"Compañeros" - #WIGETTA - (PUBG)

Capítulo 2.

Vieron que un sujeto, armado hasta los dientes, se alejaba sigiloso del lugar en donde estaban. Respiraron aliviados.

Aunque ellos eran dos, trataban de pasar desapercibidos de todos, elegían evadir antes que matar. Ninguno de los dos había matado a una persona antes y lo acontecido anteriormente fue pura supervivencia.

Todos los seres humanos tienen incorporado los genes de la adaptación, el de la supervivencia y el de la violencia, sólo que están ocultos tras la cortina de la sociedad moderna. Algunas personas tienen la necesidad de drenarlos de diferentes circunstancias, en mayor o menor medida, ya sea jugando una partida de Paint-ball con los amigos, deportes de contacto, etc., o buscando peleas callejeras, cometiendo delitos de robos o abusos, o incluso homicidios de todo tipo. Hay personas que son realmente buenas para dañar a otras personas; trastornos de personalidad o psicológicas, impulsos primarios más desarrollados, un aumento de hormonas que desata el lado salvaje, el que debe ser saciado. Todo suma. Por otro lado, hay personas a las que la Moral, la Lógica y la Razón, que según Platón separaban al Hombre de las bestias, y también los sentimientos de empatía y compasión, evitan el brote de ese lado oscuro, anulan cualquier pensamiento o deseo dañino contra otro ser vivo.

Todo ser humano tiene esta dualidad, los famosos Ying y Yang, lo Positivo y lo Negativo. Incluso hay una leyenda Cherookee que relata la eterna batalla entre dos lobos, uno blanco y uno negro, que representan el Bien y el Mal respectivamente, la cual dice que ambos luchan a muerte dentro del corazón del Hombre. Aquél que mate al otro y se declare vencedor, reinará sobre la consciencia del Hombre y decidirá sobre sus actos. Claro que quien haya ganado será el lobo al que el Hombre haya alimentado más.

En este caso, Guillermo y Samuel optaban por evitar enfrentamientos, y no era que no estuvieran preparados para defenderse; sin saberlo, ambos habían llegado a practicar con armas alguna vez en un polígono de tiro con los amigos, o llegado a ver programas de supervivencia y hasta haber jugado a decenas de shooters y survivals. Pero una cosa era ser un personaje dentro del PC o de la consola, o tirar dentro de un circuito cuidado y sin riesgos de que el blanco les devolviera las balas, y otra muy distinta era la vida real. Ninguno de los dos quería jalar el gatillo ante nadie, pero eran conscientes de que corrían un gran peligro y querían estar preparados. Sus habilidades ya les habían salvado una vez, pero nunca sabían cuándo estarían en riesgo nuevamente.

Pudieron registrar el resto de las casas de alrededor sin ningún problema, siempre con sigilo y vigilando sus espaldas. Encontraron mochilas, curaciones, barritas energéticas y otras que parecían comida de campaña, de esas que comen los soldados y que se parecen a la comida de astronautas, y bebidas, que repartieron por igual, e incluso dos radios que les permitían comunicarse entre sí.

-Guille, aquí hay una UMP con munición. -dijo a media voz, hablando a través de la radio, y le esperó en la planta de arriba de la última casa, igual de ruinosa y abandonada que las demás, mientras intentaba registrar la estancia sin que se le viera demasiado desde afuera, a gachas.

Samuel llevaba una equipación decente, reemplazando la escopeta que había encontrado minutos antes por una M16 que le vino caída del cielo. Hasta pudo encontrar ropa más abrigada que su simple pijama; unos borsegos, una camisa de oficina que se puso sobre el pijama, y pantalón camuflado y campera verde militar.

-Voy. - respondiendo en el mismo volumen de voz, Guillermo subió con cautela las escaleras y se dirigió hacia la habitación señalada por el otro. Él llevaba una playera blanca, había guardado su pijama en la mochila ya que era demasiado cantoso, una campera militar pero camuflada en tonos de verde, unos pantalones verdes de varios bolsillos y unas botas desgastadas. Había podido encontrar sólo una Scar-L y de reserva el revólver.