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—Está bien, pero quiero que me cuentes sobre ti —Respondí.

Offenderman se espantó.

¿Qué podría contarle de él? Sí cuenta como es seguramente no le dejaría dormir en su casa, y se iría corriendo de su lado.

—¿Qué quieres saber? —Preguntó.

—Por ejemplo, ¿En qué trabajas?

Offenderman se rascó la barba, se extrañó porque jamás había tenido una.

—Yo trabajaba cuidando animales... Pero me despidieron —Respondió.

La chica se extrañó.

—¿Por qué te despidieron?

Offenderman tragó sonoramente.

—Recortaron personal.

Acaria comprendió y le observó por un segundo.

—¿Qué hacías durmiendo en un banco?

—Me echaron de mi casa porque no podía pagarla —Respondió mirando hacia otro lado.

La chica se llevó su mano a su boca.

—Eso es terrible —Mencionó.

—Ya lo tengo superado —Dijo sin importancia.

Acaria no quiso hablar más por el momento, ya quedaba poco para llegar a su casa y no quería preguntar algo que quizás de peores respuestas.

—Esta es mi casa —Dijo, después de por fin abrir la puerta dejó paso para que Offenderman entrase y luego lo hizo ella.

—Es muy bonita —Dijo el chico.

—Gracias.

—De nada.

—¿Has cenado? —Preguntó.

—No.

—Entonces haré de cenar para los dos, puedes sentarte en el sofá y ver la televisión —Respondió la chica.

Cuando Acaria estaba haciendo la cena, Offenderman hizo lo que ella dijo.

Agarró lo que creía que era el mando e intentó encender la tele dándole a todos los botones hasta que por fin la encendió.

La TV mostraba un canal en el que se podía apreciar una serie de comedia, como Offenderman no sabía usar el mando lo dejó ahí.

A los veinte minutos Acaria vino con la comida y la dejó en la mesa.

—Ven a cenar —Dijo ella y Offenderman se levantó para sentarse en su sitio correspondiente, ella hizo lo mismo.

—¿Qué es esto? —Preguntó él observando la comida.

—Tortilla de patatas —Respondió sonriendo.

Offenderman miraba la comida receloso. Jamás había probado eso, pero intentaría hacer un esfuerzo, quizás no esté tan mala como imaginaba, y así era.

En menos de cinco minutos él ya había terminado y Acaria observaba a éste con los ojos abiertos como platos. Cada día se quedaba más sorprendida.

—¿Te gustó? —Preguntó.

—Estaba muy bueno —Dijo y se levantó.

—Me alegro —Dijo ella.

—¿Dónde está mi cuarto? —Preguntó observando alrededor.

—Antes de eso, recoge tu plato —Dijo ella con una ceja levantada.

Offenderman refunfuñó e hizo lo que le mandó, más tarde ella le llevó a su habitación.

No Other [Offenderman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora