Capitulo 9

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Capítulo 9

«Maldita cama» pensaba con desesperación mientras me paraba de un salto. Recuerdo que en aquella noche todo me parecía incómodo, feo, asqueroso, aburrido, por todo me enojaba, en defensa mía no era mi problema que la regla me bajara unos días antes, es algo natural que sentimos todas las mujeres pero ¿Me podrían decir porque a los hombres no les duele nada? Es injusto, totalmente.

Tome agua, mire televisión y como nada funcionaba comencé a prepararme para el colegio, me vestí normal y salí a correr, hacia mucho que no corría como solía hacerlo en la otra ciudad por lo que con 30 minutos estaba ya cansada y comencé a caminar, tome agua y con la remera me seque el sudor de la frente que comenzaba a pegarme el pelo por toda la cara. Pase por un parque y me senté en la primera banca que encontré, a los 5 de la mañana todavía no salía el sol y muy poca gente pasaba por allí. Mire a mi alrededor y note que todo era muy bello, un problema mío era que me concentraba tanto en los problemas y las cosas malas que simplemente a Lomas cosas buenas no las veía y cuando paraba a mirar a mi al rededor, todo era muy hermoso, uno de los placeres de la vida perdidos en mi miserable vida.

Me pare, de a poco el cuerpo comenzaba a calentarse otra vez, seguí corriendo hasta que al pasar por un callejón, la figura de una chica tirada en el suelo llamo mi atención. De a poco y con pasos lentos me acerque a ella hasta reconocerla, Jenna estaba llorando, esa chica no me causaba buenas sensaciones pero ayudar al mas débil siempre estaba por adelante de cualquier prejuicio

-Jenna- la llamé suave y me agache a su altura. Sus brazos estaban enredados al rededor de sus piernas flexionadas y su cabeza con los pelos rubios y desordenados escondidos en ellos-¿Jenna estas bien?- pregunte un poco preocupada pero todavía tranquila, ella al no contestar supe que de verdad estaba hecha mierda, tome su brazo y lo pase por mis hombros mientras que la sujetaba con el otro brazo, la ayude a caminar, o mejor ducho arrastre, hasta el parque en el que había estado hacía unos minutos.

-Mi-mi vida es u-una maldita mierda-tartamudeo cuando deje su cuerpo en el banco de madera pintada de color verde oscuro. Sus manos estaban frías y temblaba como una hoja a pesar de que no hacía ni calor ni frío.

-Tranquila, cuéntame que te ah pasado- corrí su melena enmarañada de sus ojos y ella se dio vuelta a mirarme, sus ojos estaba totalmente rojos y un moretón color rojo también adornaba una pequeña parte de su mejilla derecha

-Es que el estaba allí...entonces salí corriendo...pero me caí... Y me puse acá hasta que se fue- pocas palabras pude rescatar de sus sollozos intensivos pero me fueron suficientes Como para entender sin detalles lo que no se quien le había hecho aún que no entendí por que

-Ven- me pare y extendí mi mano para ayudarla. En sus ojos noté el miedo y la duda, subió la cabeza y me miro, el sol comenzaba a alzarse en el cielo azul y se reflejaba en las gruesas lágrimas saladas que caían por sus mejillas aunque no llegaban a ningún lado- iremos a mi casa, no te preocupes, todo estará bien- intente sonreír aunque sólo fuera una mueca rara, acepto aún dudando pero cuando atravesamos las puertas de mi hogar nos encontramos con Jason y Hale asustados y sorprendidos

-¿Pero qué ah pasado ?- el primero en acercarse fue Mi primo quien tomo en brazos a La rubia y la llevo hasta el sillón, la acostó y se sentó a su lado. De algo me había perdido, parecía que me había salteado el capítulo de un libro el cual parece difícil de seguir. No le di mucha importancia, hablaría con el luego, entré a la cocina con Jason a mis espaldas y serví en un así de vidrio, agua. Tomó un calmante en pastilla no muy fuerte y me lo tome, volví a hacer lo mismo pero a el calmante se lo lleve a Jenna cuando volví a la cocina Hale entro conmigo

Secretos Peligrosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora