Las ojeras en mis ojos dejaban en ridículo a los pandas.
No pude dormir en toda la noche porque cierto pensamiento me venía a la mente una y otra vez. ¿Cómo era posible querer algo y a la vez desear que no hubiera pasado?
Ese era el dilema. Había ocurrido algo entre Lucian y yo. Algo que cambiaba las cosas de una manera exponencial y esta vez, no había vuelta atrás. Eso era seguro.
Mi sentido de razón me decía que lo que sucedió estuvo mal, pero mi estúpido corazón me alentaba a querer hacerlo de nuevo y de nuevo y de nuevo...
De hecho, justo en este momento podía sentir el fantasma de su toque recorrer mí cuerpo. Era eso o que simplemente estaba delirando.
— ¿Freya? — Matt chasqueó los dedos en mi oído, sacándome del trance de los recuerdos. — Sí. — dije sin haberle puesto atención.
— ¿Sí? ¿crees que sea una buena idea? — Dijo pensativo. Menos mal que no había notado que no le había escuchado. — ¡Claro que sí!
— Estuve pensándolo por mucho tiempo, pero ahora que dijiste que sí, lo haremos. — Matt acabó y aplaudió con entusiasmo.
¿Hacer qué?
Él llegó a mi departamento unas horas antes de que fuera al trabajo. Oli se había quedado en casa porque al parecer se había resfriado y no quería contagiarme. — Por cierto, te ves terrible. — examinó mis ojos. — Espero que no haya sido por culpa de cierto jefe tuyo. — Una risa se escuchó e hice lo posible para que mi rostro no se alumbrara con vergüenza. — No inventes. Era broma eso Frey.
Mierda. De seguro mi cara era un gigantesco tomate. — Es-can-da-lo, Freya Greyson esa es mi chica, ¡cuéntame todo! — el puerco de Matt apoyó sus codos en la mesa para acercarse más a mí. — No pasó nada. Llegamos tarde, eso es todo. — Mi cabeza estaba disfrutando hacerme recordar cómo actúe anoche y Matt sin duda no ayudaba.
— ¿Y me vas a decir que esa cosa en tu cuello te lo hiciste jugando Gotcha? — su mirada estaba pegada en el costado de mi cuello, haciendo que mis ojos casi se salieran de sus cuencas. Tapé el enorme moretón con mi cabello e hice como si fuera lo más normal del mundo. — Cállate.
— Se nota que tenían hambre. — Las gafas de Matt se movieron ante el reflejo de la luz mientras examinaba el moretón. — Frey, tranquila. No tienes por qué avergonzarte. Si quieres te puedo ayudar a maquillarlo.
Suspiré derrotada. No sabía qué significaba todo esto o por qué habíamos hecho eso. Todo el tiempo trabajando para Lucian y nunca me había prestado tanta atención como para que me diera cuenta de que íbamos a acabar besándonos salvajemente en mi sofá.
— Es solo que... las cosas pasaron tan rápido. — Dije tomando mi café. Matt asintió y se agarró el cabello. — Es claro que hay algo entre nosotros, pero no sé qué significa.
— No pienses tanto en ello, déjate llevar. — Matt dijo recordando su conversación con Lucian. — Si al cabo de un tiempo ves que la situación no es lo que esperabas, hazle saber. Oli y yo siempre estaremos ahí para ti y haremos cualquier cosa por ayudarte, Frey.
Llegó hasta mí y me abrazó. Me agarró el cabello que de por si estaba despeinado y lo trató de peinar un poco. — Pero no te escapas de contarme qué pasó. — Un chillido de felicidad hizo que rodara los ojos. — Freya Greyson por fin dejó de temerle a las relaciones. Eso no se ve todos los días.
****
Dejé mi bicicleta en el estacionamiento y me dispuse a usar el elevador subterráneo.
Hicimos lo posible por maquillar el moretón que Lucian me hizo, pero aún así era bastante notorio si no fuera por el peinado que traía. El elevador rápidamente hizo su camino hasta el piso 30 sin nadie más. Me tomé un momento para respirar, sentía que lo necesitaría una vez lo viera de nuevo.
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EASY WAY OUT [Editando]
RomanceFreya Greyson tiene que acudir a su reunión de preparatoria en la que fue víctima de acoso escolar, pero una condición hace que sus esperanzas disminuyan: Asistir acompañada Freya decide buscar a alguien que se haga pasar por su pareja, no obstant...