Capitulo 8

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Capítulo 8

-... Tampoco lo hemos torturado demasiado- exclamo Hale con la cabeza de costado y una sonrisa divertida pero maliciosa al mismo tiempo

- igual, sigo sin entender como esta acá- Ansel era el prisionero y el juguete humano de todos, no le habían pegado pero se divertían molestándolo, estaba mojado porque le habían tirado agua caliente y agua fría, según ellos para ver como reaccionaba su cuerpo, Jason estaba para supervisar pero se divertía casi tanto como ellos. Por otro lado, Tony no hacía más que estar en la computadora y sacar variadas fotos de la situación. También habían jugado a la pelota y le habían roto la nariz con ella a Ansel, por parte era divertido y yo estaba furiosa por lo que me puse a jugar con ellos un rato y después subimos para comer, aunque eran las 4 de la tarde tuve que cocinar, el apetito de los hombres es enorme y vivir rodeada de 3 de ellos-ya que Eliot se mudó con nosotros-es como cocinar para 10 mujeres. Estábamos los 5 sin contar a Ansel en la cocina y de verdad me estaba divirtiendo

-otra vez- susurro Eliot para sí mismo mientras Mi primo me explicaba otra vez que habían hecho, yo lo había entendido a la primera pero molestarlos me divertía aún más

- Eliot le disparo en la pierna y se calló y yo lo inmovilice y Jason lo ato pero se movió y salió arrastrando se hasta que lo encontramos, ya que lo habíamos perdido y lo trajimos como pudimos mientras Tony sacaba a los guardias de la puerta y llamaba a la policía- hizo un par de movimientos bruscos, como si todo lo que me contaba lo pudiese expresar a través de sus manos.

-Ah- me encogí de hombros como si en verdad no me importara y me levanté para irme, antes de pasar la puerta de la cocina le saqué la lengua y me fui corriendo a mi habitación. Pensando, en porque Tony y Eliot no se habían dirigido la palabra en todo el día, directamente cada vez que uno hablaba, el otro instantáneamente se callaba

Me tire sobre mi cama, demasiadas cosas habían sucedido durante los últimos días, me levanté e hice un poco de tarea tratando de olvidarme sobre mi vida y tratando de ser una adolescente normal, aunque fuera aburrido, así me gustaba a mi. Apenas deje mis papeles desordenados sobre el escritorio, mi celular comenzó a sonar retumbando por toda la habitación, la verdad es que yo no escuchaba música, no tenía tiempo para eso pero si me gustaba, Zombie by The Cramberries sonaba Como melodía. Cuando llegue a agarrarlo ya que, por una razón que desconozco, estaba debajo de la cama. Instantáneamente dejó de sonar, como si en mis manos hubiera un censor, pero a los poco segundos, me llego un mensaje

" Amo la manera en la que te importo, estoy bien gracias por preguntar. Necesito hablar con vos, ven a mi casa. San luis 1348"

Odiaba que me dieran órdenes pero Caleb me necesitaba explicar que mierda tenía de raro su vida y porque se conectaba con la mía,tome una chaqueta y salí con mi harley que había tenido que ir a buscar a la casa de Anthony, pero algo raro paso allí, no pude evitar notar, que al pasar por la puerta de la cochera, el murmullo de dos hombres resonaba dentro de la casa. Estaba totalmente segura que yo los conocía pero al mismo tiempo sabía que aunque diera mi mayor esfuerzo, nunca podría ganarle a los dos juntos. Corrí hacia mi moto en cuanto los pasos de aquellos misteriosos humanos se acercaban, tome mi moto, rápidamente me prepare para subirme y conducir hasta llegar a la dirección en donde vivía Caleb, raro, yo había pensado que el vivía en donde nos habíamos besado la primera vez, la verdad que cuando escuche que tenía dinero, no me imaginaba que era tanto. El guardia del barrio privado me retuvo unos minutos hasta que me dejo pasar, con una cara la cual no me gustó, claramente desconfiaba de mi. Estaba segura que no sólo mi ropa causaba eso, si no, también mi mala cara y mi postura de no querer a nadie.

Divague entre todas las hermosas mansiones bien hechas hasta que me di cuenta que los números de la casas sobre pasaban los dos mil por lo que di la vuelta y comencé a prestar atención en las casas y los autos por sí veía el de Mister Sexy. Cuando la encontré, baje con cuidado y me saqué el casco dejándolo en el piso para hacer lo que nunca en mi vida md había importado hacer: Arreglar mi pelo. La maraña de ondas estaba bien arreglada, con la ropa bien acomodada y la mochila en mi espalda, pero desde el último encuentro, la pistola estaba en mi pantalón, era molesto pero más efectivo.

Secretos Peligrosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora