Desperté en mitad de la noche otra vez, para mi sorpresa Glenn seguía despierto. Su rostro reflejaba cansancio, se veía que estaba en una lucha interna por no dormirse, pues estaba dando cabezadas, es tierno.
-Glenn -Le llamé en forma de susurro.
-¿Eh? -dijo medio dormido.
-¿Por qué no duermes? -él se incorporó, talló sus ojos y aclaró su garganta.
-Debo vigilar -negué con la cabeza- ¿Qué?
-Debes descansar, necesitas dormir amigo -Le di un golpe amistoso en el hombro y le di mi manta- Yo me encargo.
-No, estás herida, duerme -dijo con intención de devolverme la manta, pero obviamente no le dejé.
-Es solo un dedo, no me voy a morir - Bromeé para luego salir del coche.
Cerré la puerta tras de mi, no se veía absolutamente nada, es más, con esta oscuridad nuestro coche era como un faro en mitad del mar, algo que seguro que atraería a esos bichos. Fui al maletero para coger de mi maleta el martillo de emergencias que encontré y la linterna, luego Le dije al coreano que apagara las luces, y así hizo.
Comencé a caminar recorriendo la orilla, sin alegrarme mucho de nuestro coche. Apenas podía ver un paso frente a mi por lo que caminaba algo asustada, pero necesitaba salir y pensar un rato. Estoy en mitad de un apocalipsis que podría marcar el final de la raza humana, lo más probable es que mi familia esté muerta y estoy conviviendo con un hombre que apenas conozco y un niño que no es mío, no es como si no confiará en Glenn o pensara que Jason es una carga, solo se me hace difícil aceptar todo esto, ni ha pasado un día y todo se ha ido a la mierda. Mis padres, mi hermano, amigos y conocidos son ahora muertos que sólo caminan y comen personas, todo se ha ido a la mierda en menos de 24 horas. ¿Lo peor? Ese chico me está volviendo loca, me ha demostrado tanto en tan poco tiempo que me ha conseguido cautivar de alguna forma, no sabría si llamar a lo que siento por él amor, pero está cerca de eso... Aunque en un solo día no puede ser más que atracción, jamás creí en esas bobadas de amor a primera vista y no lo haré ahora, por muy valiente, adorable, inteligente y astuto que sea. Maldición, ni siquiera debería estar pensando en eso.
Empecé a alejarme cambiando en dirección a una zona rocosa, al llegar podía ver pequeños peces entre estas bajo la luz de mi linterna, decidí distraer mi mente un poco y empecé a caminar por allí logrando ver diferentes tipos de vida marina, era bonito. Tras un largo rato seguí caminando, logré ver a la distancia un pequeño riachuelo de alguna dulce que desmbocaba en el mar, justo en mitad de la gran playa. Cuando lo crucé me di cuenta de que, no muy lejos de donde me encontraba, había un pequeño chiringuito, quizás podría echar un vistazo, pero no me hacía mucha gracia la idea de entrar sola. Decidí acercarme solo para ver si algunas de esas criaturas estaba allí, conté 3.
Volví de nuevo al coche y estuve dando vueltas por la playa hasta que empezó a amanecer, entonces me senté para ver el cielo de tonos fríos mientras podía ver a un lado el sol y al otro la luna.
Cuando estaba embobada con que espectáculo de la naturaleza sentí unos fuertes brazos alrededor de mi cintura, Glenn se había sentado detrás mía y me estaba abrazando por la espalda mientras dejaba su cabeza caer en mi hombro. Me encantaba estar así ¿para que negarlo? Pero aún así pensaba en lo rara que era la situación, en otro contexto lo vería como algo un poco atrevido, pero ahora mismo todos necesitamos un abrazo, uno muy largo.
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