el reparto de tierras. Obviamente, nadie podía tocar las rusas, porque ahora le pertenecían a Teutia. Alfred no estaba. A él le habían dicho que la junta comenzaba una hora más tarde, Arthur lo había hecho.

Tras una hora discutiendo sin llegar absolutamente a ningún sitio, la puerta volvió a abrirse.

Un joven rubio con gafas y un mechon sobresaliendo de entre los demás entró a la sala. Estaba completamente blanco de cara. Tenía los ojos húmedos y rojizos, las gafas empañadas. Tenía ojeras, probablemente no hubiese dormido ninguno de los últimos tres días. La ropa mal ajustada, la cabeza gacha mirando al suelo. Había entrado completamente en silencio para tratar de llamar la atención lo menos posible, contrariamente a como siempre se comportaba. Sin embargo fue imposible evitar atraer las miradas de odio de todos los presentes en aquel recinto, las cuales se clavaban en su cuerpo como si de dardos envenenados se tratasen.

- Veo que la primera potencia mundial se ha quedado a dormir un rato más en su mullida cama. – Todos sabían que aquello era mentira, y que se le había avisado mal. Pero todos optaron por permanecer callados ante las duras palabras del inglés, porque en el fondo todos habían disfrutado oírlas.

- Yo...- Se trató de excusar el estadounidense ante la gélida mirada de su antiguo hermano.

- Bueno, ya que no has estado presente, por motivos, inciertos, en la primera parte de la reunión, trataré de ponerte al día.- Dijo mientras Alfred se sentaba en la esquina de la mesa, la cual siempre ocupaba, y que aquel día le humillaba permitiendo que todos los ojos se centrasen en él. – Cómo ya sabrás, medio mundo se ha... volatilizado.- Comentó de manera tranquila.- Estamos buscando al culpable, y esperábamos, que la policía del mundo, los Estados Unidos de América, nos ayudase a encontrarlo.- Alfred bajó la cabeza más si se podía, Teutia tragó saliva, le recordaba a su hermano. El menor de los Kirkland siguió con aquel discurso, cuya única finalidad era la humillación-Pero, no hemos necesitado tu ayuda, parra descubrir ciertas cosas. Las bombas eran estadounidenses. ¿Lo sabías Alfred. F. Jones? También, hemos descubierto, que las bombas salieron de Estados Unidao. ¿Lo sabías, Alfred. F. Jones? Y otra cosa importante, hemos descubierto que los paises bombardeados, eran aquellos con las que Estados Unidos, no se llevaba bien. ¿Lo sabías Alfred. F. Jones?