La vida en pareja (LutaxX)

Capítulo 2 ( Narra Luzu )

Narra Luzu:

-¿Fra-Fran?- Se tiró al lado mío en la cama, rápidamente cerré lo que estaba viendo. El rió. Me estremecí al sentir su brazo caliente contra el mío frío.

- No quiero ni saber lo que estabas viendo –Siguió riendo

- Como si estuviera viendo porno, no te jode –reí yo también

- Eso parecía, según me siento cierras todo.

Lo que estaba haciendo era mirar Tumblr, pero no miraba cualquier cosa, leía pequeñas historias que los fans creaban sobre Fran y yo. Me sorprenden las grandes mentes pervertidas del mundo. Pero no me quería arriesgar a que me viera.

-No, No estaba viendo porno –Dije algo más serio

- ¿Y qué veías entonces? –Me quedé pensando

- Nada interesante, oye, ¿tú no venías a por tu pijama?

- No me cambies de tema, ¿Qué veías?

- Estaba ojeando Tumblr

- ¿Y para eso tanto secreto?

-Ya te dije que no era nada importante

- Bueno, vale, ya te dejo tranquilo, me voy a poner el pijama

Se levantó de la cama y fue a su armario. Pensé que cogería la ropa y se iría al baño, pero no. Primero sacó su camisa y pude ver su perfecto abdomen bien tonificado. Me quedé embobado mirándole cual pringao, pero rápidamente aparté la mirada.

-¿te gusta lo que ves? –Me preguntó divertido

-¿Q-qué? –Dije nervioso. Él rió y siguió a lo suyo. Me quedé bastante sorprendido, no sabía que estaba tan bien físicamente. Después se empezó a quitar los vaqueros negros. Diós, no podía apartar la mirada.

-Voy a… -me quedé pensando- la cocina a por agua –dije algo nervioso y salí intentando que no se me notara. Corrí a la cocina y bebí agua tan rápido que casi me atraganto. Cuando volví a la habitación, el ya llevaba su pijama: un pantalón azul celeste y una camiseta blanca.

-¿Ya bebiste agua?- dijo en tono burlón.

-Sí –respondí más tranquilo

Se tiró en la cama, se tapó con la manta. Yo apagué la luz y me tumbé a su lado intentando no tocarle. El mínimo roce haría que esto fuese más incómodo todavía.

-Joder, que frío hace –Se levantó y cerró la ventana. Yo aproveché para acomodarme mejor en la cama. Cuando se acostó de nuevo, sin el más mínimo cuidado, se pegó a mí. No sé si estábamos espalda con espalda o si miraba al mismo lado que yo, pero era lo menos que me interesaba ahora, el contacto con su piel hacía que me recorriera un escalofrío por toda la espalda. No pegué ojo en toda la noche.