Capítulo 9

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Las cortinas translúcidas delataban la luz del sol entrar entre la transparencia de estas, la afectada frunció el ceño en señal de odio y desprecio. No quería levantarse. Fregó ambos ojos con sus manos para tener una mejor visión de lo que estaba sucediendo, se pudo percatar que no se encontraba sola en su propio departamento descartando por competo la presencia de alguien extraño al escuchar la voz tan graciosa de su amigo Heechul. Él nombrado venía con su teléfono móvil entre el hombro y la oreja afirmando con ambas manos una bandeja llena de exquisiteces para servirse en una linda mañana. Dos platos con tostadas cubiertas con mermelada de mora, dos vasos con jugo de fresa natural y dos platos con un poco de yogurt con avena decorado con unos cuantos frutos rojos encima.

—Sí claro, yo le digo, tú tranquilo —dijo el susodicho dejando la bandeja sobre la cama. —Esta bien, claro, sí. Adiós —colgó, me sonrió y yo le copié el gesto.

—Todo se ve delicioso Hee, no tenías qué —me impulsé con ambas manos para sentarme y tomar la bandeja.

—Claro que tenía que hacerlo, eres mi única amiga que me comprende y te quiero viva —reímos. —Además ¿qué harías tú sin mí?

—Estaría muerta —dije con un poco de pan en la boca.

—Lo ves, soy tu salvación, ya lo sé.

—Eres una especie de niñero —le sonreí.

—De tiempo completo —aclaró.

—¿Tienes una vida fuera de mí? —extrañamente dudó.

—No lo sé —pensó. —Podría decir que sí, pero eso significa negarte y en realidad...No sé que más quieres saber de mí

—Todo.

Heechul provenía de una familia como muchas, una clase socioeconómica media regular, su padre era una persona de esfuerzo y varias veces le sobraban las monedas para darle a su familia algunos gustos de vez en cuando. Era un mimado con su madre, al ser su hijo menor no faltaban los buenos tratos y uno que otro caramelo de sorpresa. Heechul llegó a ser un eterno niño, siempre con sus chistes y cuentos infantiles que lo caracterizaban tanto, pero no todo puede llegar a ser perfecto, o así lo veía él.

De niño fue alguien sumamente inteligente, sacaba buenas calificaciones sin ningún tipo de esfuerzo, era su naturaleza. Pero claro, Heechul siempre mantenía una opinión en la boca. Tenía ideas diferente a los de cualquiera, no creía en Dios ni en nadie, solo en él y sus capacidades, llegó a ser uno de los mejores en la universidad, pero siempre se ha estado ganando el odio y envidia de muchos, hombres generalmente. Algo que le deprimía mucho, a pesar de aconsejarle a todos que tienen que poner su felicidad por sobre todas las cosas, encontraba irónico no hacer caso a sus propios concejos. Siempre está intentando ser una mejor persona ayudando a sus seres queridos, pero nunca a él mismo, hace mucho tiempo que no siente su propia felicidad.

—Desde muy niño tuve claro que era narcisista, me molestaba que el resto no respetara mis opiniones, me hacían enfadar —dio un sorbo a su jugo. —Es por eso que me fui, hui para no verle la cara nadie. Llegué a los Estados Unidos donde yo sabía que encontraría gente como yo.

Escuchar las palabras le incomodaban un montón a Inna, la hacían sentir presionada, como si de ella dependiera la felicidad de su querido amigo. Por lo que apartó rápidamente la bandeja de sus piernas y se puso de pie en unos segundos, necesitaba pensar y no podía hacerlo quieta.

—Creo que deberíamos limpiar —dijo ella. —Sí, está todo muy sucio.

—¿Estás escuchándome? —dijo él algo indignado.

—Claro que lo hago —desvié mi mirada. —¿Ya viste esa mancha? Hay que quitarla. ¿Hace cuanto crees que esté ahí?

—¡Yah! Estoy abriendo mi corazón y tu te pones a hacer otras cosas.

—Heechul, estoy escuchándote —le dije con el rostro serio. —Yo siempre estoy para ti y tú para mí, sigue hablando y te ayudaré todo lo que necesites —asintió. —Pero esa mancha se va.

—Sabes, después de limpiar deberíamos hacer una fiesta. ¡No! Una junta informal —dijo extendiendo ambas manos formando una especie de arcoíris. —Soy un genio.

—Estas demente.

—Compraré una botella de vino ¡Oh! Y tú deberías de llamar a tu amigo, el editor.

—¿Yesung?

—Ese —sonrió, al parece sus problemas de felicidad ya no eran tema.

—Le marcaré cuando muevas tu trasero de mi cama y te pongas a barrer.

La casa estaba deslumbrante, sentía que ya no quería sentarme en el sofá a fermentar, ahora tenía una razón para moverme y dejar mi patética vida solterona de lado. Mientras Heechul tomaba una ducha entré al baño para lavarme los dientes, me sorprendí al escuchar la bella voz de Hee cantar una de mis canciones.

—Cállate la boca —di un leve grito con pasta dental en la boca. —Voy a ponerla.

Caminé dando saltos por la canción que sonaba en mi cabeza a causa de mi amigo, tomé mi teléfono para conectarlo al amplificador y comenzar a bailar sin parar con el cepillo dental aún en mi boca. Entré de nuevo al baño y con mi mano izquierda sobre mis ojos le di la toalla a Hee.

Terminamos los últimos detalles en el orden de la casa con I'm Gonna Be de The Proclaimers sonando en el fondo, saqué la última botella de vino rosado que me estaba quedando y la abrí al ritmo de la canción mientras Hee le enviaba un mensaje a Yesung desde mi teléfono.

No estoy segura si pasaron 20 o 30 minutos cuando el esperado tocó la puerta. Con la misma canción de fondo, porque la veníamos escuchando una y otra vez, abrimos con el mismo entusiasmo que teníamos en la mañana al comenzar la limpieza. El ambiente estaba más que agradable, contagiamos de felicidad el rostro serio de Yesung dando inicio a la pequeña junta informal de Inna y Heechul.

Me sorprende el hecho de que son las 22:47 pm y yo aún no he llamado a Kyuhyun. ¿Lo estaré olvidando? Tal vez    

[fuente imagen: @namastehanna]

Ways to say goodbye →Kyuhyun; SJ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora