Quién eres?

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Vale, ya vamos por la tercera parte. ; ). El sábado que viene, colgaré la siguiente. 

Creo que no tengo así nada especial que añadir, así que... Disfrutadla.




Cargó al feto entre sus brazos y miró a su alrededor, no quedaba nada del kremlin, tampoco de Moscú.

Frunció el ceño, había oído que Alemania había sido también bombardeada. Era horroroso, pero no era momento para mostrarse débil.

Lo primero era saber quién había lanzado aquella ingente cantidad de bombas. Todo el mundo había acusado a Alfred, y había una grandísima cantidad de posibilidades de que así fuese. Las bombas habían sido estadounidenses, los misiles también, habían salido de Los Estados Unidos, y por si fuera poco se habían centrado en los principales enemigos de los Estados Unidos de América: Rusia, toda Latinoamérica, China, Alemania...

Pero, existía un mínimo de posibilidades de que no fuese así. María sonrió en silencio mientras se sentaba en la fina capa de nieve que cubría ligeramente los escombros. Sabía que debido a la furia del momento, todos los países culparían inmediatamente al más obvio por la necesidad de encontrar al infractor. Pero sin embargo, nadie pensaba asegurarse de que de verdad hubiese sido Alfred quien lo había hecho.

María se imaginaba a aquel norteamericano condenando a muerte a todos sus enemigos sin parar a pensar en las consecuencias? Lo cierto era que sí podía imaginarlo, pero, algo dentro de ella, le decía que por primera vez, Los Estados Unidos, eran inocentes.

Si Estados Unidos no había sido, un país había pirateado todo su sistema militar, y había lanzado todas las bombas.

María, era una gran amante de la paz, pero también de la justicia. Era sólo cuestión de tiempo encontrar al culpable. En algún momento, este se equivocaría, daría un traspié... Todos querían una acción rápida, ella en cambio, quería justicia, y no tenía ninguna prisa.

Se levantó. La nieve había mojado todo su pantalón, y tenía un cerco de hollín negro en la parte del culo. Comenzó a andar a paso lento hacia el helicóptero, en el que no había nadie esperándola. Volvió a forzar una sonrisa

Colocó al horroroso intento de bebé en la silla de copiloto y alzó el vuelo, siendo consciente, de que una carrera había comenzado, y sólo ella era consciente, de que esta se estaba llevando a cabo.

Estuvo de vuelta en su país pasadas dos horas, salieron a su encuentro dos de sus militares.

- Señorita Belchmit. Buenos días- Saludaron, acompañándolo con el antiguo movimiento de pies de la nobleza alemana.

- Hola gente, hola mundo!!!- Gritó la chica tras salir corriendo del helicóptero.

- Señorita, ha recibido varias llamadas provenientes de diversos paises, tiene una reunión con el señor Arthur mañana a las cuatro en punto. El señor Roderik quiere verla mañana, pero la reunión con él, la pospusimos hasta las nueve. Al día siguiente, se reunirá con las hermanas del reciente fallecido Iván, y en tres días, se realizará una junta oficial a nivel global, la cual deberá presidir una parte, en nombre del pais de la paz. Esta última, tiene como fin, bueno... la señorita ya lo conoce...

- Pff... Okey, todo aburrido-

- Hemos anulado todos los compromisos que tenía para esta tarde, pues quizá le apetecía hacer un plan económico para los siguientes años, o rehacer el plan de pensiones, o revisar los estatutos...

- Vele, muchas gracias- Sonrió al guardia. Se dio cuenta, que no se había autoalagado como hacía cien años atrás, cuando era hombre. Debía tratarse que eso, era una cualidad suya masculina.

Le encantaba cómo la trataban sus guardias "señorita", se echó una risa mientras se encaminaba a paso rápido hacia su casa. Ella no era una señorita, pero le encantaba que la tratasen de esa forma, la hacía sentir como... como... como una princesa. Cosa que no era y nunca sería.

La había alegrado mucho la decisión de suprimir toda su agenda de la tarde. Cualquier otro país, pasaría el rato lamentándose, ella, se iba a poner manos a la obra.

De camino a su casa, compró una cuna, y en cuanto estuvo allí, metió al pequeño engendro radioactivo en ella, y lo guardó en su habitación de invitados.

Ya sabía cómo estaba Alemania, y perdón por la palabrota, pero le jodía mucho, mucho, mucho. El hijo de puta que hubiese hecho aquello, sería destruido. No necesita ir a verlo por ella misma, ya sabía cómo estaba, además, al día siguiente, tendría una junta con Roderik. Era muy divertido la forma en que Roderick la trataba, pues como no la relacionaba con su difunto hermano, la atendía como a una damisela. Se le escapó otra risa, que tonto era su hermanito.

Lo primero que tenía que hacer era reorganizar su economía, fue corto, pues no tardó más de tres horas. Luego pasó a mirar y hacer todos los papeles de su independencia y sus estatutos y autonomías pero tras cuatro horas de trabajo, entrada la una de la mañana, decidió, que sólo haría oficiales los relativos a sus nuevos estatutos y autonomías. Si se independizaba de Rusia, perdería todos aquellos territorios, y volver a reclamarlos para reconstruirlos, a nivel legal, sería un mundo.

A las dos y trece minutos de la mañana del día cuatro de febrero de 2019, se hicieron oficiales todo tipo de estatutos, nuevas leyes y derechos en Teutia, junto con una nueva organización de la economía, y puesto que no conciliaba el sueño, decidió seguir trabajando.

Ahora, Teutia, un estado de Rusia, era quien mandaba en ella. Lo primero que tenía que hacer, era trasladar la capital desde la actualmente inexistente Moscú, hasta su propia capital, Friedenland. Cambiar la capital fue fácil, pues dentro de Rusia, no había nadie en contra, debido, a que todos eran teúticos. Una vez su capital fuese la capital Rusa, a nivel político, no tenía nada más que hacer. Lo siguiente, era terminar de desarrollar aquella idea que había tenido diez años atrás y que tenía parada a mitad. Crear una fábrica capaz de limpiar el aire y las toxinas, pero eso ya lo haría otro día... Eran las tres y media de la mañana, y ya no podía ni con su alma:

- Quien quiera que seas, y estés donde estés. Me has tirado. Pero, pienso levantarme, como tantas veces antes que esta he hecho, y cuando lo haga, más te vale estar tan lejos, que me sea imposible alcanzarte. Porque voy a alzarme, y cuando lo haga, no pararé hasta poner mi espada en tu cuello.

Te buscaré, daré contigo, y te destruiré, porque a fin de cuenta, mi trabajo como mercenario, es eliminar a la escoria como tú


Y hemos llegado al final. Ahora lo que creo que meteré en la siguiente parte. Como una serie. :  )


Arthur salió de la casa, lo cierto, es que no creía que su hermano fuese a hacer nadade lo que le había pedido.

Encendióel televisor, y se empezó a ver la sucesión de imágenes en movimiento, lasparó, fue a por una caja de cigarros, se prendió uno, y siguió mirando.


Estaba pálido y la botella de alcohol que hasta hacía unos momentos había tenido entre las manos, ahora regaba la moqueta del suelo. Seguía con la mirada fija en la televisión:

Nopuede ser...- añadió Scott mientras rebobinaba el video, y comprobaba queefectivamente...

Un lo siento, no nos basta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora