Corrí lo más rápido que pude, dando zancadas y tratando de mantener la calma. Mi corazón latía a mil por hora y un sudor frío recorría mi cuerpo, el miedo se apoderaba de mi lentamente.
Acabé por tropezar por culpa de los mismos nervios. Asustada y viendo como mis piernas temblaban al ver a aquellos monstruos cada vez más cerca acabé por deslizarme hacia atrás, no me sentía capaz de levantarme.
Sentí unos brazos que me levantaron con algo de dificultad, Glenn me estaba llevando en brazos. Decidí afrerrame a él y cerrar los ojos, no quería ver nada. Quizás no estaba hecha para este mundo, tenía demasiado miedo, no era tan valiente como él y posiblemente no lo sería nunca.
Sentí que mis pies se volvían a encontrar con el suelo y le miré a los ojos.
—... —Traté de articular un gracias, pero me fue completamente imposible.
—Vamos —dijo él para luego tomarme de la mano.
Corrimos hacia el coche, estaba rodeado de unos 6 caminantes, todos golpeando con furia el cristal, y solo lograba oír los gritos y llantos del niño. No tendría que haberle dejado ahí solo, fue estúpido.
Me adelanté hacia el coche pero Glenn me agarró del hombro.
—Nos vamos —dijo decidido y no tardé ni un segundo en mirarle con una mueca de desaprobación.
—Hay que salvar al niño —obviamente no pensaba dejarle ahí.
—No, muévete —dijo empezando a correr, pero yo no me moví— ¡Vamos! ¿acaso crees que quiero dejarlo? No podemos hacer nada, se acercan por atrás.
—No me voy a ningún lado —dije mirándole con decisión.
Decidí correr hacia allí pero el asiático me agarró abrazandome por la espalda de forma brusca y empezó a llevarme hacia un pequeño lugar cubierto por árboles.
—¡Basta! —grité enfurecida—¡suéltate imbécil!
—No grites, van a oírnos —se quejó él y me tapó la boca con la mano derecha— Escucha, se que es duro, que es solo un niño pero ir allí es un suicidio ¿entiendes?
Me quedé callada unos segundos mirando al suelo, y entonces le mordí la mano con fuerza haciendo que él me soltara por la impresión del dolor.
Libre, corrí hacia el coche y, tratando de esquivar a todos los muertos, abrí la puerta y me metí en el coche, sin embargo uno de esos bichos se me echó encima provocando que la puerta se cerrara.Sólo pude oír un "crack", al instante sentí mi dedo anular arder y un líquido caliente resbalar por mi mano, la puerta se había cerrado y me había aplastado el dedo. Di un grito que asustó al pequeño quien enseguida se asomó para ver mejor que ocurría, sin embargo no le presté mucha atención y abrí la puerta dando una patada, pues el muerto estaba haciendo mucha fuerza sobre la puerta. Al momento de tener mi mano derecha libre sentí que el aire de mis pulmones abandonaba mi cuerpo en un segundo, mi dedo estaba completamente roto, tanto que podía ver el hueso. Entre lágrimas de dolor empecé a conducir con dificultad para alejarme del lugar dejando a Glenn atrás.
Cuando estábamos algo alejados ajusté el retrovisor para ver al niño, mi mano temblaba exageradamente y lágrimas de dolor inundaban mis ojos sin descanso. Él estaba llorando también, la sal en sus lágrimas había dejado un camino indicando por donde habían caído. Sus sollozos y los míos se mezclaron, ambos asustados, nos miramos en busca de alguna solución a todo este lío.
—¿Y Glenn? —preguntó el pelirrojo con dificultad.
—No quería volver a por ti —dije— así que nosotros tampoco volveremos a por él.
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Entre ceja y ceja (Glenn Rhee Y Tu)
Fanfiction"Cuando me convierta recuerda, entre ceja y ceja"