Jade.
Perrie me miraba atónita, aún no podía creerse lo que le decía. — ¿Pu-puedes repetírmelo, Jadey?-dijo, ahora tratando de reprimir una risa. Joder, ¿no podía tomarse nada en serio?
—Que me quiero tatuar, Pezz, eso sucede.-respondí frustrada, lanzándome de espaldas a la cama, quedando con la mirada perdida en el blanco del techo de la habitación de mi mejor amiga. ¿Acaso podría ser más rara? Me pregunté observando los posters de alguna banda pegados en el blanco puro de su habitación.
— ¡Oh, chica, creí que estaba soñando!-exclamó exagerando, pero obviamente sonriéndome, para saber que era una broma; por eso la amaba, Perrie siempre ha estado conmigo en los peores y mejores momentos, ella, junto a Jesy y Leigh. Las amo y no las cambiaría por nada en este mundo. —Y… ¿Qué dijo Norma acerca de esto?-Ah, mi madre. Norma Badwi, quién conservaba el nombre de soltera y no el Thrilwall, heredado por el matrimonio con mi padre, James. Solté un suspiro, dedicándole una mirada cansina a mi mejor amiga, con lo que ella comprendió al instante. —No le has dicho, Jade-dijo, más como afirmación que pregunta.
—Ni quiero decirle, Pezz ¡Me matará!-esta vez, la exagerada fui yo.
—Oh vamos, Jade; estás lo suficientemente grande para decidir qué hacer con tu vida, amiga.-negué, ¿es que no entendía?
—Perrie, sabes que ella todo lo toma como un maldito escándalo-suspiré pesado, comenzando a jugar con un cojín rosa chicle extremadamente suave de la rubia.
Quitó el cojín de mis manos, ganándose una mala mirada de mi parte. — Es solo un tatuaje, Jade; tienes 19 años, legalmente eres adultas, puedes hacerte el maldito tatuaje y salir con un viejo de 50 si es lo que deseas-hice una mueca ante lo último, pero tenía razón; era ya una adulta, podía tomar mis propias decisiones. —Es más, ¿por qué no vamos ahora? Le digo a las chicas que se cancela la noche de películas y tenemos todo lo que resta de la tarde para las dos, ¿eh?-me miró como una niña de cinco años esperando una estrellita dorada por un trabajo bien hecho, por lo que no me pude resistir; por Dios, debía enseñarme esa cara.
—Tarde Jerrie, entonces-me burlé, sacándole la lengua y sonriendo divertida ante la broma.
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— ¿Sabes?, creo que ya no quiero el tatuaje, Pezz, mejor vamos a por esos pendientes que…-me mandó a callar, tomando de mi muñeca y guiándome hacia la entrada del local. Me había llevado donde ella se había hecho sus piercings y estaba completamente segura de que también tatuaban.
Un chico alto, moreno y lleno de tatuajes nos recibió, dándole una descarada mirada a mi amiga, a lo que ella solo se limitó a sonreír de medio lado, ¿Qué carajos…?
Perrie se aclaró la garganta, para comenzar a hablar.
—Hola Zayn, vine porque mi mejor amiga desea un tatuaje- esta vez me apuntó a mí y el tal Zayn me dedicó una amistosa sonrisa, a la cual no correspondí, sino que una mirada desconfiada fue lo que ganó.
—Pues, Pezz, haz venido al lugar correcto-aclaré mi garganta. —Quiero decir…-dejó ese espacio para que yo lo completara con mi nombre.
—Jade.-terminé diciendo, levando mi mentón con superioridad. Este chico no me caía bien.
—Bien, Jade, deberás esperar un poco; el tatuador está ocupado en estos momentos, pero creo que como en una hora estará listo para atenderte.
Asentí, agradeciéndole al cielo por esta oportunidad; podría salir a observar las tiendas con Perrie y la distraería con compras para poder olvidar el asunto del maldito tatuaje.
Tomé mi bolso y salí del local esperando que mi mejor amiga me siguiera, pero en cambio ella se quedó charlando con el moreno, quién le sonreía con coquetería.
— ¿Perrie? ¿Vienes?-gestioné con mis manos, apuntando hacia el exterior de la tétrica tienda.
—Nah… Ve, sal, diviértete un rato, yo me quedaré aquí… Pero vuelve en una hora, ¿vale?
De esta no me salvo. Suspiré y asentí, dándome vuelta para volver a recorrer el centro comercial, pero esta vez, sin compañía alguna.
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Me encontraba en una boutique, buscando algún accesorio que fuera con mi nuevo bolso Chanel cuando Wannabe de las Spice Girls comienza a sonar en mi móvil. Me apresuré en tomarlo y contestar a Perrie, ya que ella misma se había colocado ese tono de llamada.
— ¿Bueno?-contesté, evitando las miradas curiosas a mí alrededor.
— ¡Jade! ¡Ven a la tienda, que ya se ha desocupado el tatuador!-era imposible no sentir la emoción en su voz, estaba hasta más entusiasmada ella que yo misma acerca de la situación.
—Perrie, no creo que sea buena idea; yo…-
—Jade Amelia Thirlwall Badwi, quiero que ahora mismo vengas a la tienda, ¿escuchaste?-hice una mueca pero finalmente obedecí a sus palabras, comenzando mi caminata hacia el lugar que me marcaría de por vida.
Literalmente, y en más de un sentido.
Harry.
El ‘Stay Strong’ en las muñecas era perfecto. Sonreí orgulloso, no tan solo por mi obra, sino por el significado que tenía y repercutía en mi mejor amiga.
—Listo Dems, quedó genial-anuncié y, la ahora castaña con degradaciones moradas, abrió sus ojos, observando los tatuajes.
—Son perfectos, Hazz, gracias de verdad-sus ojos se aguaron y yo sonreí con nostalgia, quitando un mechón de su rostro.
—He, preciosa, no llores, ¿sí?-ella asintió, aguantando las lágrimas. —Esos tatuajes representan una nueva vida Dems, el paso de una etapa a otra.
—Tienes razón Harry; ahora más que nunca, debo ser fuerte.-sonrió, lo que hizo que yo sonriera al instante.
Verla feliz, me hacía feliz.
Vendé los tatuajes y le di instrucciones de cuidado a lo que asintió atentamente; la abracé en despedida y me negué a recibir algún dinero por el trabajo hecho. Era mi mejor amiga y ese tatuaje, era un regalo.
Salí con ella y observé a Zayn conversando animadamente con una rubia; sonreí burlonamente y luego de despedirme de Demi, fui a interrumpirlo, solo por molestar, claro.
—He negro,-reí mirándolo. — ¿Algún cliente más?-levé una ceja, sonriendo con inocencia cuando me dedicó una mirada no muy amable.
—Sí.-masculló, mirando con una disculpa a la chica. —Pezz, llama a tu amiga, el tatuador ya está listo, nena.-le sonrió ladinamente, guiñándole un ojo y la rubia saltó emocionada sacando su móvil y alejándose un poco para poder hablar. Cuando en la otra línea contestaron, el semblante de la rubia cambio, frunciendo su ceño y comenzando a amenazar a quien fuera que estuviera al otro lado. Luego de unos dos minutos, colgó, dedicándonos una amplia y triunfante sonrisa.
—Jade ya viene, chicos.-y con eso, asentí, retirándome de nuevo a mi habitación, por así llamarla, para poder limpiar y preparar las cosas para un nuevo cliente.
» Mierda de capítulo, ya tu sae(? ladkskd pero como siempre, voten y comenten babes<3:-( que así me hacen más feliz<33
xxJavixx
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tattoo ⇢ jarry stirlwall
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