Instinto

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Desperté al sentir un poco de presión en mi espalda. Traté de moverme, pero sentí como unos brazos me rodeaban el cuerpo y me atraían más.

— ¿Lucian? — Murmuré tratando de que su respiración no me hiciera cosquillas en la nuca. Él pareció no escucharme y se quedó quieto. Estiré mis piernas para intentar pararme de la cama, pero fue casi imposible, sus brazos me aprisionaban y su respiración se hizo más entrecortada. — Hey. — Volví a hablar y no obtuve respuesta de él. Suspiré fuertemente y decidí intentar despertarlo al pasar unos minutos así. Agarré sus brazos y solté levemente el agarre para poder voltearme hacia donde él estaba y sonreí al ver lo pacífico que lucía. Sus largas pestañas descansaban y casi tocaban sus mejillas, su respiración estaba tranquila y su cuerpo descansaba cómodamente. Estiré mi mano para acomodar los mechones de cabello que estaban en su frente y me acerqué más a él para darle un pequeño beso en la mejilla izquierda.

— Noup aún no despiertas. — Susurré. — Probemos con esto. — Di otro beso a y después bajé un poco hasta su mandíbula e hice lo mismo. Su reacción fue entrecerrar los ojos y sonreí. Me fui hasta sus labios y le di un corto beso, pero aún no despertaba. Tracé su mandíbula y barbilla y agarré los mechones cabello para jugar con él.

— Oye, de verdad tienes que despertarte o llegaremos tarde. — Mis dedos se aferraban a su cabello mientras le seguía dando pequeños besos y al final pude sentir una reacción, pues Lucian no demoró en seguir el juego y agarrar mi cintura para atraerme hacia él y besarme. Sus manos bajaron un poco más y sentí algo de presión en mi estómago.

— Ya desperté. — Habló con voz ronca y algo adormilada.

— Qué sutil manera de expresarlo. — Bajé la mirada y el calor no tardó en llegar a mi rostro. Lucian sonrió y su hoyuelo quedó acentuado. Sus dedos me hicieron cosquillas en el vientre mientras los subía y bajaba por mi blusa hasta colocarse en el hueco de mi cadera y yo hacía lo posible por no soltar ningún sonido que delatara lo mucho que me gustaba despertar junto a él.

El eco del timbre se escuchó y los nos detuvimos ante la interrupción.

— ¿Esperabas a alguien? — Levanté las cejas y mordí mi labio inferior.

— Noup. — Los timbrazos se repitieron y él suspiró. — ¿Podrías ir tú? Creo que no sería prudente que me vieran así. — Él dijo agachando la cabeza. Automáticamente me alarmé, creo que ninguno de los dos estaba en condiciones de recibir gente.

— Estamos en la misma situación. — Dije nerviosa. — La última vez que dormí aquí, Sam nos sorprendió en una escena similar. — Divagué en mis palabras, pero Lucian asintió.

— Hay que dejar que se vayan. No es Sam esta vez, ella me hubiera avisado que vendría...— Los sonidos del timbre pararon y los dos asentimos de que nuestro plan había salido bien.

— Bueno, ¿qué decías sobre llegar tarde? — Él se acercó una vez más a mí y en cuanto estábamos por besarnos, los pasos acelerados de alguien atravesaron la habitación, dejando que la puerta se abriera de par en par.

— ¡Amigo, necesito contarte algo! — El grito de un chico nos hizo separarnos a tal punto de casi caerme de la cama si no hubiera sido por que Lucian me agarró a tiempo. — Oh mierda, estabas ocupado. — Nathan se quedó en la puerta mirándonos con una expresión incrédula y una sonrisa algo traviesa.

— ¿Qué haces aquí? — Lucian habló haciendo lo posible por taparme y a la vez tratando de no delatarse a sí mismo. Se talló los ojos y se acomodó lo más que pudo para ver a su amigo.

— No me contestabas el celular y tenía que decirte esto urgente. — Nathan se acercó hasta la cama y se acostó entre nosotros para contarle lo que sea por lo que haya venido.

EASY WAY OUT [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora