Valentine

2.7K 235 25
                                    

Este es un especial que tenía hecho para san Valentín pero como soy una floja irresponsable no publique en su debido momento, sin embargo ahora se los traigo con todo el amor de mi corazón.

Y galletitas a aquellos que adivinen quienes son el emperador, su hijo y por supuesto nuestro querido Valentín. <3

Valentine

Bruce miraba impaciente la puerta de aquella vieja y gastada capilla. Sus hijos aun no llegaban y pronto sería media noche, menos de cinco minutos para la hora pactada y todo su interior vibraba de preocupación.

Si el emperador notaba la ausencia de su familia más pronto que una flecha lanzada al cielo todos ellos serían crucificados como esclavos o peor aún convertidos en gladiadores para el entretenimiento de las masas deseosas de sangre.

Su hijo mayor Richard consciente de la preocupación que le atormentaba coloco una mano en su hombro en señal de apoyo, él también estaba preocupado y se notaba en su rostro normalmente alegre que ahora parecía tallado en piedra.

El sacerdote tras el altar rezaba tranquilo como si no temiese al inminente castigo que caería sobre si de ser descubierto en semejante acto de alta traición.

Finalmente y para su gran alivio la puerta de la capilla fue abierta para dar paso el menor de sus hijos, quien acompañado por el siempre fiel Timothy llegaba tarde pero a salvo, mimetizados ambos con la oscura noche.

- Lamento la tardanza padre. - se disculpó el menor con ese tono de siempre que no reflejaba nada. A pesar de que hace mucho Damián se había vuelto mucho mayor en estatura que él, su hijo se negaba a disminuir el respeto que le profesaba.

- ¿Donde esta Jasón? - Fue la única respuesta del patriarca.

- Aquí. - respondió una voz ronca y gruesa desde las sombras.

Todas las miradas se dirigieron al sitio de donde emergía el aludido vestido como civil con una túnica blanca pero aun así fuertemente armado.

- Si ya estamos todos presentes será mejor que demos comienzo con la ceremonia. - insto finalmente el sacerdote de cabellos como fuego y mejillas bañadas por el sol, quien a ojos de Bruce parecía apenas un poco mayor que el menor de sus hijos.

Jasón y Damián dieron un paso al frente y juntos se encaminaron con una sonrisa disimulada hacia el altar mientras el resto de su familia tomaba asiento tras ellos.

Bruce había adoptado a Dick, Jasón y Tim cuando estos habían quedado huérfanos tras las batallas a las que asistió como centurión en su juventud; los crio como sus hijos, les entreno en el arte de la guerra y los misterios del senado esperando que con ello cada uno se labrase un camino propio.

Sin embargo cuando Damián, su único hijo de sangre, fruto de una pasión imposible con una mujer tan misteriosa como lejana, llego a sus brazos siendo no más que un infante, supo que las cosas cambiarían para su legado.

No hizo falta mucho tiempo para notar la relación que se forjaba entre sus hijos mayores y el menor, quien pese a tener un temperamento complejo, idéntico al de su madre, les profesaba a su manera, un cariño incondicional a sus hermanos.

Pero por la gracia de los dioses con Jasón siempre fue diferente, no sabría explicar el que, simplemente entendía que lo que nacía entre ellos no era solo cariño fraternal, era algo más fuerte, más profundo y mentiría si dijera que le sorprendió cuando ya mayores ambos hijos se acercaron a él pidiendo su bendición como pareja.

Por supuesto se las otorgo, únicamente deseaba la felicidad de ambos; por desgracia eran tiempos difíciles para aquellos que servían en armas al emperador. El cesar había prohibido que sus soldados contrajeran matrimonio, pues a ojos de su viejo y poderoso amigo esa clase de uniones solo les distraía en batalla.

Tanto Jasón como Damián eran centuriones desde su adolescencia, ambos al servicio de la legión y con hombres a su mando que servían única y exclusivamente a los deseos del emperador y el senado.

Y eso era precisamente lo que les había llevado hasta allí aquella noche, pues ambos serían enviados a la batalla apenas comenzaran las festividades de la fertilidad y solo los dioses sabían si volverían con vida de ella.

Por eso es que deseaban contraer matrimonio, para así poder encontrarse en la otra vida incluso si en esta no eran capaces de compartir juntos más que unos pocos días.

Por eso que Tim había buscado hasta el cansancio a aquel hombre de fe cristiana que se rumoraba no temía a las consecuencias de su traición.

Por eso Dick había pedido al hijo del emperador que le distrajese esa noche para que no notase la ausencia de la familia. El menor, que era como un hermano para Damián, acepto de inmediato descontento con las reglas impuestas por su padre a su gente.

Cuando sus hijos finalmente fueron unidos ante el Dios cristiano las lágrimas inundaron su anciano rostro. Temía por ellos y por las consecuencias de sus actos, temía por su seguridad una vez marcharan a la guerra y por sobre todo temía ante la posibilidad de que nunca fueran felices pues lo único que Bruce siempre deseo para todos sus hijos fue la felicidad a pesar de nunca saber cómo proporcionárselas.

Observo de nueva cuenta al sacerdote que con una sonrisa instaba a sus hijos a compartir un beso en nombre de su amor e internamente le agradecía por todo lo que hacía por ellos y su pueblo.

Porque aquel hombre que se hacía llamar Valentine era un fantasma que se escondía a plena luz, uno de los pocos dispuestos a desafiar al emperador y Bruce estaba seguro que algún día, aquel que protegió el derecho de los romanos a amar, se convertiría en leyenda.

Broken birds songsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora