–¿Qué estás haciendo aquí? –suelto enojada y asustada.
–Me desobedeciste y pensé que tenía que venir a buscarte personalmente para que regresaras.
–¿Cómo?...¿cómo pudiste encontrarme?
–Supuse que tenías mejores ideas para mantenerte oculta pero...¿unirte a una familia?, ¿tratar de mezclarte con esa raza?, no fue difícil encontrarte, bajaste la guardia desde que los encontraste y ahora volverás con nosotros.
–Yo no quiero regresar.
–No te lo estoy preguntando, creo que ya te divertiste bastante –mi padre levanta la mano y señala mi vestido–. Tal parece que eres uno de ellos –cierra lentamente el puño.
–Quiero quedarme.
Cierra los ojos y coloca sus dedos en el entrecejo, lanza un leve suspiro.
–La niña está en la habitación, el padre está a unos segundos de entrar, a ¿cuál quieres que asesine primero?
Mi quijada y mi cuello se tensan, no podré ganar está discusión o quizá tal vez.
–A ninguno, porque tendrás que matarme primero para que llegues a ellos.
–Sabes bien que eso no va a pasar, así que... a ¿cuál quieres que asesine primero?
–A mí.
Me lanza una mirada furiosa.
–Victoria, estoy a nada de chasquear mis dedos para que mis hombres traigan al padre y a la hija.
–¿Qué es lo que tengo que hacer para que los dejes en paz?
–¿Paz?, no habrá paz para uno de ellos, te llevaré conmigo quieras o no pero no me iré de aquí sin que veas las consecuencias de tus actos, así que quiero que me respondas, ¿el padre o la hija?
–A tu hija, quiero que tu hija sea la asesinada –mi voz incrementa.
–¡Maldita sea!, no voy a discutir esto contigo, te di la opción de elegir, si no lo haces lo haré yo –levanta la mano y chasquea sus dedos.
Una sensación helada pasa por mi cuerpo y mis piernas empiezan a experimentar un pequeño temblor, maldita sea mi suerte al no traer espadas o alguna daga para defenderlos, tengo que pensar en algo.
Unos gritos fuera de la cabaña me confirman lo peor, han atrapado a Hans, pero no escucho a Danae, doy un paso hacia la habitación donde está.
–Ni se te ocurra moverte o será peor –me advierte.
Un tronido en la ventana de la habitación de Danae me pone en alerta, tengo que hacer algo, ¡maldita sea!.
–¡PAPI!, ¡AYUDA! –la voz de Danae recorre cada rincón de mi cuerpo, es desgarrador, tengo que ir por ella.
Ante la furiosa mirada de mi padre, corro a la puerta de Danae, al entrar noto que Robert, uno de los tripulantes, la tiene sometida, con un brazo evita que la niña grite y con el otro la tiene de su cintura y sus brazos, la niña patalea y trata de zafarse, sus mejillas están llenas de lágrimas y me mira, mi mente congela su mirada en mi memoria, pelearé por ella a pesar de que mi vida este en juego, miro a los alrededores de la habitación y hay un banquillo, localizo 3 palos que sostienen un mueble y no están lejos, me arriesgo el todo por el todo y corro por uno de ellos, Robert me mira y observa que he desbloqueado la puerta para salir con la niña, me apresuro al ir por los palos y al llegar, jalo de uno, fácilmente se zafa del soporte del mueble y este se mantiene en su lugar, me doy la vuelta y noto que a pesar de que Robert tiene cargando a Danae, no tiene la suficiente fuerza como para llevarla de un solo tiro, su caminar es lento y la niña pelea por zafarse, corro tras ella, levanto el palo y con fuerza lo estampo sobre la espalda de Robert haciendo que se tambalee un poco, vuelvo a hacer la misma maniobra pero esta vez en la cabeza, Robert lanza un grito y cae de espaldas, dejando libre a Danae, la niña con lagrimas en los ojos mira al cuerpo inconsciente delante de ella y rompe a llorar más.
–Danae, mírame, mírame a mí, no a él –mantengo el palo de madera en mi mano–, Danae , mírame.
La niña levanta la mirada hacia la mía.
–Tengo miedo –suelta con una voz muy débil–. Quiero a mi papá.
Mi corazón empieza a latir más fuerte y algo en mi dice que posiblemente uno de los tres no saldrá vivo de esto, pero ¿cómo se lo digo?
–Ven, dame la mano –le ofrezco mi palma y la toma temblorosa, la jalo y le doy un pequeño abrazo–. Yo te cuidaré ¿de acuerdo?, tenemos que salir de alguna manera de aquí, necesito que te ocultes en algún lado en lo que voy por tu padre.
–No meee...quiero...quedaaar aquí –solloza–. Elloos...van a...entraar...por la ventana.
No sé como protegerla si la tengo detrás de mí, me limita el movimiento para atacar y salir por la ventana sería arriesgado ya que posiblemente nos tengan rodeados.
–De acuerdo, Dana –le tomo el mentón para que me mire–. Afuera hay personas que querrán hacernos daño, te pondrás atrás de mí y me abrazarás por la cintura, tienes que seguir mis pasos a toda costa, ¿de acuerdo?, esto es peligroso.
La niña asiente y se limpia las lágrimas de sus ojos, se coloca detrás de mi, me abraza por la cintura y se pega a mi cuerpo, es pesado caminar así pero no tengo otra alternativa, si llegan a disparar es más probable que me hieran a mí que a ella.
–Preparate Dana –comenzamos a caminar hacia donde estaba mi padre, lo hago con cautela, miro a la silla donde mi padre estaba sentado y me encuentro con su mirada y la pistola apuntando en mi dirección, ¿va a dispararme?, miro y a su lado izquierdo y está Cleo, tiene sometido a Hans, hincado y con las manos sobre su nuca, sus ojos se cruzan con los míos y mira mi cintura, regresa su mirada a la mía e inclina levemente la cabeza como agradeciéndome por salvar a Danae, no quiero que se rinda, quizá puedo hacer algo.
–No sé cuando se te va a quitar esa estúpida devoción por ayudar a otros, no sé como hacerte ver que los demás no importan.
–No le hagas daño a Hans, es su padre –señalo a Danae–. Ellos importan más de lo que crees y tienen el alma más hermosa, ellos me ayudaron y sin pedir nada a cambio.
–Grave error –encoge los hombros, jala el martillo de la pistola señalando que está listo para disparar en mi dirección.
–Por favor, capitán –suelto el palo–. Haré lo que me digas pero por favor déjalos tranquilos y a salvo.
Me mira y se pone de pie, baja el arma pero no quita el dedo del gatillo.
–Pero claro que harás lo que te diga, eso no va a cambiar, pero debes entender que hay consecuencias y responsabilidades que nacen con tus acciones.
–Lo sé, ya lo sé, ya entendí, esto es entre tu y yo, ¿por qué los vas a lastimar a ellos?
–Yo no lo hice, tú los condenaste desde el momento en que aceptaste su ayuda.
–Si lo dejas, seré una hija tal y como quieres, entrenaré y no volveré a escapar...por favor, ella necesita a su padre.
Mira a Cleo y eso me da cierta esperanza.
–Tienes toda la razón –su voz tiene un toque malicioso–, ella necesita a su padre y su padre la necesita a ella, es por eso que se irán juntos, dame a la niña o yo mismo iré por ella.
Mi corazón se estruja cuando siento el temblor de los brazos de Danae alrededor de mi cintura, mis mejillas duelen de impotencia, nunca he derramado una lágrima frente a mi padre y esta no será la primera ocasión.
–No, por favor señor –Hans comienza a sollozar–. Mi niña no, haga conmigo lo que quiera, pero no a ella, es solo una niña, por favor.
–¿Qué es lo que quieres para que los dejes en paz? –suelto con un tono de voz libre de miedo pero desaparece al mismo tiempo que mi padre me arroja una mirada llena de molestia, conozco esa mirada y es signo de que algo terrible va a suceder.
Levanta la quijada y de un solo movimiento dirige la pistola a la cien de Hans y presiona el gatillo.
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¡Hola!, espero estés disfrutando de "Victoria", lamento no actualizar tan seguido pero el tiempo no me sobra.
No olvides hacerme saber de tus opiniones o comentarios y de igual manera te pido que me regales un voto en cada capítulo.
Te mando un abrazo gigante y nos vemos en el siguiente capítulo.
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Victoria
ActionVictoria Baker es una chica de 19 años, tiene unos padres un tanto peculiares, su vida no es la de una chica común y... es una pirata, su casa siempre ha sido un barco, su vecindario, el océano. Aunque toda su vida ha deseado la libertad de estar en...