Red Rigth Hand. {[Completa]}

Capitulo XV (Parte II) Capítulo faltante.

El funeral había terminado hace un par de horas, todo lleno de coronas de flores y la tumba de Grace completamente adornada jurando que jamás sería olvidada.

Polly se enrolló a mi brazo, metiéndonos en su auto, que comenzó a andar de inmediato mientras la gente se disipaba a nuestras espaldas.

– ¿De cuánto estás querida? – Preguntó encendiendo un cigarrillo, me ofreció otro.

– ¿Qué?

– ¿No lo sabes? – Preguntó sorprendida quitándose las gafas oscuras.

– De qué mierda hablas?

– Adoro la cara qué haces cuando no sabes de qué hablan – Sonrió lanzando el humo por la ventanilla – Estás embarazada Mirina, debes tener dos o tres meses – se giró a observarme mientras yo sentía escalofríos, estiró su mano a mis pechos tocándolos suavemente – ¿Quieres saber qué será? – Asentí – una niña. Ella y Charles se enamorarán, eso no te agradará pero pondrá alegre a Thomas, así podrán reencontrarse – narró con una sonrisa en sus labios – ¿Qué más quieres saber?

– Tú sabes.

– Vendrán cosas malas y cosas buenas, Lucille. Llegó la hora en que demostrarás que tan fuerte eres...

Bajé apresurada del automóvil para tocar las puertas, la espera se hizo eterna mientras recordaba la confirmación de lo que Polly me había dicho pronunciada por el doctor, dieciséis semanas, sentía escalofríos, volví a tocar la puerta esta vez con más fuerza.

– Señora Solomons – Saludó sorprendido el hombre que llegaba a abrir las puertas.

– ¿Alfie está aquí? – Pregunté adentrándome en el lugar.

– En su oficina señora, llegó hace un par de horas desde Windsor – Habló siguiéndome por el alambique, entre de una vez a la oficina encontrándome con Solomons sirviendo whisky en su vaso.

– Fuera de aquí Ollie – Ordené dejando la puerta abierta – ahora – insistí cuando el moreno se quedó observando a Alfie quien hizo un gesto con la cabeza para que saliera.

– Hola, cariño – Saludó subiendo las mangas de su camisa hasta los codos – ¿Qué tal estuvo eso?

– ¿Qué hacías en Windsor?

–  Vamos de una vez a las preguntas incómodas – Encendió un cigarrillo alzando la cabeza – entonces respóndeme ¿qué hacía Shelby en tu habitación del hotel anoche?

– ¿Me espías?

– Respóndeme.

– Fue a verme para hablar.

– Hablar en una habitación de hotel, con una mujer casada, a solas. ¿No es sospechoso?

– ¿Qué sugieres?

– Qué te acostaste con él – Torcí los labios acercándome a la mesa para tomar un cigarrillo.

– Solo estuvo conmigo treinta minutos, Alfie – Me observó largamente, estaba pálido, no había dormido bien podía ver las ojeras bajo sus ojos de miel – ahora respóndeme – sé quedó en silencio largo tiempo tamborileando los dedos en el escritorio nerviosamente – Alfie...

– Estoy muy enfermo, amor – No me observó en ningún momento, sentí un calambre en la boca del estómago y las náuseas azotando mi ser.

– ¿Qué dices?

– He estado yendo a Windsor a un médico especial – Explicó tomando entre sus manos el talit que yo había hecho para él hace sus años, para acariciarlo – tengo un maldito cáncer de mierda.