Capítulo 8

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Capítulo 8

Me mordí con un poco de fuerza el labio inferior, al ver a los tres adultos literalmente pelear entre ellos, sobre lo que debían y no hacer conmigo en ese momento, el chico que se suponía ahora sabía era mi hermano, se dio cuenta de mi estado, pues mis manos empezaban a tener un suave temblor, por los nervios que provocaba escuchar los gritos y los rayos al mismo tiempo.

—Basta... —masculle entre diente, cerrando los ojos, sintiendo en mi interior la sensación que se acumulaba en el pecho y eso no era nada bueno, porque al explotar pasaba lo mismo que aquella vez que conocía al misterioso chico en el bosque.

Sin embargo, sentí una mano tomar la mía, aquella singular acción me hizo sobresaltarme suave, no esperaba aquello por parte del chico que se encontraba a mi lado, me limite a abrir los parpados bajando considerablemente la acumulación de energía en mi pecho y deseaba explotar en aquel momento, en su rostro se tono que entendía como me sentía ante la situación.

—¿Por qué ella no puede estar aquí? —Pregunto, el pelinegro elevando un poco la voz, logrando de esta manera captar la atención de los adultos y logrando así parar esa discusión que no llevaba a nada bueno, porque mi padre ya había sacado su arma y la tenía sujeta entre sus manos.

—Ella no es una semidiosa normal, Percy... Es más complicado de lo que acontece —Comentó, el hombre que estaba en "la silla de rueda" algo extraño porque sabía que era un centauro, pero eso no tenía importancia en este preciso momento.

—Pero, Quiron... —contraataco el chico, frunciendo el ceño, mostrando la inquietud en cada segundo que pasaba, a lo mejor era el hecho que no entendía al igual que yo, el grado de las palabras que ellos se lanzaban entre sí.

—Sí, el problema soy yo, pues me puedo ir y quedarme con mi madre como siempre ha sido...—susurré, bajando la mirada al suelo de madera y a mis zapatillas azul que tenía ese día.

—Tienes el derecho de estar aquí, como cualquier otro, Zeus, ni nadie puede sacarte porque al ser mi hija te da la autorización y no pueden ponerte un dedo encima por el bien de la paz entre los mundos celestiales... —aquellas palabras resonadas por mi padre, hicieron parar los rayos que caían cerca del campamento, el hombre amante de la Coca Cola solo apretó los labios y el entre ceño.

—No comprendo lo que pasa aquí, pero yo la protegeré, no permitiré que nadie le haga daño, porque estoy seguro que ella no tiene la culpa de todos los problemas que la rodean por haber nacido y...—Titubeo, Percy, tomando aire para continuar —se lo que se siente...

Eso basto para ahora si dejar a todos callados, hasta a mí, solo opte por apretarle suavemente la mano. El volteo a mirarme, se podía notar en su mirada que de verdad había pasado por muchas cosas, o tal vez ha sido el hecho que sentí la conexión que tenía con él, gracias a las habilidades heredadas de mi madre, podía percibir las emociones, sentimientos, miedos de cada ser vivo en el planeta.

No obstante era en cierto modo complicado porque ya sabía la verdad que trajo mi nacimiento, pero no había sido mi culpa, no solo había sido el fruto de lo que alguna vez fue un amor prohibido, aunque la duda siempre vaga por mi cabeza de porque en primer punto había aquella ley de que no podían estar juntos los mundos celestiales.... Pero el suave jalón del pelinegro a mi lado me trajo de regreso a la realidad.

—Vamos, _____, te enseñaré el lugar...—Comentó, con una media sonrisa.

En cierta forma me sentía agradecía internamente con él por decir aquellas palabras ya no deseaba estar escuchando la pelea que tenían ellos o el estrés que rodeaba el lugar, porque el ambiente se sentía realmente pesado y ese tipo de energía solo trae una sola cosa y es la "Guerra". Yo solo me dedique a seguir al chico cuando empezó a caminar no quería seguir escuchando una pelea por mi culpa, pues como había dicho mi hermano, no tenía la culpa de haber nacido.

Con solo poner un pie afuera de la casa grande, nos ganamos las miradas de todos, los rumores no se hicieron esperar, realmente me había dado cuenta, que la mayoría de campistas tienen ese instinto de "vecina chismosa en acción". Además que tenían una clase de pensamientos que te hacen reír, enojar y hasta querer golpearlos, pero no deseaba hacer nada de eso en ese momento.

No tenía ni el más mínimo conocimiento de a donde me llevaba el chico, pero cualquier lugar alejado de esa atmosfera era la mejor. El silencio en nuestro camino era lo que reinaba a más no poder, me percate de las miradas curiosas de los chicos que entrenaban o practicaban el tiro con arco pero al menos estos no eran tan entrometidos como los demás.

Solo fueron minutos para llegar a lo que parecía ser un lago, con un pequeño muelle, era muy bonito, especialmente para bajar el estrés acumulado de días anteriores, solo deseaba de todo corazón que mi nuevo hermano no me repudiara cuando supiera que mi madre fue una ángel, porque eso si me dolería mucho más que las palabras del hombre adicto a la gaseosa. Caminamos para ubicarnos en el muelle con los pies hacía el lago, mirando el horizonte, el agua y al final unos hermosos árboles.

—Es una vista muy bonita, ¿No crees? ...—Preguntó, el chico, mirando al horizonte, internamente me alegraba de que hubiera roto el silencio, pero la inquietud se mantenía presente en mi pecho.

—Se siente muy extraño enterarte que tienes un hermano de repente y de muchas cosas que te habían ocultado toda la vida—susurré, bajando la cabeza, en cierta forma era muy fuerte toda la carga emocional que todo eso había ocasionado, a lo mejor mi madre siempre trato de protegerme de esto pero mi curiosidad o tal vez el deseo de conocer la otra mitad de mi ser fue el causante, no podía negar que muy poco conocía el mundo griego, lo que me enseñaron en la escuela.

Pues existía siempre un problema y era mi madre, ella deseaba que yo aprendiera más de su lado que del lado de mi padre, aunque de cierto modo yo no sabía que fuera este, pero no podía negar que me llama la atención, solo que no quería que los demás en este lugar me tratarán como un bicho raro, por eso era mejor mantener la otra mitad de mi ser oculta.

—Sí, es difícil, porque me pasó lo mismo que tú y hasta me culparon de ladrón...—habló, de nuevo el joven, mientras se le escapó un largo suspiro de sus labios, dándome una suave palmadita en el hombro,transmitiendo el  apoyo que necesitaba.

Por un segundo al escuchar aquellas palabras se me paso la pregunta de saber si él era como yo, pero dudaba porque no sentía esa aura que desprende los seres como mi madre, aunque no podía negar que él era muy poderoso, porque la aura azul que lo rodeaba era perfecta y eso no se lograba de la noche a la mañana sino se nace. Así que decidí preguntar otra cosa.

— ¿Por qué te culparon de eso? —me había causado curiosidad el saber la historia detrás de su estancia en este lugar, pero dudaba que me lo contará apenas empezando a conocernos.

—Es una historia muy larga, pero primero quiero ir a buscar a alguien que me ayudará a mostrarte todo el campamento—comentó, poniéndose de pie, haciendo una seña con la mano para que me quedará allí esperando.

Mi afirmación era cierta, él no me comento nada al respeto de mi pregunta, pero no lo culpo, solo había alguien más aparte de los hombres que peleaban con mi padre en la casa grande y era el chico que me encontré hace días en el bosque y estaba segura que él es de esas personas que guardan un secreto, además que no es muy social que digamos.

Me percate que mi hermano salió corriendo en dirección al campamento, por un momento posee mi mirada en el agua calmada, realmente me transmitía esa sensación de paz y armonía. En casa siempre me escapaba sin que mi madre se diera cuenta a la playa, además que manejaba muy bien ese elemento, aunque ya sabía el porqué de aquello.

Era más que evidente el gran problema que paso cuando yo nací, pero a pesar de que habían pasado años aún había esa discordia entre los planos celestiales, pero será que nunca fueron uno o acaso paso cuando lo del ángel y el demonio, la historia más conocida en los planos y hasta en el mundo mortal, o fue cuando paso lo de...

—Hola sirenita, aunque yo te veo más cara de angelito pero de esos que se portan mal y rompen las reglas... —Esa voz choco contra mis tímpanos, desviando mis pensamientos a otro momento, se le escucho claramente el sarcasmo en cada una de las palabras.

—Hola, niño con complejo de Lucifer.... 

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⏰ Última actualización: Sep 25 ⏰

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Mío Angelus di guarda ©  (Nico Di Angelo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora