Tomaba su fría mano blanca y delgada, se veía más pálida de lo normal y su cabello tan oscuro como siempre, sus ondas bajaban por su pecho hasta llegar a su bella cintura. Sus pestañas largas no estaban en su máximo esplendor a causa de su profundo sueño, se veía tan delicada y frágil que me daba miedo tocarla. Estaba a centímetros de mí, pero la sentía tan lejos. La había perdido, aún la extraño, pero no la amo. Le repudio.
—Te creí el amor de mi vida, eras la luz de mis días...Amaba tus desayunos, siempre eran hechos con tal dulzura que agradecía tenerte a mi lado. Te quise, te amé, te deseé, pero de alguna u otra forma lo arruinaste. Intenté no culparte de esto, pero era inútil. Lamento todo esto Inna, pero por más que te quiera de vuelta en mi vida me cuesta imaginarla de una buena forma —unas cuantas lágrimas bajaron por mis ojos. —Soy un tonto, aún estoy aquí para ti.
Aún no sé en qué momento me quedé dormida realmente, había escuchado cada palabra de Kyuhyun, por más que el negara su amor hacia a mi yo podía sentir que aún estaba enamorado. Presencié sus roces y caricias, con mis ojos cerrados sentía las lágrimas que bajan por su sonrisa tan bella, él seguía enamorado de mí.
Caí en un profundo sueño después de varios minutos, me contuve las ganas de abrazarle y besarle cuando lo tuve en frente, mi deseo por volver a sus brazos era como un sueño, una meta. Mi corazón latía con intensidad, la sangre corría por mis venas hasta poner mis mejillas rojas, me desperté por el constante movimiento presente dentro del hospital.
Ahí estaba él, de pie dándome la espalda en la puerta de mi habitación, se le escuchaba preocupado y muy molesto mientras hablaba por su teléfono. Sentía un hormigueo desesperante en mis piernas, pasé mis manos por mis ojos para limpiarlos de las lagañas mañaneras y me incorporé en la cama del hospital. Kyuhyun estaba tenso, se podía entender que luchaba con su jefe, el director de la escuela. Al parecer estaba llegando tarde.
—Despertaste...—dijo el muchacho acercándose a mi con el rostro algo preocupado y el teléfono en la mano. —¿Cómo te sientes?
—Lo siento —frunció el ceño. —Lamento todo el daño que te hice, es mi culpa todo esto, es mi culpa que dejaras de amarme. Perdón por ignorar lo nuestro, soy una estúpida que se lamenta cada día por haber perdido a quien más amé...No voy a dejar de luchar por ti Kyu —puse mi mano su fría mejilla. —Quiero recuperarte.
Pude sentir el último toque de mis dedos en un flequillo, su mirada serie y profunda como si tuviera un millón de respuestas para darme. Fue en ese momento que se paró, tuve la oportunidad de que me escuchara y disculparme por todo lo ocurrido entre nosotros. Él simplemente se acercó a mi para besarme la frente, dar una reverencia y retirarse.
No comprendía la actitud de Kyuhyun, se mantenía distante pero cercano a la vez, era como una montaña rusa de despedidas. Un día podía odiarme a más no poder, desearme todos los males y desgracias que conociera. Pero otros días, como estos últimos, me entrega respeto y comprensión. Hoy besó mi frente, escuché decirle claramente que él era un tonto por estar ahí para mí. Es un tonto, siempre ha sido un tonto hombre enamorado. Yo soy una tonta mujer enamorada.
Heechul no tardó en venir por mí para cuando me dieron de alta, según lo que le explicaron a él fue que el embrión no se encontraba firme al útero por la falta de ácido fólico, causando que este se desprendiera por culpa de mis fuertes llantos y desesperación. Hee me llevó a hasta mi departamento en el que se quedaría para cuidar de mí. Me había pasado mi computadora y un café para que continuara mi nuevo libro. Agradecía tener a una persona como él en mi vida.
Llegué a la entrada de mi casa pateando las pequeñas piedras que estorbaban mi paso, miré el letrero de venta en el jardín y di un fuerte suspiro por la decepción. Entre al solitario salón donde tomé el la laptop que se encontraba sobre el sofá, aquel sofá. Me senté entre los cojines y efectivamente era demasiado cómodo, Inna era muy astuta.
Me dediqué a revisar mi correo electrónico donde me di cuenta de que me había llegado un correo de la preparatoria donde hacía clases. Me estaban despidiendo. No me tardé ni dos minutos en ponerme a buscar otros empleos, hasta que ahí estaba, lo que Inna ahora me estaría rogando que hiciera. Audicionar para un musical.
Eran al rededor de las seis de la tarde cuando Leeteuk me invita un café, había estado bastante preocupado de mi desde lo ocurrido en la casa de Siwon. Eran muy pocos los que me habían visto llorar antes y Leeteuk es una de esas personas, siempre me ha apoyado en todo y esto no sería la excepción.
—¿No crees que ya es tiempo de dejar todo atrás? —fruncí el ceño. —Ya sabes, comenzar desde cero. Conocer nuevas personas, cortarte el cabello, renovarte, no lo sé —jugueteaba con la taza algo nervioso.
—Estoy bien como estoy —aseguré.
—Kyu, sigues manteniendo el contacto con Inna a pesar de dejarle en claro de que no la amas. ¿Acaso te da pena dejarla sola?—dudé, tal vez tenía razón.
—Yo la traje aquí, no es correcto abandonarla así como así. Tal vez, no lo sé...
—Ella tiene a Heechul —pude sentir mi corazón romperse. —Ella no está sola Kyu, tiene gente que la quiere. Ese nuevo amigo suyo, el editor.
—Yesung —dije firme.
—Ese, es una mujer bien acompañada—me enfadé. —Debes estar tranquilo por ella, tienes que conocer a nuevas personas, salir.
—¿Con esto te refieres a chicas?
—¿Por qué no?, te ayudaría a olvidar. Ambos sabemos que quieres mucho a Inna —negué. —Bueno, lo que sea que estés.
—Enamorado, tal vez.
—Eso puede cambiar —sentí que no me estaba entendiendo.
—Está bien, pero yo no me voy a esforzar. Yo no quiero nada, si alguna chica quiere algo conmigo que me busque
—Trato —dijo Leeteuk estrechando su mano derecha para sellar el momento.
Estaba al frente de aquella puerta negra, caminé algo nervioso por el tiempo transcurrido, me puse arriba de la equis puesta en el centro del escenario. Una mujer con rasgos americanos parecidos a los de Inna me pidió mi nombre y el papel que quería interpretar.
—Cho Kyuhyun, Frank Abagnale Jr.
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Ways to say goodbye →Kyuhyun; SJ.
FanfictionLas parejas formales no duran para toda la eternidad y Kyuhyun e Inna lo tienen más que claro. Con más de cuatro de años de relación han decidido separarse por el bien y felicidad de ambos, uno olvidará pero el otro sufrirá y se lamentará cada erro...