Yours

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Suyo

"El amor puede ser doloroso"

Su madre alguna vez se lo había dicho más en ese preciso momento, aun joven e ingenuo sobre los retos que el amor trae consigo, no quiso creerle. Tan solo con diez años de edad, el mitad kriptoniano aun creía que los cuentos de hadas eran reales.

Fue por esa ingenua ilusión que se dejó caer al vació que el amor implicaba sin ninguna protección o seguro que mantuviera su corazón y sentimientos a salvo del dolor. Siempre fiel creyente de que si sus intenciones eran sinceras entonces serían correspondidas en la misma intensidad, no fue siquiera capaz de imaginar cuan equivocado estaba.

Se trató de esa misma fe ciega la que le llevo, con solo 13 años y una valentía innegable a confesar sus sentimientos al que siempre había sido su mejor amigo y compañero. Cuan fuerte resulto la caída a la realidad cuando tras ese ligero momento de sinceridad, Damián le observo no solo con sorpresa sino con infinita tristeza.

El heredero de Batman había sido lo suficientemente amable para quitarse el antifaz frente a él mientras le rechazaba con una delicadeza poco propia del Wayne-Al Ghul. No hubo burla mal intencionada ni palabras crueles en su respuesta, tampoco asco o rechazo hacía los sentimientos expresados; mas lo que Jon obtuvo, fría y llana sinceridad, dolió tanto como cualquiera de los anteriores.

"No puedo corresponderte Jon" fueron las palabras de su amigo.

"¿Por qué?" su pregunta llena de tristeza y necesidad.

"Ya he entregado mi amor a alguien más." la sincera y desoladora respuesta del alguna vez asesino.

Sin embargo Jon era un joven de alma amable y dulce crianza, así que en vez de hundirse en la desesperación del rechazo acepto su derrota con voluntad de hierro pidiéndole al que siempre fuese su contraparte que no perdieran la amistad que tanto les costó forjar; petición que Damián acepto con el dolor de saberse aquel que rompiera por primera vez el corazón del inocente muchacho de ojos cual cielo.

Y como siempre ocurre con aquellos que aman profundamente, el bienestar de la persona dueña de su corazón siempre tiene prioridad sobre la propia, siendo así que pese a aceptar que Damián no le quería con la intensidad que Jon lo hacía, este no pudo evitar preguntarse quién era aquel que le había robado el cariño de ese muchacho nacido para proteger al mundo a su lado... ¿quién era tan valioso para merecer el amor del hijo de sangre?

De pronto se encontró analizando a todos aquellos que rodeaban a su amigo con intensidad y criticidad. Su primer pensamiento fue por supuesto hacia Nightwing pues para nadie era secreto que de sus hermanos aquel era quien más cariño le profesaba al actual Robín. Sin embargo pese a lo sobreprotectores que ambos eran entre si su relación nunca sobrepaso los límites de la hermandad y Dick incluso estaba nuevamente comprometido con Bárbara.

Tim ni siquiera era una opción pues el predecesor de su amigo apenas y tenía interacción con el mismo, así que los siguientes blancos de su análisis fueron Maya y Raven. Ambas jóvenes habían despertado el interés de Damián y el suyo propio, más aquella ligera atracción nunca trascendió y por más que intento no encontró prueba alguna que confirmara lo contrario.

Fue casi un año después de su fallida declaración que finalmente se enteró quien era aquel que le gano en ese juego del que ni siquiera era competidor. En la azotea de un destartalado almacén en los siempre oscuros puertos de Gotham, cubiertos por la noche cual sombras de una pesadilla se encontraban dos amantes tan inexpertos como conocedores.

Jonathan ni siquiera planeaba sobrevolar la ciudad del murciélago esa noche, fue simplemente un instinto inconsciente el que le llevo hasta allí cegado por el deseo de ver a su amigo por mera casualidad. Cuan cruel y justo era el destino al mostrarle finalmente aquello que tanto ansiaba saber.

Allí bajo la grisácea luz de la luna dos amantes se besaban con tranquilidad e incluso algo de vergüenza, turquesas anhelantes de esmeraldas, observados a lo lejos por el zafiro. Así es como siempre recordaría Jonathan a Damián Wayne y Jasón Todd aquella fatal noche en que los últimos vestigios de esperanza en su aun joven corazón morían.

No la delicadeza de un beso inocente, apenas un toque de labios respetuoso y cargado de deseo pero siempre medido y controlado, pues el ex-mercenario aún no se atrevía a tocar mas allá, el bello cuerpo del que sabía era suyo para la eternidad.

No los mortales puños del joven asesino que se apretaban inexpertos e incluso algo nerviosos a las ropas del mayor en un vano intento de controlar todas las emociones que el segundo hijo de su padre despertaba en el congelado corazón del hijo de sangre.

No la sonrisa enamorada que se escapó de los labios de su, ahora y para siempre, solo amigo.

Ni la mueca de satisfacción orgullosa en los del forajido.

Lo único que Jon recordara para siempre acerca de ellos será la mirada cargada de profundo amor y deseo en los ojos de ambos.

¿Cómo podía competir él, en su inocencia y felicidad, contra el entendimiento, adoración y amor que aquellos ojos cual mar ofrecían? ¿Cómo podía siquiera desear para si la necesidad y posesividad que aquellos bosques de Damián le regalaban al otro resurrecto?

No, simplemente no podía. Porque él era luz y esperanza. Y Damián no necesitaba de alguien que le sacara de la oscuridad si no quien pudiese caminar junto a él dentro de ella.

Damián era suyo, no de Jonathan Kent el heredero de Superman, si no de Jason Todd quien había vencido a la misma muerte y siempre recorrió un camino propio definido solo por él.

La oscuridad había vencido a la luz y Jon podía aceptarlo.

Porque aquello no siempre significa algo terrible.

Broken birds songsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora