Martina Simonet
-Vas hacer un gran partido, amor. Vas hacer historia como tu hermano- abracé a Kylian.
Hoy, hace unas horas, Diego hizo historia ganando la Champions de Handball con el Montpellier, el primer argentino en ser campeón de Europa, el handball argentino quedó en lo más alto gracias a él. Ahora, era mi turno.
-Mucha suerte, Martu- lo besé y me separé para ir con mis compañeras.
Tomé una bocanada de aire y comencé a caminar.
-¡Martina! - me giré a ver al francés- ¡Te amo! No lo olvides- me quedé mirándolo sorprendida.
Jamás me había dicho te amo, si por mensajes pero jamás de su boca. Sonreí y le tiré un beso. Me giré hacia mis compañeras y salimos a la cancha.
Comenzamos a calentar hasta que salió el equipo contrario. Mis compañeras miraban mal a todas.
Queríamos ser campeonas con todo. Y lo íbamos a ser.
-Suerte para este partido- una de ellas pasó frente a nosotras.
-Déjame pegarle, Kate- reí al ver a Cris siendo sostenida por Kate.
Llegó el tiempo de ir a vestuarios, nos preparamos y después de una charla, salimos a la cancha preparadas para jugar. Sonaron los himnos de Francia y Hungría, ya que cada club pertenecía a uno de esos países. Luego, comenzó la presentación.
-Con la número 19, Martina Simonet- el público aplaudió y saludé.
Una vez terminado todo, saludamos al otro equipo y fuimos al banco para escuchar a nuestro entrenador.
-Concentración e inteligencia, chicas. Disfruten por sobre todo, esto es lo que aman y siempre deben disfrutarlo. Todo lo que practicamos, traten de hacerlo acá. Jones, al arco. Simonet, Köhn, Gros, primera línea. James, Pulsen, extremos. Vapurin, pívot.
Juntamos nuestras manos en el centro y después de un aliento de la capitana, gritamos.
-¡1, 2, 3, Metz!- puse la pega por mi mano y fui a tomar el lateral izquierdo.
-¡Martina!- fruncí el ceño y miré a la tribuna, abrí mis ojos como platos.
Los chicos de la Selección Argentina estaban ahí.
Y mi mirada cruzó con la del ojiverde. Sonrió y aparté la mirada. No me iba a desconcentrar, menos por él. Sonó el silbato dando inicio al partido.
Hoy, haría historia.
(...)
-¡Final!- dejé mi cuerpo caer en el piso.
Lo hicimos.
Éramos campeonas de Europa.
-¡Vamos carajo!- Lisset se tiró arriba mío.
Nos levantamos y comenzamos a cantar, saltar y abrazarnos entre todas. Vi a Diego entrar a la cancha y corrí a abrazarlo.
-¡Hiciste historia, hermanita!
-¿Y vos? ¡Te amo!
-Andá festejá- le di un beso en el cachete y corrí hacia mis compañeras.
Después de los festejos, llegó la hora de la premiación y todas nos pusimos a joder mientras esperábamos que nos llamen.
-MVP del torneo... ¡Martina Simonet!- me quedé helada al escuchar mi nombre.
El premio a la mejor jugadora del torneo.