—Hoy puede que venga algo tarde, al parecer vamos a tener una práctica, así que puedes pedir comida, te deje el almuerzo y algunos aperitivos para la tarde si te da hambre. Y recuerda, no le hablas la puerta a ninguno de esos hombres, ni siquiera a las mujeres, tampoco le hablas la puerta a ningún vendedor, ni siquiera si te dice que vende productos nuevos que podrían hacerte feliz a ti o a mí, porque si hables te juro que ya nunca más te volveré a hablar, y lo más importante. Si ellos se atreven a entrar a la fuerza, no los mates, solo noquéalos, pero si los matas envíalos lejos y que nadie te vea ¿entendió? — pregunto el rubio a la peliblanca quien se miraba somnolienta.
—Entendido cariño— dijo la peliblanca con algo de sueño, y no la culpaba, eran las 6:30 de la mañana, se había levantado temprano para hacerle el desayuno, el almuerzo y algunos aperitivos para la tarde, todo listo y en el refrigerador.
—Solo cuídate por favor, no quiero venir y que me digas que algo te paso, sé que eres demasiado fuerte para ellos, pero nunca hay que confiarse. Y ten mucho cuidado de los vecinos, si ellos intentan entrar a la fuerza ya te dije, si los asesinas hazlo sin que nadie te vea, pero mejor noquéalos, solo eso por favor— volvió a decir el Uzumaki a la peliblanca.
—Sí, sí, no te preocupes onii-chan— dijo la peliblanca al blondo que suspiro para tomar su mochila, ponerse sus zapatos y su chaqueta.
El día que se cayó de las gradas por esa mujer la rompió, pero gracias a sus poderes fue capaz de repararla en segundos, a veces agradecía tener los poderes de Kaguya, pero volviendo a la historia, el blondo solo miro a la peliblanca, pasar todo ese tiempo con la peliblanca ha sido una odisea, pero a pesar de todos los problemas que ella le causaba, estaba agradecido con ella por haber venido con él.
—Bien, entonces me voy. Volveré en la tarde— dijo el blondo que salía del apartamento, mientras la peliblanca solo bostezo para cerrar la puerta y encender la alarma y volver a la cama, necesitaba todas sus energías cuando volviera el blondo.
Las mañanas para el rubio eran así, cada mañana se levantaba a las 5, comenzaba a limpiar la casa, la arreglaba, y lavaba la ropa sucia, luego se ponía a preparar la comida, primero el desayuno de la peliblanca y luego él suyo, seguido se ponía a prepararle el almuerzo a la diosa, lo cual le tomaba mucho tiempo ya que preparaba una gran comida. Kaguya era una mujer de cuerpo esbelto y sexy, ella era la viva imagen de la palabra "belleza" era como un ángel caído del cielo. No solo tenía unos grandes senos sino un grande, redondo y perfecto trasero, en definición, Kaguya era la mujer que todo hombre desearía, por eso se preguntaba cómo era que ella no engordaba al comer bastante comida, no es que quisiera que ella engordara, pero se preguntaba cómo era eso posible, aunque bueno, él también comía mucho y tampoco engordaba.
Pero dejando eso, esta era una típica mañana para él o eso pensó al principio. Ya que al pasar por una de las tantas calles que siempre transitaba, se encontró con que esta vez había un villano que era extremadamente feo y horrendo, parecía una especie de mutante lleno de músculos, en donde luchaba contra unos héroes, entre ellos estaban Mt. Lady y Kamui Woods y otro que no tenía idea de quien era. Pero bueno, los tres héroes estaban heridos mientras miraba como una familia gritaba por ayuda al ser prisioneros del villano.
— ¡Héroes por favor sálvennos! ¡O al menos a nuestra hija! — grito el padre de familia a los héroes que miraban con desesperación al villano.
— ¡Jajajajaja! ¡A este ritmo no podrán hacer nada! — exclamo con una gran sonrisa el villano, el rubio solo suspiro por eso.
—"Doton: Rokkubīto (Elemento Tierra: Golpe de roca)"— pensó el rubio que golpeo con su pie derecho el suelo.
Los héroes y los demás presentes vieron como un gran pilar de roca golpeo la cara del villano, el cual por el impacto soltó a la familia, pero si eso no fuera suficiente.
