No Other [Offenderman]

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Acaria estaba apunto de salir a trabajar cuando Owen le llamó.

—Eh, ¿Dónde vas? —Preguntó.

Ella se giró hacia él sin dejar de agarrar el pomo de la puerta.

—A trabajar.

Owen, que estaba en el sofá, se removió.

—¿Cuánto tiempo? —Preguntó.

Acaria arqueó una ceja.

—Cinco horas. Desde las tres hasta las ocho, tengo que hacer más horas hoy porque no fui por la mañana —Respondió.

—Ah, bien —Dijo él.

La chica, extrañada por esa pregunta, abrió la puerta y se fue al trabajo.

Owen estaba observando un programa de televisión sin hacer caso realmente. Ahora estaba pensando en qué haría hasta las ocho. No quería dar una vuelta porque no sabía caminar por la ciudad, pero se negaba a quedarse aquí.

—Quizás vaya a dar una vuelta —Pensó.

Se levantó, se observó en el espejo del salón y salió.

Sabía que había un parque por ahí cerca, así que caminó hasta encontrarlo.

Al llegar a éste le gustó lo que veía. No, no eran los niños pequeños correteando por ahí, sino las madres sentadas en los bancos, hablando o simplemente observando a sus hijos.

Vio una mujer sola, mientras leía un libro, sentada en uno de los bancos y se acercó ahí.

—¿Qué libro lees? —Preguntó mientras se sentaba.

La mujer se asustó por un momento.

—Es... Orgullo y prejuicio —Dijo ella.

—Ah, interesante... Me gustan las mujeres que leen —Dijo él de forma seductora.

La mujer sonrió extrañada.

—Genial —Dijo ella y siguió con su libro.

—Me llamó Owen, encantado —Dijo él mientras le tendía la mano en forma de saludo.

Ella dejó el libro y observó su mano, dudó al principio pero finalmente la agarró.

—Yo Elena, igualmente —Respondió.

—Tienes una mano muy suave, ¿Sabes? —Dijo él mientras soltaba su mano.

—Uso una crema muy buena...—Dijo la mujer ya un poco harta de ese señor.

Owen veía que no estaba consiguiendo nada así que fue al siguiente nivel.

—Me encantaría pasar esa crema por todo tu cuerpo —Susurró en su oído mientras acariciaba su pierna.

La mujer gritó y comenzó a pegarle con el libro.

—¡Asqueroso! ¡No te acerques más a mi! ¡Voy a llamar a mi marido! —Exclamó la mujer nerviosa mientras agarraba su teléfono.

Owen salió corriendo y se metió en la primera cafetería que vio.

Observó el lugar detenidamente, no había mucha gente, se dio cuenta que era el lugar en el que desayunó hace poco.

Vio a Acaria en la barra y se acercó a ella.

—Hola, Owen —Dijo ella.

—Hola guapa —Saludó de vuelta con una sonrisa coqueta.

Acaria bufó.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó ella.

—Quería dar una vuelta, ¿Qué hay de malo? —Preguntó él.