Broken birds songs

¿Can you love?

¿Can you love?

Esa noche no tenía nada de diferente a muchas de las otras en que como Robín vigilo desde las alturas la ciudad, esa ciudad maldita que nunca cambiaba, siempre llena de lo peor de la humanidad y carente de esperanza, una maldita ciudad que sin embargo se adentraba hasta lo profundo del alma de todos aquellos que la habitaban.

- ¿Distraído? - pregunto Red Hood llegando a su lado como si nada.

- En tus sueños Todd. - respondió cortante el menor tratando de ignorar el martilleo desenfrenado de su corazón.

Hace tiempo que cosas como esas le pasaban cuando estaba junto al ex-mercenario, y no era solo su corazón que latía cual caballo desbocado, no, eran también los múltiples sonrojos, los sueños no tan inocentes y esa inminente necesidad de buscarle con la mirada cada vez que el mayor se paseaba por la mansión.

A Damián, con solo 16 años le costó horrores aceptar lo que pasaba consigo mismo, y una vez que lo hizo no supo a quién acudir o consultar sobre su problema y es que la única persona que realmente podía entenderle era justamente la causante de su malestar.

Estaba enamorado de Jasón Todd.

¿Pero cómo era eso posible siendo él un monstruo vuelto a la vida por la ciencia maldita de Darkside?

Se le entreno toda la vida con un solo propósito, matar. Los sentimientos estaban prohibidos e incluso cuando llego a la casa de su padre nunca supo cómo lidiar con ellos a pesar de que estos insistían en confundirle constantemente; pero una vez que murió y fue resucitado esa percepción hacía si mismo de que era una ofensa a la naturaleza nunca desapareció por completo, era un monstruo y los monstruos no se enamoran.

- ¿Las aberraciones como nosotros pueden amar? - se preguntó a sí mismo el menor no siendo consciente de que Jasón aun le escuchaba.

Antes de reaccionar a lo dicho, el mayor le tenía sujeto por la barbilla y le obligaba a verlo directamente a los ojos que ya no eran cubiertos por ese casco del infierno.

- Escúchame bien demonio. - susurro con ira Jasón tan cerca de sus labios que estos casi podían rosarse. - No somos aberraciones...ninguno de los dos.

La intensa mirada del mayor parecía querer traspasarle como si de esa manera pudiese hacerle verse a sí mismo como el mayor le veía, Damián podría haberlo besado en ese momento, y lo habría hecho de no ser por una alarma cercana que indicaba un robo en progreso. Jasón le soltó con cuidado y sin decir una palabra más se marchó tras unos ladrones de poca monta que estaban intentando asaltar la tienda de empeño justo bajo ellos.

Damián no tardo en seguirle con la certeza de que si bien aún no estaba del todo convencido acerca de no ser un aberración, definitivamente estaba convencido de que era capaz de amar...pues amaba a Red Hood más de lo que nunca se creyó capaz de amar a nadie.